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Apta solo para soñadores
14August
Artículos

Apta solo para soñadores

Si aun crees en la magia, si aun sueñas al cerrar los ojos y, al abrirlos, te lanzas en su búsqueda, si confías en el cambio, entonces disfrutarás de Vida y milagro de Federico Maldemar.  Una propuesta escénica que viene de la mano del director de Teatro Pálpito, Ariel Bouza, y que apuesta una vez más por un texto de Maikel Chávez, que también participa como actor. La dramaturgia en general, reflexiona sobre la desesperanza, los sueños no cumplidos, el abandono; pero siempre con una mirada optimista y entretenida para todo tipo de público.

El público es recibido por las voces en off de dos locutores que conducen un programa de radio. Desde ese instante, se advierte que será una velada divertida. El personaje protagónico es Federico, un ratón que se ha dejado influenciar por el odio de una Lata de sardinas, resentida con la humanidad. Su amiga de la infancia, la ratica Victoria, llega por sorpresa a la alcantarilla donde vive Federico. Ambos han estado enamorados desde jóvenes, pero sus caminos se distanciaron.

Ahora, se ven enfrentados por el engaño de la Lata de sardinas, quien pretende gobernar a su antojo a todos los que habitan la sucia cloaca. Federico, había sido un soñador también, con un corazón noble y tan ingenuo, que no recordaba cómo disfrutar de los pequeños momentos de la vida.

Pero Victoria logra rescatar de las oscuridades a su amigo.

El elenco está conformado por jóvenes talentosos que demostraron destreza y dominio de  los muñecos. En ningún momento se ve torpeza ni saturación en las imágenes, incluso en la escena en la que los cuatro actores están animando a Federico. Cada movimiento danzario de los títeres está perfectamente articulado, y eso se lo debemos al entrenamiento constante de los actores. Aunque ellos interactúan en ocasiones con las figuras, nunca se tornan protagonistas, los muñecos mantienen sus roles como principales actuantes de la puesta.

La ambientación es bastante atractiva, sobre todo en los instantes en los que la luz incide en el humo, creando la atmósfera justa que complementa la escena. Quizás este recurso es utilizado en demasía, y dejan a un lado la posibilidad de crear otros juegos escénicos con los demás elementos de la obra. La música estuvo a cargo de Eduardo y Eduardito O'Bourke, los cuales la trataron de integrar con gran maestría, de forma simpática y pegajosa. Esto hacía que el público fuera más participativo y se mostrara receptivo durante toda la función. También ayudó el hecho de que textual, musical y estéticamente, la obra está plagada de referentes culturales, refranes populares y guiños a cuentos infantiles.

A este colectivo le auguro muchos más éxitos, porque en esta ocasión ya se pueden dar por satisfechos. Bouza es un verdadero maestro, y ha sabido conducir a su equipo hacia un buen camino, exaltando las habilidades de cada cual. Solo espero que el público haya disfrutado tanto como yo, y que experiencias así se repitan a lo largo de esta fiesta titiritera

Tomado de: El Timonel

Foto: La Jiribilla