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¿Qué voy a decir yo de Lorca?
28October

¿Qué voy a decir yo de Lorca?

«¿Volver a hablar de Lorca?, preguntarán muchos. Yo creo que de los grandes creadores nunca se ha escrito lo suficiente, nunca está de más volver sobre ellos. Como decía Platón, todo conocimiento es remembranza, y, como decía Salomón, toda novedad es solo olvido. Volver a recordar a Lorca nos ayuda a mantener activa nuestra memoria y nuestra actualidad cognoscitiva».

Con estas palabras del moderador Manuel García Verdecia dio inicio en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) de Holguín, como parte del programa del Coloquio Iberoamericano de Letras de la edición veinticuatro de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, el panel «120 Aniversario del nacimiento del gran poeta español Federico García Lorca», con la participación de Maricela Messeguer, Carlos Esquivel Guerra, José Rojas Bez y Moisés Mayán.

Imposible reflejar en solo un par de cuartillas todo lo que se abordó en casi hora y media sobre la vida y la obra de ese poeta, dramaturgo y ensayista español que tanto ha influido en la literatura española y que fuera asesinado a la edad de 38 años por las tropas falangistas en la Guerra Civil que estremeció a la península ibérica en la tercera década del pasado siglo. De ahí que Arte por Excelencias, que estuvo presente en el enriquecedor intercambio, prefiera citar fragmentos de las intervenciones de dichos intelectuales.

Maricela Messeguer: «La Isla acogió al poeta con emoción y regocijo. De sus encuentros formales con la intelectualidad cubana de la época han quedado como testigos los temas de aquellas conferencias que brindara en diferentes lugares, donde cuentan que el autor granadino se multiplicaba en acciones cuando por momentos disertaba, declamaba o cantaba acompañándose al piano. Los títulos que nos quedan son “Mecánica de la poesía”, “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”, “Las nanas infantiles”, “La imagen poética de don Luis de Góngora” son algunas».

Carlos Esquivel Guerra: «Recuerdo que cuando queríamos descubrir algunos recursos tropológicos, siempre los ejemplos venían con Lorca. Aquellas metáforas ahora nos sonarían estridentes, pero innegablemente nos ayudaron mucho a encontrar, a diseccionar un arte de componer, de estructurar, de remover el ejercicio de la sintaxis de la tropología literaria y cultural, y eso, por supuesto, es agradecible a la magnitud de la obra de Lorca. De alguna manera esta, y la de algunos otros grandes poetas de la literatura española nos han dejado ese sabor del extrañamiento que nos hace palparlo, revivirlo, recontextualizarlo y dedicarle todo el homenaje que sin dudas se merece».

José Rojas Bez: «Lorca es una persona que siempre me asombra. ¿Por qué me asombra?: ¿cómo es posible que alguien en tan poco tiempo, en tan pocos años de vida, haya podido hacer una obra tan importante y en tan diversas direcciones, además de haberse movido en distintos ámbitos, llevando e intercambiando cultura, aprendiendo y dando? (…) ¿Qué poesía no hay en todo el teatro de Lorca? Es un poeta, un dramaturgo, un ensayista, un escritor, un creador que asombra de principio a fin».

Moisés Mayán: «Quiero leer un texto de Lorca donde, de alguna forma, el poeta granadino presenta lo que creía que era la poesía: “Pero ¿qué voy a decir yo de la poesía?, ¿qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo?: mirar, mirar, mirarlas, mirarle y nada más. Comprenderás que un poeta no puede decir nada de la poesía, eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la poesía. Aquí está, mira, yo tengo el fuego en mis manos, yo lo entiendo y trabajo con él perfectamente, pero no puedo hablar de él sin literatura. Yo comprendo todas las poéticas, podría hablar de ellas si no cambiara de opinión cada cinco minutos. No sé, puede que algún día me guste la poesía mala muchísimo, como me gusta, nos gusta hoy la música mala con locura. Quemaré el Partenón por la noche para empezar a levantarlo por la mañana y no terminarlo nunca. En mis conferencias he hablado a veces de la poesía, pero de lo único que no puedo hablar es de mi poesía, y no porque sea un inconsistente de lo que hago, al contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios o del demonio, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica, del esfuerzo y de darme cuenta en lo absoluto de lo que es un poema”».