Pasar al contenido principal
CARMEN, pasión interna música mediante
29May
Noticias

CARMEN, pasión interna música mediante

Por: Toni Pinera

 

Nadie duda a estas alturas que Carmen, la ópera del compositor francés George Bizet, es un himno a la pasión, con amplios vasos comunicantes entre el sentir interno del personaje de la novela homónima de Prosper Merimée, y la música que le dio más tarde vida en esa otra dimensión artística, con la que ha recorrido el mundo. Las notas bocetan a cada instante el sentir de la mujer impetuosa, ardiente..., al punto que parece escucharse los latidos de su corazón en cada nervio escénico. Y abre caminos sonoros donde palpita la protagonista que no respeta el orden establecido blandiendo siempre la espada de su libertad personal.

 

El próximo 3 de junio se cumplen 142 años de la muerte de Bizet, y en un merecido homenaje al célebre creador, dos importantes compañías que están de aniversario en este 2017, el 30mo. del Ballet Español de Cuba, que dirige Eduardo Veitía y el 55mo. del Teatro Lírico Nacional de Cuba, liderado por Roberto Chorens, unen sus fuerzas para recordarlo. Creación conjunta, música/danza, voces/cuerpo vestirán la inmortal pieza para revivir en las tablas su historia en un espectáculo titulado Carmen por dos, que llenará la sala García Lorca del GTH Alicia Alonso del dos al cuatro de junio.

 

Hacia 1875 veía la luz, en París (Francia), la ópera Carmen. Tres meses después, fallecía el compositor George Bizet, quien supo llevar al ámbito musical la célebre novela de Merimée. La Carmen, del Ballet Español de Cuba, estrenada en 1998, se sumaba en aquel momento, a la rica tradición tejida en torno a un tema profundamente español, entre cuyos exponentes más notables se cuentan, no obstante obras surgidas en otras latitudes, la propia obra Merimée, la ópera de Bizet, numerosas versiones cinematográficas y los ballets con coreografía de Roland Petit y Alberto Alonso, esta última que tuvo a Alicia Alonso en su papel estelar, por sólo mencionar estas.

 

Hoy, en esta labor a dúo, estarán también de fiesta los recuerdos. Pues, las dos agrupaciones tienen un parentesco cercano, ya que el BEC en su nacimiento, creado por la Maestra Alicia Alonso en 1987 llevaba el nombre de Conjunto de Danzas Españolas del Gran Teatro de La Habana, que tenía como una de sus principales premisas artísticas acompañar del lado danzario a los espectáculos de Ópera y de Zarzuela, precisamente de la institución que en este 2017 se unirá en la escena, para comenzar una serie de trabajos conjuntos que sin dudas enriquecerá el acerco cultural nuestro.

 

Carmen por dos, con flamenco y arte lírico, se basa en la puesta coreográfica de Eduardo Veitía, en la que no se ha olvidado la herencia cultural acumulada sobre la pasión y los celos que protagoniza la gitana Carmen. Aunque en esta ocasión mueve de lugar algunas escenas, incorporando otras para acercarla más al decir de la ópera de Bizet. Podríamos decir, sin dudas, que es una versión de su Carmen. Enriquecida y coloreada del lado musical con los cantantes líricos -que compartirán las tablas con los bailarines-, dirigidos, artísticamente por Helson Hernández. Ellos aparecerán en el escenario como un mágico eco del arte, que motivará al espectador para sentir/palpar una Carmen multiplicada, en el gesto y en la voz. En un solo acto, sin intermedio, se sucederán nueve escenas: Obertura, Habanera, Tabaquería, Seguidilla, El pas de deux de la cárcel, La canción gitana, El toreador, Soleá Toro/Torero, Escena final, en la que alternarán bailarines, cantantes en un todo común.

 

La Carmen del BEC, y, por supuesto de Veitía, ese alumno aventajado de la Alonso que nos ha regalado en el flamenco muchas obras indelebles, se propuso subrayar dos miradas o vertientes de la naturaleza de ella: por un lado, traducir el fuego interno en lo más profundo de los personajes, y, por otro, entregar el placer que logran obtener a su alrededor. Todo ello con la voluntad de renovación, resumida, en la develación de esa dualidad en forma de expresión danzaría, según imagina el director general del BEC. Esta pieza tiene tintes agitanados en unas escenas (la tabaquería, por ejemplo), y en otras enfoca el interior-exterior de una corrida de toros, caracterizado por las tonalidades rojas y el brillo de esos ruedos. Y aunque parten de la obra literaria, sin romper esquemas, ahí yace la impronta sabia del BEC, sumando valores. Desde la parte musical, a partir de los arreglos de los maestros Daniel Martínez y Yosvany Brito.

 

Es de subrayar que en esta Carmen hay muchos recursos teatrales puestos en juego hilvanados en danza, y el complejo cultural del flamenco vibra en toda plenitud en la pieza, aunque se utiliza la música clásica de Bizet. En este punto es donde se emparenta con la versión de Antonio Gades. La carga emotiva, la profundidad de los sentimientos, la proyección del gesto, hacen de este código escénico, un ejemplo elocuente de cuánto puede penetrar la danza en la naturaleza humana y en la idiosincrasia de un pueblo. Esta Carmen sustenta ese credo artístico.

 

La versión actual tiene significativos valores: en primer lugar la coreografía y su estructura dramática, el decorado sencillo y funcional, por instantes imaginativo, a la dualidad del vestuario, informal y teatral al mismo tiempo, y a esas luces que crean y desaparecen espacios escénicos, ambientes, tensiones...La otra parte llega con los bailarines, y ahora, también suma el aporte de los cantantes del Teatro Lirico Nacional de Cuba, en la labor de equipo de todos y cada uno. En el caso del BEC, tanto en los protagónicos como en el cuerpo de baile, debutarán algunos jóvenes bailarines, alumnos de la Unidad Artística Docente del BEC, que ha dado muchos frutos en su existencia. Algo que pone de manifiesto el desarrollo de esta agrupación que dirige el maestro Eduardo Veitía, dejando a su paso una estela de alegría, buen hacer, talento, imaginación conjugada en los movimientos y en las más disímiles facetas de la vida cotidiana, sus gentes y cultura, para traducir al arte. Carmen por dos, destaca un instante significativo de dos agrupaciones hermanadas por la danza y el canto, además del sentido de colectividad, por el amor que los une, como un todo, al desarrollo logrado en este tiempo.