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Todo lo que cabe en Jababacoa
23April
Bienal de La Habana

Todo lo que cabe en Jababacoa

«“La construcción de lo posible” se ha convertido para nosotros, a través de este proyecto, en “reconstrucción de lo posible”. La jaba ha sido una excusa ideal para potenciar un proyecto de creación mucho más amplio, hilvanado por las historias individuales y colectivas de varias mujeres». Así inauguraba el especialista José Alberto Gé Nueva, del Museo de Guanabacoa, la charla que en esa institución se efectuó a propósito del proyecto Jababacoa, de los artistas Luis Gárciga (Cuba) y el colectivo C.A.S.I.T.A (de los españoles Loreto Alonso y Diego del Pozo y el argentino Eduardo Galvagni), con curaduría de Ibis Hernández Abascal, que como parte de la Bienal de La Habana tiene también como sede al Centro de Desarrollo de las Artes Visuales.

Jababacoa surge de la necesidad de indagar en la importancia del patrimonio para la forja de la identidad, en este caso a partir de Guanabacoa como centro industrial que fue y ya no es, remitiéndose en específico a la producción textil. De ahí la instalación de «un pequeño taller artesanal como plataforma para articular testimonios y microhistorias en torno a la memoria del lugar, la comunidad y el patrimonio industrial».

Veamos qué dicen los creadores sobre un proyecto en el que han nucleado a una treintena de mujeres, muchas de ellas aún vinculadas artesanalmente a la costura:

Luis Gárciga: «Como guanabacoense, he querido siempre implicarme en la vida cultural y activa de este municipio. Contar la historia reciente de Guanabacoa desde las últimas décadas del siglo xx hasta la actualidad a través del patrimonio industrial me dio la posibilidad de retornar a las prácticas colaborativas, de usar el arte para otra cosa que no fuera el arte mismo, sino como espacio de reflexión y de proposición».

Loreto Alonso: «Queríamos no solamente presentar el proyecto, sino seguir intercambiando sobre el patrimonio industrial y la historia de este municipio en específico, para colocar en las agendas de las instituciones y en la memoria de la gente la necesidad de dar importancia a estas experiencias de vida».

Diego del Pozo: «Más allá del trabajo que hemos hecho Luis Gárciga y el colectivo C.A.S.I.T.A, el proyecto tiene una dimensión colaborativa muy grande. Hemos estado trabajando durante meses. Logramos conformar el taller en diciembre, construir la pieza que se exhibe en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales y realizar el documental que proyectamos junto a ella».

Eduardo Galvagni: «C.A.S.I.T.A siempre ha trabajado en torno a las formas de producción. Es un honor para nosotros haber tenido este espacio en Guanabacoa, poder conocer la historia industrial de la zona. Es muy importante no solo pensar desde el arte, sino también en trabajos colaborativos, construirnos como personas y como sujetos a través del arte».

Ibis Hernández Abascal: «Confié en la extraordinaria pertinencia que tiene este proyecto, sobre todo en momentos en que se habla tanto de desarrollo local. Si a nivel gubernamental se discuten estas cuestiones, es importante pensar desde la cultura y desde un evento de arte contemporáneo como la Bienal de La Habana cómo contribuir a ese debate, cómo tributar a que tengamos una mejor vida».

Los que peinamos canas y habitamos en la ciudad que este año celebra su aniversario quinientos tenemos un rincón de la memoria para sitios como La Cotorra, el parque industrial de la carretera vieja de Guanabacoa de donde salían los botellones de agua mineral que hasta la década de los ochenta se hicieron habituales en los hogares habaneros. Por ello fue reconfortante, como colofón de este segmento guanabacoense del proyecto Jababacoa, escuchar la conferencia «Perspectivas y memorias del patrimonio industrial», impartida por Daniel Castellanos, especialista del Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad. «Hay que tomar al hombre —concluyó— como eje central de estos procesos: salvar, sí, las edificaciones, pero ponerlas en función de la sociedad y de su bienestar, invitar a la gente a generar diálogos, sobre todo ahora en que los gobiernos municipales van a tener más autonomía y un protagonismo relevante en la intervención de espacios vinculados al patrimonio industrial y social».