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«El dibujo ha sido siempre un soporte fundamental en mi proceso creativo —nos dice el artista cubano Frank Martínez en la información gráfica que acompaña a la exposición con la que participa en la XIII Bienal de La Habana y que se exhibe en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de la Plaza Vieja—. Su universo se convierte en un importante espacio para comentar sucesos que trascienden el mundo real e invaden el espacio de la obra. El dibujo no sería solo un objeto retiniano, sino una herramienta del pensamiento, que aglutina y “resuelve” el permanente work in process».

Dibujadas con carbón sobre lona 200 cm x 200 cm y con una realización impecable, casi fotográfica, las obras llevan por título Arranque, 60 kilowatt, Trampa, Close up y Tibio, y forman parte de la serie Hipotermia, un proyecto que habla «de sucesos locales y universales sedimentados en la memoria colectiva, cuyos movimientos en el tiempo se tornan elípticos, estáticos, congelados. Así, como revelados en una exploración ártica, descubrimos objetos absurdos en ambientes gélidos, o situaciones de carácter local y tropical “enfriadas” en contextos ilógicos».

Arte por Excelencias pudo conversar en exclusiva con Frank, quien nos reveló cálidamente algunos otros secretos de esta propuesta para la cita de las artes visuales de 2019: «tradicionalmente, en las artes plásticas, el dibujo en carbón siempre ha sido como la idea dibujada, como el boceto. En este caso lo que he tratado de hacer es llevar la representación como un fin. Básicamente es llevarlos a nivel metodológico, buscar lo que teóricamente me he propuesto. Para mí el texto es lo más importante en la obra, la comunicación con ella. El referente es fundamental también, porque mi trabajo es muy intertextual. Uso muchas imágenes de la historia que me interesa que el público entienda de dónde vienen. Si te fijas, es un tipo de trabajo muy cinematográfico. La idea es muy importante, y que esta esté reflejada lo más perfectamente posible.

»La hipotermia, el congelamiento, los vengo trabajando hace algún tiempo, es la metáfora de lo glacial en el tiempo, de aquello que se va derritiendo lentamente, pero sigue congelado. Tiene que ver con una condición en nuestra memoria colectiva: todos estamos como parados en el tiempo. Es también una experiencia como nación: todo se nos marca como un antes y un después. A muchos visitantes les atrae esta ciudad porque es una urbe parada en el tiempo, y a ello contribuye la mentalidad de los que la habitan, quizás tenga que ver con la insularidad. El hielo alude a la lentitud. El término hipotermia se refiere a que los ciclos son muy lentos.

»La fotografía es el referente más importante para mí: la de la historia, otras que yo mismo realizo. Las trabajo en el Photoshop. Son en blanco y negro porque se supeditan a la técnica que utilizo. No me interesa trabajar el color porque me importa sobre todo la idea, y los sueños no tienen color, son como flashazos, pero no dejan de tener belleza».

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