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En ARTBO 2018, ¡Salvar la Naturaleza! Gesto artístico común
26October

En ARTBO 2018, ¡Salvar la Naturaleza! Gesto artístico común

Cada año, la Tierra, nuestra casa común, sufre los embates cotidianos del paso del Hombre, de la destrucción a que es sometida, del despojo de sus recursos, y el cada vez menos sentimiento de amor por este lugar que nos acoge, que nos dio cabida desde el principio.

Pero, a pesar de la desidia y el desinterés de muchos en el mundo, hay voces, almas que se levantan para salvarla, en las disímiles esferas de la vida.

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Paseando por el laberinto de galerías de la Feria de Arte ARTBO 2018 en Bogotá, uno siente que no todo está perdido, al menos, desde el ángulo artístico. Posando la vista por las creaciones sembradas a lo largo del camino, en más de 70 espacios llegados de 20 países de casi todos los continentes, se reconocen inquietudes cercanas al medio ambiente, a la ecología, a la Naturaleza que nos rodea, en las más variadas formas de expresión artística para aportar un pequeño grano de arena, en esta cruzada vital, para salvar el entorno, y a fin de cuentas nuestra vida.

Por estos cauces cruza el stand de la galería Aurora, de la ciudad de Bogotá aquí en Colombia, que dirige la Dra. Andrea Walker, fundadora de ARTBO y su directora hasta el 2011. Allí, en ese pequeño espacio de vida, abierto al arte y al diseño, el espectador podrá admirarse con las ejecuciones creativas de los artistas representados, en particular con John Nomesqui.

Su nombre está íntimamente ligado, y diríamos, pues, comprometido con la realidad ambiental contemporánea que sufre uno de sus peores momentos. 

“Su obra, reza en unas palabras de presentación de su quehacer creativo, no debe leerse como una elemental representación del deterioro del planeta que habitamos”. De ahí que sus proyectos artísticos se basen en la ética de la producción para conceptualizar y trabajar a partir del término residuo (aquello que queda como resultado de la actividad del consumo humano), como base de su trabajo creador en las artes plásticas.

Ecología/sostenibilidad son palabras claves de su vocabulario. Por ese camino ha dejado huellas imprescindibles a lo largo de estos años en trabajos como El olor de la guayaba, una instalación (2015-16) en la que proponía un jardín japonés seco, compuesto por 400 kilos de guayaba, pensado para el dibujo en colectivo. También otro proyecto titulado Nuevo Dorado (2005), en el que transformaba cajas desechables en juguetes de diseñador…

 

Obra de John Nomesqui

 

En ARTBO 2018 llega de la mano de la instalación Con sumo cuidado, en la que reflexiona y trabaja, con talento e imaginación, en la supuesta regeneración de los árboles talados. Para este empeño de sumo lirismo y amor por la Naturaleza, el ingenioso artista “siembra” en el entorno, en este caso el pequeño espacio del stand, los nuevos retoños frutos del amor de algunos hombres, como Nomesqui, por todo aquello que le rodea y lo acoge. Pero realizados a partir de textiles de papel que él fabrica con tiras de comprobantes de compras comerciales, que transforma luego, cual piel, en cordeles que tapizan y dan vida a sus simbólicos árboles. 

Un bosque de creatividad “perfuma” el ambiente de este lugar, traído por una galería, que, con su nombre, regala aliento y es también parte, intrínseca del proyecto, por todo lo que significa de un nuevo comienzo: Aurora. Recordamos entonces aquella estrofa de una canción, también simbólica en estos tiempos: "¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón... " con el empeño y la certeza de que la Tierra se salvará.

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