Pasar al contenido principal
La memoria tiene un cartel
02June

La memoria tiene un cartel

Por Jorge Fernández Era

La exposición La memoria diseñada. Carteles Icaic 1960-2017 fue inaugurada en el edificio de arte cubano del Museo Nacional de Bellas Artes con la presencia de Roberto Smith, presidente del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos; Ramón Samada, vicepresidente del Icaic, Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba; Lola Calviño, vicedirectora de dicha institución; Elena Nápoles, representante de la Oficina Regional de la Unesco; Iván Giroud, presidente del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano; y Nelson Herrera Ysla, crítico de arte.

La muestra, con curaduría de Sara Vega, Laura Arañó y Daymar Valdés, «recoge la gráfica para cine de los años sesenta hasta las más recientes creaciones e intenta devenir un acto de necesaria revisitación a este patrimonio nacional». La componen doscientos cuarenta y tres carteles y bocetos. Al decir de Sara Vega en el hermoso catálogo de la exposición, obras «de los emblemáticos diseñadores Eduardo Muñoz Bach, Antonio Fernández Reboiro, René Ascuy, Antonio Pérez Ñiko, Alfredo Rostgaard, Rafael Morante y Julio Eloy Mesa podrán ser vistas nuevamente. Junto a ellas aparecerán otras realizadas por diseñadores quizás menos conocidos cuyos carteles han quedado un tanto relegados en el tiempo». Y más adelante destaca: «Es sorprendente que hoy, transcurridos más de cincuenta años de aquella inicial producción gráfica, los carteles del Icaic sigan estando de moda, continúen exponiéndose en el mundo entero y se escriban ensayos sobre los mismos y se reproduzcan en catálogos y libros. (…) Una vez más, los carteles del Icaic podrán ser revisitados por el público que en un momento los disfrutó y que constituyeron, al decir de Adelaida de Juan, “la belleza de todos los días”, mientras que un público más joven tendrá la oportunidad de verlos por primera vez y entender así el valor de este conjunto de obras gráficas que recientemente han sido inscritas en el Registro Nacional y de América Latina y el Caribe en su Programa Memoria del Mundo de la Unesco».

Firmada por Gladys Collazo, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, se hizo pública, en voz de Lola Calviño, la resolución número 40 de 2018, que declara Patrimonio Cultural de la Nación Cubana la colección de carteles cubanos de cine como obra de indiscutible valor para la cultura cubana. En uno de sus por cuanto se apunta que dichos carteles «son la expresión de la gráfica que acompañó a la cinematografía cubana en todo su devenir, desde la primera pieza conservada en la Cinemateca de Cuba: La manigua o la mujer cubana, de 1915, hasta los últimos carteles confeccionados para filmes nacionales producidos por el Icaic o de manera independiente a la industria».

Las palabras de inauguración de La memoria diseñada. Carteles Icaic 1960-2017 estuvieron a cargo de Nelson Herrera Ysla, quien rememoró otra exposición que hizo época: 1 000 carteles cubanos de cine, que en 1979 «nos puso al día en materia de diseño y nueva visualidad». Tras subrayar que era en aquella época un hecho más relevante que la pintura, el dibujo o el grabado, hizo un llamado para que el cartel de cine ―«hijo menor, casi bastardo, de las grandes producciones simbólicas»― formara parte, por derecho ganado a base de calidad y trascendencia, de la colección permanente del Museo Nacional de Bellas Artes. Y concluyó: «La cultura visual cubana adquiere toda su dimensión estética y universal a través también de estos carteles que legitiman la naturaleza creadora e imaginativa de tantos autores, muchos de ellos felizmente entre nosotros. Recuperemos siempre la memoria, constantemente, y si es diseñada, mejor».