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Imágenes de una isla
24September

Imágenes de una isla

La exposición antológica de fotografía cubana La imagen sin límites fue inaugurada en el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes con la asistencia de numeroso público y la presencia del ministro de Cultura, Alpidio Alonso; el director del MNBA, Jorge Fernández Torres; la presidenta de la Asociación de Artistas Plásticos de la Uneac, Lesbia Vent Dumois; y el curador de la muestra: el investigador y crítico de arte Rafael Acosta de Arriba.

En el texto para el catálogo, titulado La isla de las imágenes, De Arriba apunta que la exposición «recorre la historia de la fotografía en Cuba. Es una de las posibles versiones de ese decursar. Cuba fue unos de los primeros países que recibió el invento de Daguerre y Talbot, apenas unos meses después de su registro en París, y fue la primera isla en ser fotografiada. Con rapidez, se multiplicaron los estudios fotográficos a lo largo y ancho del país, surgieron los primeros fotógrafos nacidos en Cuba y se recibió la visita de importantes artistas del lente, los que trabajaron y registraron imágenes de la sociedad, la cultura y la historia cubanas».

Un total de cien obras y fotógrafos componen el recorrido que nos propone La imagen sin límites. Entre los participantes, en un amplio abanico que abarca desde el siglo XIX hasta nuestros días, se encuentran nombres infaltables en cualquier indagación que se realice sobre la fotografía cubana desde su surgimiento: José Manuel Acosta, Joaquín Blez, Constantino Arias, Tito Álvarez, Raúl Corrales, Alberto Díaz Korda, Osvaldo Salas, Ernesto Fernández, Roberto Salas, José Agraz, Liborio Noval, Grandal, Gory, Marucha, Mario García Joya, Iván Cañas, Chinolope, José Manuel Fors, René Peña, Cirenaica Moreira, Pedro Abascal, Roberto Chile… Por supuesto que entre las fotos no falta ese icono de la imagen de todos los tiempos: la de Ernesto Che Guevara hecha por Korda en el año 1960, la más difundida de la historia.

«La estricta selección de la muestra ―nos sigue diciendo Rafael―, determinada por el espacio expositivo, presenta a un grupo de reconocidos artistas y algunas de sus mejores imágenes. Es, pues, una historia en la que el equilibrio entre autores y obras trata de ser lo más representativo posible. Hoy la fotografía insular presenta temas y rasgos similares a la fotografía de cualquier otra latitud, y desde hace décadas recibe el reconocimiento internacional».

Aunque no forman parte de la exposición, se hace homenaje también a numerosas fotógrafas que a lo largo de los ciento ochenta años de historia de la fotografía en Cuba han dignificado ese arte, entre ellas Encarnación Irástegui, Clara García de Bravo, Mayra A. Martínez, Ana Mendieta, Lisette Solórzano y Alina Isabel Pérez. También se hace mención a reconocidos fotógrafos extranjeros que han trabajado en nuestro país: los estadounidenses Walker Evans, Lee Lockwood, Elliot Erwitt, Burt Glinn y Peter Turnley; los franceses Henri Cartier Bresson, René Burri, Roge Pic y Marc Riboud; los mexicanos Pedro Meyer y Rodrigo Moya; y el español Juan Manuel Díaz Burgos, entre otros creadores.

«Seguir de cerca ―concluye Rafael Acosta de Arriba― los procesos mutantes operados en la fotografía cubana, como parte de un universo visual rico y complejo, es uno de los propósitos».

En las palabras inaugurales, el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Jorge Fernández Torres, declaró que tener a la fotografía en el templo de las artes visuales cubanas es un homenaje merecido. «Cuando uno ve la investigación artística que se ha hecho durante años, puede asegurar que la fotografía nuestra no tiene nada que envidiarle a la que se ha hecho en el mundo. Las colecciones cubanas tendrán que pensar cómo se relacionan con ella, repensar cómo se reinserta ese discurso, porque es muy difícil hablar del arte cubano, hablar de la fotografía, poderlo resumir en una colección permanente, cuando hay tantos artistas, tanto talento».

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