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Andar La Habana "En tiempos de Alicia" con Santiago García Galván
19October

Andar La Habana "En tiempos de Alicia" con Santiago García Galván

Por: Sussette Peralta Cassorla / Fotos: Gustavo Rivera (Especial para Arte por Excelencias

Santiago García Galván, prestigioso productor mexicano del sello Ítaca films y talentoso fotógrafo enamorado de Cuba y La Habana, reveló el pasado viernes 13 de octubre, una interesante exposición fotográfica que muestra su visión habanera bajo el título “En tiempos de Alicia”

La casa museo Benito Juárez, mayormente conocida como “Casa de México”, ubicada en el corazón del casco histórico de la Habana Vieja, en Obrapía 166, acogerá hasta el 13 de noviembre dicha exposición que recrea la historia de “Alicia en el País de las Maravillas” en una sugerente secuencia de fotografías donde una Alicia afrocubana y un conejo blanco ofrecen un singular divertimento de la historia original, lleno de símbolos y vínculos secretos.

La inauguración contó con la presencia de funcionarios de la Embajada de México en La Habana, así como Miguel Barnet, presidente de la UNEAC y de la Sociedad Cultural Cuba México junto a otros miembros de dicha sociedad y destacados artistas cubanos, que participaron además, como singulares personajes en la historia contada por Santiago.

Al decir de Miguel Barnet “En tiempos de Alicia” tiene una mirada muy particular, pues afortunadamente no es la mirada de un turista que viene a buscar autos antiguos rescatados por la magia y el genio de los mecánicos cubanos, ni a retratar a las modernas negras mondongueras con turbantes y flores, que son como postales caricaturescas de La Habana. Es la mirada hacia un mundo profundo, subterráneo, es la mirada de Lewis Carroll en los ojos de Santiago (…) Es una mirada buena, inteligente, acuciosa y profunda de un verdadero artista, un hombre que ama este país y a la mujer cubana (…) Cuba es misterio, es una isla realmente insondable, tiene una dimensión infinita y eso solo lo captan los verdaderos artistas)

A propósito de esta exposición, Arte por Excelencias conversó con Santiago García Galván quien, con la gentileza que lo caracteriza, ofreció de manera exclusiva para nuestro sitio interesantes declaraciones, que permitirán a los lectores desde cualquier punto de la geografía, sentir la magia de estas imágenes y conocer sobre el quehacer del prestigiado productor y fotógrafo.

Desde la perspectiva de Santiago García Galván ¿Qué sucede en la Habana, “En el tiempo de Alicia”?

 “En el tiempo de Alicia” es una metáfora directa de mi percepción de lo que es La Habana. Durante casi dos años estuve fotografiando por toda La Habana distintas escenas, que sin tenerlo, tienen movimiento, porque en ellas se congela el tiempo en un instante, el cual al mirarlo tiene un contexto pasado, presente y futuro. El hecho de que La Habana haya sido declarada Ciudad Maravilla solo vino a confirmarme que yo estaba por buen camino. Y de eso se tratan estas imágenes, son las aventuras de Alicia, por La Habana, por una Cuba mágica, romántica, viva, vibrante. ¡Es que así es La Habana!, La Habana se confunde con el país de las maravillas, el de las maravillas se confunde con La Habana, es exactamente lo mismo y es en esta relación estrecha con distintos personajes y situaciones de Cuba que vamos avanzando a través de la historia de Alicia en el País de las Maravillas. Tratamos de generar un hilo conductor a esta historia, por eso hay flechas señalando cómo ver la exposición e ir pasando de un episodio a otro, haciendo referencia a personajes de La Habana, metafóricamente con personajes de "Alicia en el País de las Maravillas".

En la historia de Lewis Carroll Alicia no sabe en qué tiempo quiere vivir, en mi caso con La Habana me pareció muy interesante este personaje que persigue a un conejo blanco con su reloj, al que se le está haciendo tarde, muy tarde. Este reloj metafórico es un tiempo paralelo, el país de las maravillas no tiene tiempo real, y Cuba no tiene un tiempo real, Cuba vive en un tiempo paralelo en donde por un lado se ve el pasado, los edificios, los coches, la arquitectura y demás y parecen lo que en hoy en día se han convertido, como dice Miguel Barnet, “Postales Cubanas”. Ese pasado no me interesaba retratarlo, me interesaba retratar el futuro que curiosamente confluye siempre en el mismo tiempo presente y pasado. Eso solo pasa aquí. ¡Es muy único de La Habana! Me interesaba retratar a los personajes, a los artistas de las artes plásticas, me interesaba retratar a los cantantes, a los músicos, a esta Alicia metafórica, en los distintos sucesos que yo veía que estaban ocurriendo que me parecían muy adelantados a su época, a su momento, desde ideales maravillosos que tiene este país, hasta una música impresionante fuera de cualquier otro estándar musical del mundo, pues es mucho más avanzada, mucho más precisa, preciosa, culturalmente hablando riquísima y es un poco de ese amor por Cuba lo que quería retratar con esa metáfora del tiempo.

Sin embargo, aquello que en el libro de Lewis Carroll es una crítica, en el caso de mi exposición es un pretexto. Por ejemplo: el sombrerero loco y la maravillosa cena eterna del “Feliz no cumpleaños”, a mí me parece que en Cuba todos los días se vive un no cumpleaños y eso es culturalmente fantástico y maravilloso. Esa es una de las grandes virtudes que tiene Cuba, esa alegría de vivir y esa jovialidad de los cubanos que me parece preciosa. Entonces “En tiempos de Alicia” pretende ser un homenaje. En el libro la Reina de Corazones es una mujer enérgica, intransigente y demás, y en el caso de las mujeres cubanas, sí es cierto que tienen su carácter y esto me parece fantástico. Por eso cuando pongo a Cucú Diamantes, magnífica cantante de salsa, como la Reina de Corazones, mas bien es un metáfora hacia la parte positiva y bella de ese personaje. Es precisamente con el hecho de que sea una reina amorosa pero fuerte en su carácter, pero una reina a fin de cuentas, que estoy halagando a las cubanas, incluyendo a mi cubana preciosa Georgia, la mujer con quien he decidido compartir mi vida, como ves conozco muy bien ese carácter. Por eso la exposición cuenta con un simbolismo abstracto, como en una de las fotografías donde aparece Alicia en una mesa con un mar de copas, el símbolo universal de la copa es la mujer, esas copas simbolizan entonces todas las cualidades del sexo femenino, el empoderamiento de la mujer, cosa que he visto de manera muy grata ocurrir en Cuba y que me parece muy destacable.”

 

personas observan obras de arte expuestas

 

En el texto introductorio a tu exposición, el guionista mexicano de grandes obras fílmicas Guillermo Arriaga, menciona que el arte consiste en descubrir desde una personalísima perspectiva la verdad y la belleza. ¿Es por eso que utilizas al conejo y a la mujer afrocubana como signos inmersos en las imágenes “En el tiempo de Alicia”?

“Yo creo que el arte tiene que defenderse solo. El conjunto y el orden de las fotografías hablan por sí mismos. Está abierta a la interpretación de cada espectador. Para contar una historia es muy importante abrir una pregunta y no cerrarla, eso mantiene al espectador preguntándose una y otra vez. Por eso el conejo y la mujer son signos de interrogación. En cada fotografía te preguntas ¿Quiénes son? ¿Por qué están? ¿A qué se refieren? ¿Qué relación tienen con la historia de Alicia? ¿Qué tienen que ver con Cuba? ¿Qué tienen que ver con la realidad, con mi realidad? Y de esta manera, pueden tener una explicación en la introspección o en la extroversión, en la deducción o el paralelismo que el espectador quiera establecer con la fotografía. Y eso es lo realmente rico de poder colgar una foto de gran formato y hacer que alguien la vea, dejar que quien la ve se haga cada vez más preguntas y se las responda él mismo. Es simplemente generar un momentum con la obra. Por eso “En tiempos de Alicia” utiliza señalizaciones y relojes, en secuencias específicas de imágenes con un tiempo para ver. Vas pasando de una a otra y vas viendo que inevitablemente la foto siguiente complementa a la anterior y así sucesivamente como un guion de cine. Esa es la idea de esta exposición, contar una historia, pero no una historia específica. Evidentemente tiene que ver con el cuento de "Alicia en el país de las maravillas", pero es mucho más abstracta, abre muchas más preguntas de las respuestas que da, y esas muchas preguntas son para que el espectador se las conteste a sí mismo y cree su propia historia, porque de eso se trata, de todos poder mirar de una manera distinta.”

¿Quién eligió a quién?, ¿La Habana a Santiago o Santiago a La Habana?

“Esa es una de esas preguntas que se abren. Llegué a la Habana por el azar, me enamoré de Cuba primero y fui caminando por estas calles y enamorándome cada vez más de la cultura y de todos mis amigos cubanos a los que adoro y admiro. Entonces mi sueño pasó a ser exponer en Cuba y comencé a tomar fotografías y al cabo de dos años completamos esta exposición. También en estos dos años he producido cinco películas aquí en Cuba, algunas producciones de Ítaca Films (“Fátima” de Jorge Perugorría (Pichi), Nido de Mantis de Arturo Soto y un documental también de Pichi llamado “Los Jardines de la Reina”) y otras donde Ítaca ha participado como servicios de producción, como es el caso de “Rápido y Furioso” y “Transformers”.  Ahora tengo muchas ganas de seguir trabajando con artistas y directores cubanos, con el ICAIC y así poder continuar con la producción en Cuba. Creo que el cine cubano es muy rico, es un cine riquísimo en talento, en una visión fresca, en maravillosas actuaciones, es rico de muchas maneras, es rico gracias a los autores cubanos.”

¿Qué debe tener una historia para enamorar a Santiago? ¿Hay alguna en específico en las producciones futuras de Ítaca Films?

Estamos trabajando en varias historias, algunos guiones y hay varias posibilidades para poder hacer la siguiente película o serie cubana a producir. Pero debe gozar sobre todo de calidad literaria, con frescura en su punto de vista, como la obra de Miguel Barnet. Todas sus libros son súper cinematográficos, son historias apasionantes. La literatura cubana es así, los libros de muchísimos autores cubanos son así, como la obra de Padura, entre otros. De repente lees una novela que ocurre en Cuba y descubres que es fascinante, es riquísima.

Una de las novelas en las que estoy trabajando de conjunto con Fidel Antonio Orta, para volverla posiblemente una serie es “La vida real” de Miguel Barnet. Me parece increíblemente relevante hoy, mucho más incluso que cuando se escribió, y ahí está un poco de ese futurismo del cual te hablo. Me parece una novela importantísima y me encantaría poder llevarla al cine, sería para mí un honor.

¿Cómo llega Santiago al cine y a la fotografía?

Desde niño quise ser cineasta. Incluso le eché a perder la colección de cine en blanco y negro al padre de uno de mis mejores amigos, editándola con la pausa, porque yo tenía dos video-caseteras y mezclaba las películas. De repente salía una escena de Cantinflas y luego una de Pedro Infante y así hacía mi propia versión. Ahora mismo he producido más de 50 películas. Cada año traigo varias producciones al Festival Internacional de Cine Latinoamericano. El pasado año, obtuvimos el Coral de Oro con “Desierto”. Soy un productor bastante joven pero muy activo, me encanta mi trabajo y la fotografía es un complemento para mí muy necesario.

Excelencias tiene la misión de difundir el arte cubano, del Caribe e Iberoamérica. Desde tu visión cosmopolita y ahora cubana, ¿qué opinión te merece el arte cubano y contemporáneo?

Soy una persona del arte contemporáneo, soy coleccionista y como coleccionista y aficionado y apasionado a este arte creo que Cuba tiene algunos de los mejores artistas del mundo, quizá con menos reconocimiento por las razones que sean, sin embargo, gente como Los Carpinteros, han logrado tener un reconocimiento internacional impresionante, gente como Garaicoa, Rancaño, hay muchísimos ejemplos de cubanos que están triunfando en el arte contemporáneo. Para mí el arte tiene muchísimo que ver, la contraposición del concepto mostrado por un artista en una obra específica con el contexto social en que vive, y en esta Habana, en esta Cuba, en este tiempo, en una Cuba que como trato de retratar en la exposición, no tiene tiempos, es atemporal, es a la vez pasado y futuro y ambos convergen en esta sociedad maravillosa llena de valores e ideales. Todo ese contexto social los artistas cubanos han sabido plasmarlo en conceptos que al ponerlos en contraposición con ese contexto social, generan enormes e históricas obras.

Santiago habla de Cuba y sonríe. Se refiere con cariño a sus amigos y a su cubana amada Georgia. Trasmite al interlocutor su visión de artista infinito y su satisfacción por producir y crear. En sus pupilas se lee admiración y orgullo por el arte cubano. Irradia energía, originalidad, y la alegría y jovialidad que él mismo resalta de los cubanos. Contagia pasión por La Habana. ¿Será “Santiago, de Cuba”?

 

Dos personas de pie