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Guillén en la raíz
10July
Artículos

Guillén en la raíz

Por Jaime Masó Torres

 

Yo no voy a decirte que soy un hombre puro.

Entre otras cosas

falta saber si es que lo puro existe.

                     Nicolás Guillén

 

Obligado a ser felizmente un símbolo de Cuba, Nicolás Guillén y esa obra grande que construyó, forma parte del más alabado y protegido patrimonio cultural de la isla. Guillén y su poesía, Guillén y sus denuncias, Guillén presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Guillén en lo autóctono, en lo que no se vende, Guillén en la raíz… así se le recordará siempre. Camagüey lo vio nacer en 1902 un 10 de julio, hace 116 años.

Cuando ya había publicado sus primeros tres libros, Guillén no dudó en ingresar al Partido Comunista de Cuba, fundado por otro poeta imprescindible como Rubén Martínez Villena. Fue en 1937, pero esa vocación por defender al más pobre le llegó desde la niñez, apuntan sus biógrafos.

Conocida es su participación en el célebre Congreso por la Defensa de la Cultura, realizado en Valencia en plena Guerra Civil española, donde conoció a Pablo Neruda, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Octavio Paz, y  allí justamente, su obra alcanzó difusión europea.

Otros investigadores coinciden en que la actividad literaria de Nicolás Guillén se inició en el posmodernismo, aunque pronto su producción se inscribió dentro de la llamada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada “poesía negra”. Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática del mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y servidumbre sufrida por el pueblo. Y es que estuvo tan cercano a la gente, que el mismo pueblo lo eligió como su Poeta y dicho puesto aún es pequeño ante la inmensidad de sus poemas.

Cientos de artistas le cantaron, y lo hacen todavía. Desde los aplaudidos arreglos de Pablo Milanés hasta la belleza interpretativa de los españoles Ana Belén y Víctor Manuel, nos devuelven a un Guillén tan próximo como siempre. Sobrevivirá su obra a los poderíos imperfectos que van y vienen, al silencio de los buenos, a la liviandad de algunos artistas… Perdurará Guillén por la simple razón de permanecer abajo, donde estamos todos: sin colores y clases, en la raíz.