Pasar al contenido principal
La construcción de la ciudad posible
29April
Bienal de La Habana

La construcción de la ciudad posible

El proyecto cultural «Corredor de la Calle Línea», que acontece como parte de la XIII Bienal de La Habana, fue inaugurado el sábado 27 de abril con un desfile de la Compañía Teatral La Colmenita, que arrastró a numeroso público e incluyó a otros proyectos comunitarios como payasos y zanqueros del Centro Histórico de La Habana. Todos, en contagiosa conga, llenaron de bailes, cantos, juegos y dibujos el segmento de la avenida que confluye en la calle G. Más allá, y hasta las inmediaciones del túnel que une al Vedado con el municipio Playa, cientos de artistas pertenecientes a las compañías Acosta Danza, El Ciervo Encantado y Teatro el Público, además de estudiantes de escuelas de arte y artistas plásticos participantes en el evento, se unieron con performances y actuaciones para sembrar la simiente de un proyecto al que todavía le queda mucho por dar en el futuro inmediato.

El Corredor Cultural Calle Línea se propone, con colaboración internacional, revitalizar una de las más importantes arterias de la ciudad. Fue una idea de la arquitecta y promotora cubana Vilma Bartolomé, quien desde hace ya veintiún años está al frente del Proyecto Espacios. Es una importante contribución a los emprendimientos culturales y urbanísticos que surgen a tenor del aniversario 500 de la capital cubana, y tributa al proceso de regeneración sostenible de la urbe.

Históricamente, la avenida, con una extensión de unos tres kilómetros, ha englobado a instituciones culturales de diversas manifestaciones artísticas, como los teatros Mella y Trianón. Más recientemente se han incorporado instituciones como las salas Bertold Brecht y Raquel Revuelta, la Casona de Línea y las sedes de Acosta Danza y del grupo de teatro El Ciervo Encantado. El Corredor Cultural Calle Línea pretende crear un proyecto más humano que incluirá la remodelación de parques y jardines y beneficiará en primer lugar a los habitantes de la propia avenida. Rescatará, como ha dicho Vilma Bartolomé, los servicios públicos y el deteriorado mobiliario urbano, y los vinculará a ese espacio cultural para que los aprovechen niños, adultos mayores y familias que suman un conglomerado de casi cincuenta mil personas.

En diciembre pasado fue firmado un contrato de subvención entre el Consejo de la Administración de la Asamblea Provincial del Poder Popular de La Habana y la Unión Europea (UE), con financiamiento de esta última de un millón y medio de euros en tres años, que será ejecutado con el apoyo del Ministerio de Cultura de Cuba. En total serán setenta y dos los proyectos que serán interconectados.

Un gran centro cultural surge en la antigua fábrica de ómnibus y bicicletas de Línea y 18 (originalmente estación de tranvías), y se constituirá en sede principal del Corredor. En una manzana, y con un diseño multipropósito, se podrán dar cita todas las manifestaciones culturales, de manera que cuando queden encadenados todos los proyectos que enriquecen la avenida, los habaneros y quienes nos visitan contarán con un abanico múltiple de opciones y espacios que ayudarán a hacer más atractiva y humana la ciudad que habitamos.

Vea además: Soñar La Habana: la construcción de lo posible