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Un showman de la música cubana: Wil Campa
25December

Un showman de la música cubana: Wil Campa

Nadie que lo ve en escena logra descifrar al verdadero Wil Campa. En el escenario, está el showman, el cantante, el compositor, el arreglista y el todo de su orquesta La Gran Unión. Fuera de ella, el hombre sencillo, de hablar bajito, de pocos gestos y un caballero de ley. El Grupo Excelencias conversó con este multifacético artista, quien desde hace algún tiempo ocupa los principales listados de preferencia de la música popular bailable.

Suele levantarse muy temprano, es un bailador nato de casino y llegó a este mundo bajo el signo de cáncer. Y quienes prefieren creer el zodíaco, comprenderán entonces porqué este hombre ama la disciplina y es estricto con su trabajo. El hombre de ojos verdes y sonrisa seductora se ha colado en el mundo de la música popular bailable. De Cuba y para el mundo, ha llegado para siempre Wil Campa y La Gran Unión.

“No hay músicos en mi familia. Soy de un pequeño pueblito de Pinar del Río llamado Las Martinas y con mis amigos creaba instrumentos musicales rústicos, con materiales como hilo de pita, caña brava y otros. Sé sanar el cuero del chivo para hacer el bongó y solía imitar a grandes músicos como Oscar de León o el Benny Moré. Pero todo, de manera muy natural.”

Así comenzaron los anhelos musicales de este hombre, que se define como inquieto, creativo, sensible y fanático a hacer amigos. Siempre está creando y de eso se ha tratado su vida. Cuando estaba en el Servicio Militar, alguien le comenta que estaban buscando un cantante en una orquesta. Y aunque nunca había cantado, decide arriesgarse y para fortuna de todos, hasta hoy le ha salido bien. Estudió cuatro años el curso de Canto Popular en el Centro de Superación Raúl Sánchez. Y luego, integró varias orquestas en Pinar del Río hasta que llegó un momento cumbre en su carrera: integrar la agrupación de Orlando Valle Maraca.

“Con ella, participé en los Festivales de Jazz más importantes del mundo, cantamos en 38 países, hicimos tres discos y en 2002 estuvimos nominados al Grammy con el fonograma Tremenda Rumba.”

Pero Wil Campa quiso más. Y hace 11 años, decidió crear su propia orquesta. “Quise hacer mi propia orquesta. Y lo hice con ayuda de quien me representa hasta hoy, la disquera Revolution Internacional. Gracias a ella, nos hemos presentado en Canadá, Estados Unidos, Europa y el Festival de la Música de Francia. Hemos hecho ya cuatro discos y ahora estamos enfrascados en el quinto. Nuestro CD Todo es posible bajo la producción de Bis Music estuvo nominado en la categoría de música popular bailable en Cubadisco 2012.”

Y desde entonces, no ha dejado de trabajar. Cada uno de sus temas funcionan y han estado en el hit Parade de las listas de reproducción nacionales e internacionales. Temas como La Bambina, Mi filosofía, Me gustas tú, Qué me quiten lo bailao, Suelto y sin vacunar, La vida sigue, Si tú te vas o La noche, se han posicionado de tal manera, que hoy lo tienen que cantar en cualquiera de las plazas donde se presenten. Y el éxito radica no solo en la composición o en la melodía, sino en cómo diseñan la puesta en escena.

“Es una orquesta espectáculo. Los mismos músicos hacen coreografía de diferentes estilos. Tengo coreografías con bates de béisbol, con máscaras, vestuario árabe y con tambores. Cada día lo mejoramos y funcionan. Del día, no tengo muchas horas para mí. Lo dedico casi todo a la orquesta. Exijo mucha disciplina y que los músicos también se entreguen por completo a la agrupación.”

Su quinto disco, aún en proceso de grabación, contiene 11 temas y está dedicado al Son, ese género tan cubano y que nos distingue en el mundo. El fonograma, titulado La mejor vista bajo el sello Egrem, cuenta con la participación de otros músicos reconocidos en la Isla como Haila María Mompié y Alexander Abreu.

Ha tenido la dicha de compartir con Cándido Fabré, la Original de Manzanillo,  ama la música de Benny Moré, baila al ritmo de Juan Formell y Los Van Van y en su repertorio no pueden faltar temas del músico pinareño Polo Montañez. Apuesta por el merengue electrónico, la música urbana, pero sobre todo, por las creaciones cubanas. Se define como un guajiro emprendedor y guerrero, por ello ha llegado hasta donde está hoy.

“Te cuento que no voy a parar. Tengo el deseo y la fuerza de seguir haciendo. Y para ello, tengo un colectivo que me acompaña muy bien. Todo es sobre la base de la disciplina. Hacer las cosas y hacerlas bien (…) Me veo como Compay Segundo, si la vida me lo permite y llego hasta esa edad: poniéndole empeño a todo y siempre defendiendo la música cubana.”