Por Reina Magdariaga Larduet
La satisfacción espiritual es tan vital para darle calidad de vida del ser humano como su necesidad de alimentarse, y las artes visuales contribuyen a cubrir esas expectativas. Muchas son las opciones concebidas en cualquier sociedad para cumplir ese propósito e inyectar energía para enfrentar los escollos en el camino de nuestra existencia.
Creadores de diferentes generaciones, ideologías, costumbres y tradiciones muestran su ingenio para condimentar el alma de un público cada vez más exigente, el cual no solo busca distracción y entretenimiento, sino también mensajes de diversas índoles.
Ejemplo de ello fue la muestra Mi amor al arte, mi amor a Cuba, donada por el coleccionista estadounidense Gilbert Brownstone, como tributo a los Cinco cubanos antiterroristas presos en Estados Unidos que hoy ya disfrutan de su libertad junto a su familia y su pueblo.
Los Cinco, como se le conoce internacionalmente al caso, fueron arrestados por las autoridades norteamericanas en 1998 por prevenir las acciones violentas que desde territorio estadounidense impulsaban contra Cuba grupos terroristas.
"Ellos representan para Cuba y el mundo la justicia social, han sido privado de su libertad física, y todo por luchar contra el terrorismo en las entrañas del monstruo", aseveró Brownstone al abrir la exhibición en el Memorial José Martí, de La Habana.
También la mayor de las Antillas se enfrascó durante el año en las celebraciones del XXX aniversario de la Bienal de La Habana, organizada por el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam.
La repercusión de ese evento de importancia internacional fue tal, que su director Jorge Fernández disertó al respecto en la Embajada de Venezuela en Alemania.
Fernández brindó una panorámica sobre lo acontecido en las once ediciones anteriores de esa importante convocatoria cultural.
Otro de los eventos que por su trascendencia quedó grabado en la historia de la cultura cubana, fue la exposición La abstracción y los artistas afroamericanos, inaugurada en el edificio de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de esta capital.
La instalación mostró un total de 38 piezas de pequeño y mediano formato de Jayne Cortez, Nanette Carter, Willie Cole, Víctor Davson, Melvin Edwards, Bill Hutson, Howardena Pindell, Senga Nengundi y el pintor y político estadounidense Ben Jones.
"Esta muestra es muy importante porque es la primera vez que el MNBA abre sus puertas para que artistas negros de Estados Unidos expongan en su instalación", expresó Jones a Prensa Latina.
El coordinador local de la exposición, Carlos Fernández, afirmó que gracias al empeño de Jones los cubanos podrán apreciar el trabajo de prestigiosos creadores norteamericanos.
Entre las innumerables opciones de las artes visuales en Cuba, también brillaron en 2014 dos exposiciones de los artistas colombianos Bibiana Vélez y Cristo Hoyos, abiertas al público hasta este mes de enero en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí.
Cada uno de los cuadros son invocaciones a la paz, a propósito del conflicto armado de mi país, dijo Vélez en declaraciones a Prensa Latina.
Por eso, ofrezco a los caídos estas flores abstractas, que son de las cosas bellas que hay en la vida, explicó.
En Silencio, Hoyos rinde a su vez tributo a los colombianos cuyos restos descansan en tumbas precarias, sin escultura ni lápida.
Unas líneas también merece la exposición En (Tinta) Memorias de un taller abierta en el Centro de Prensa Internacional de esta capital, con la presencia del cuerpo diplomático acreditado en la isla, consistente en más de 50 piezas de 15 relevantes exponentes del grabado.
"Estas obras testifican con suficiente virtud la faena del Taller Experimental de Grafica de La Habana, durante sus más de 52 años de bregar", destacó el director de Comunicación e Imagen de la Cancillería de Cuba, José Carlos Rodríguez.
Estas y otras tantas ofertas fueron propicias gracias a la existencia de un ejército de creadores pertenecientes a las artes visuales cubanas, comprometidos con su patria y con su pueblo.
Por eso, como un gesto meritorio el Consejo Nacional de las Artes Plásticas cada año otorga el Premio Nacional de Artes Plásticas, máximo reconocimiento entregado en Cuba a creadores de esa manifestación artística por la obra realizada a lo largo de su vida.
Este 2014 un jurado compuesto por prestigiosas personalidades y presidido por el Premio Nacional del pasado año Eduardo Ponjuán le confirió el lauro al artista Lázaro Saavedra, cuyas obras se encuentran en colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, Cuba; las galerías Ludwing Forum, en Alemania y la Daros, en Suiza.
Los nominados, por cuyas labor relevante merece mencionar, fueron José Antonio Choy, Lesbia Vent Dumois, Salvador Corratgé, Zaida del Río, Roberto Salas, Juan Moreira, Pedro de Oráa, José Manuel Fors, Alberto Lescay Merencio, Alexis Leyva Machado (Kcho), Eduardo Roca (Choco), Manuel Hernández Valdés, Rafael Zarza y Rocío García.
El 2014 pavimentó el camino para que los cubanos disfruten más de obras con la calidad que impone el momento, y que los artistas están acostumbrados a ofrecer a sus seguidores.
Fuente: PL
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