Pasar al contenido principal
Arte Continua: pase usted
05November

Arte Continua: pase usted

«Nuestros cuerpos, actitudes, estilos, costumbres, pensamientos y sentimientos diversos son el cénit a-positivista, progresista y líquido de la expresión humana. El capitalismo lo sabe, y sabe descodificar nuestra energía pura para inducirnos al consumo, tan eficientemente que ya casi vale la pena sucumbir ante él. O, a la inversa, valdría la pena generar formas de resistencia activas que induzcan a un sentir más profundo, y a un producir y escuchar más responsables de lo poético».

Los presupuestos mencionados en el párrafo anterior forman parte de una declaración de principios que a manera de editorial incluyeron en un periódico los organizadores de ¡Pase!, programa de poesía, arte y sonido experimental que inauguró el pasado 22 de septiembre la galería Arte Continua en La Habana ―antiguo cine Águila de Oro, Rayo e/ Zanja y Dragones, Barrio Chino, Centro Habana―, conjuntamente con la exposición colectiva ¿Cómo está el agua? En aquella ocasión, al citar sobre qué iban estas jornadas de todos los sábados hasta el 9 de noviembre, citábamos: «¡Pase! llama a reflexionar sobre lo que captamos con el sentido del oído y a desplazar las tradicionales aristas de poesía y sonido. Además, impulsa a experimentar Arte Continua, su sonoridad y las obras de este espacio de manera diferente».

Una jornada diferente fue la que pudieron disfrutar los enviados de Arte por Excelencias al asistir a la quinta sesión de ¡Pase!, de la que formaron parte la exhibición del documental Ludwig Van, dirigido por Mauricio Kagel en 1969, y la presentación del proyecto En la ruta de Fluxus, de la pianista concertista y máster en Música, Pedagogía y Trasdisciplinariedad entre las Artes Sunlay Almeida Rodríguez, quien trabajó durante dos jornadas con niños de una escuela primaria del Barrio Chino.

Fluxus es un movimiento artístico de las artes visuales, la música y la literatura, autodefinido como antiarte, con auge en las décadas de los sesenta y los setenta del siglo XX, y enfilado contra el objeto artístico tradicional hecho mercancía. Proclamó que cada individuo constituye una obra de arte en sí mismo y que la vida se puede entender como una composición artística global.

Para ampliar sobre este capítulo de ¡Pase!, conversamos directamente con Sunlay: «Fluxus fue un movimiento al que pertenecieron alrededor de ciento sesenta artistas. Cuando surgió la idea de que hiciéramos un taller con niños, me pregunté por qué no hacerlo en esa ruta, de ahí el nombre. Quise a la vez que fuera un homenaje a Ludwig Van Beethoven, quien seguramente en su época tenía el espíritu que posee hoy Fluxus. Cuando él recibió una beca, sus benefactores le dieron la libertad de componer todo lo que quisiera. En los años sesenta fue muy necesario que los miembros de Fluxus hicieran todo lo que se proponían. Nuestro Fluxus es muy diferente, nosotros hacemos otras cosas, pero siempre con aquellos principios. Tengo experiencia en talleres artísticos para niños. Con estos, traté desde una práctica artística, la ejecución del piano, que escribieran lo que les gusta hacer, y a partir de ahí lo armamos todo con Beethoven, porque ese gran músico fue muy moderno para la época que le tocó vivir. El piano no hay que saberlo tocar para que suene, y con los niños siempre hay que esperar grandes sorpresas, con toda su fantasía y su sinceridad».