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Tony Ávila y Alfredo Ureta siguen apostando por la Cuba de todos
18December
Artículos

Tony Ávila y Alfredo Ureta siguen apostando por la Cuba de todos

La actual edición de los Premios Lucas 2018 trae entre sus aplausos un video clip protagonizado por el cantautor Tony Ávila y dirigido por el reconocido realizador Alfredo Ureta; un dueto que ha resultado provechoso por la química conceptual que emana de ambos creadores.

Mi casa.cu, es un título que ha acompañado a Tony Ávila en los últimos años en muchas de sus presentaciones, por todo lo que representa dentro de la cosmovisión del cubano actual.

Desde su nombre ya se indican las primeras coordenadas de la historia: es una relatoría que tiene a Cuba como centro de atención, a través de una mirada personalizada, de ahí que se inicia con un pronombre posesivo en primera persona, y que termine con la condición de nacionalidad que imponen los códigos modernos de la internet (punto cu).

Ese discurso del necesario cambio social sin renunciar a lo que significa el principio de ser cubano, es el tema de esta canción que sale del fonograma y recobra nuevas luces a partir de un audiovisual cuyo primer elemento distintivo es que haya sido hecho sobre una maqueta. O sea, la casa que se representa es un elemento gráfico, que el recurrente uso del primer plano de una cámara que actúa como un personaje omnisciente, (aparece en todo momento), devela al detalle esa realidad estructural.

 

Casa nueva

 

Y justo este elemento (maqueta) aparece como símbolo de proyecto a realizarse por los hombres, y diseñado en correspondencia con las necesidades de los hombres que la habitarán.

A partir de este elemento Mi casa.cu alberga una consecución de símbolos perfectamente logrados. Destaca, en ese sentido, el uso del color como recurso expresivo, en principio privilegia el gris, o el amarillo tan pálido que simultanea con el carmelita oscuro, como muestra del desgaste interior y del inevitable paso del tiempo. Otro elemento a significar es la falta de iluminación, que al tiempo que intensifica la idea de lo viejo, redunda en la ceguera ante la inmanente necesidad de implantar lo nuevo.

Y señalo estos elementos circunscribiéndolos a un primer tiempo porque este audiovisual juega con dos tiempos narrativos evidenciados por el trabajo de la luz y la espacialidad. Ambas categorías están estrechamente unidas: en la medida en que prima lo oscuro, también los espacios se muestran más estrechos y la colocación del mobiliario -igualmente añejo- resulta más rígido

Véase que este es el primer momento, donde se enuncia el conflicto de la casa, y donde el tono del cantautor y del propio audiovisual son completamente descriptivos. Ya en el segundo tiempo lo descriptivo en el decir alcanza mayor agilidad visual. Se inserta el elemento color, se varía el elemento mobiliario y lo más importante: la relación espacial se torna más holgada, dando la sensación de libertad y limpieza. ¿De qué manera se logra esto?, pues el ingenio de Ureta inserta manos que, desde la altura, muestran, la diversidad etaria, de género y filiación religiosa de todas las personas que pueden contribuir al cambio de esa casa, que ya para ese momento adquiere la connotación de país. Tras un efecto metafórico la casa es sinónimo de nación y la inserción de esas manos representa el sentido participativo de todos en la remodelación de un país, que tal como dice el texto: no necesita cambios de estructura, de ahí que en los cambios formales no deje de estar la imagen de Martí y de la bandera. Otra inserción simbólica que denota la valía del ser cubano.

Importante señalar en ese sentido la inserción de manos, no de rostros, estos últimos no interesan sino el acto de crear. Se trata de un sujeto genérico que se traduce en el quehacer del cubano que se multiplica en la escena.

Mi casa.cu inicia y culmina con la presencia del cantautor interpretando el tema desde un televisor que también responde a los cambios espaciales que ocurren en el entorno. Ávila se mantiene en la misma posición con su guitarra, no interviene dentro de la dramaturgia como personaje, sino acentúa, desde la objetividad de la distancia, el rigor del discurso.

 

Tele viejo

 

Tele nuevo

 

En ocasión de las nominaciones de la presente edición de los Premios Lucas, Tony Ávila expresó: "esta es una canción necesaria, al menos para mí, y más teniendo en cuenta los tiempos que corren, en los que cada cubano tiene la responsabilidad de optar por los cambios que nuestra constitución necesita para seguir viviendo en la Cuba que queremos, sin perder lo que hemos logrado en el país que tenemos”.

Con sencillez de recursos, el audiovisual Mi casa.cu logra traducir en imágenes un resultado cultural del que se puede “apropiar” el cubano de estos días. Tony Ávila y Alfredo Ureta, junto a un equipo de trabajo en el que vale significar el trabajo de fotografía, de producción y, por supuesto, el de dirección han apostado por una síntesis plausible al enunciar una realidad que espera por la participación colectiva en la Cuba de todos.