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La ceiba dice
05November
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La ceiba dice

Por Jorge Fernández Era

Auspiciada por la embajada de Noruega y por la Oficina del Historiador de la Ciudad, ha sido inaugurada, en el espacio Factoría Habana (O’ Reilly no. 308 e/ Habana y Aguiar, en el Centro Histórico de la capital cubana), la exposición La ceiba me dijo tú, conformada por las muestras Enigma espiritual (Belkis Ayón, 1967-1999), Fragmentos de memoria (Carlos Martiel, 1989) y Black gardens (Elio Rodríguez, 1966). Las tres son independientes, pero vinculadas, y su aglutinador título está tomado de un poema de la Premio Nacional de Literatura Carilda Oliver Labra incluido en su libro Poemario (1970-1979).

Belkis Ayón, grabadora y dibujante, basó su obra en la religión y sociedad secreta abakuá, asentada en Cuba desde el siglo XIX. En su corta pero fecunda vida fue ganadora de numerosos premios y becas, e impartió clases en la Academia San Alejandro y en el Instituto Superior de Arte. En el año 2009 una antología de su obra fue expuesta en el Convento de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja.

Carlos Martiel Delgado reside en Nueva York, Estados Unidos. Fue ganador de una beca de la Cisneros Fontanals Art Foundation en el año 2014 y hace pocos meses, exactamente el 12 de mayo pasado, impresionó a críticos y público asistente a la Bienal de Venecia con su performance Mediterráneo, suceso ampliamente reseñado en el número 34 de los meses de mayo a julio de la revista Arte por Excelencias.

Elio Rodríguez Valdés vive en Alicante, España, y ya se ha hecho común su participación en ferias de arte como Context New York, Contex Art Miami y Pulse New York.

Veamos lo que nos dice sobre La ceiba me dijo tú su curadora, la doctora Concha Fontenla: «Identidad, religión, raza y cultura son los cuatro elementos, cuatro puntos cardinales, cuatro jinetes del apocalipsis y cuatro atlantes que erigen esta exposición, estructurada en tres niveles de contenido para insertarse en el espacio arquitectónico de Factoría hasta generar una cuarta dimensión informativa, globalizada y cubanísima bajo la que se articulan los discursos y poéticas de los tres artistas que la conforman. (…) La importancia del viaje no es otra que el paulatino ascenso en la espiral infinita del cuestionamiento humano. En ese eterno peregrinar llegamos a esta exposición, homenaje a la ceiba, cargados de preguntas que solo tienen respuesta en su tronco omnipotente que nos sosiega».