Lucas cumple 26 años

Dirían los mayores, “parece que fue ayer” el nacimiento de Lucas; pero los que se aventuraron a acompañar a Orlando Cruzata en esta idea, en principio únicamente televisiva, el tiempo cuenta y mucho.

Como toda nueva propuesta hubo de encontrar detractores, que pueden subsistir, pero al mismo tiempo fueron muchas las miradas favorablemente sorprendidas con este nuevo discurso. En esa nómina siguen apareciendo rostros y mentalidades que así lo aprecian. Lo cierto es que ni para unos ni otros, Lucas ha podido pasar inadvertido.  Por el contrario, ha encontrado fórmulas estéticas propias para reinventarse dentro de un mundo donde lo fácil y manido suele encontrar rápidamente vías para colocarse.

Lucas no ha querido que con él ocurra así, y Cruzata -como padre de la criatura-, tampoco se lo ha permitido. Aún en momentos harto difíciles, el proyecto ha apostado por la creación y tal como dijera otro colega del medio, ha valido la pena no dejarse influenciar por lo fatuo y mantener una factura estética loable donde quepan todos los géneros y expresiones musicales con distintos modos de aprehender el hecho artístico.

Con Lucas se han desarrollado generaciones enteras de videastas, muchos de los cuales han llegado hasta la pantalla grande. Lucas exhibe trabajos que hoy son clásicos del video clip cubano, algunos tal y como se nombrara en algún momento el programa, “hechos en casa”. No importaba con qué cámara se filmase porque Lucas se las ingenió por aprender y enseñar a mirar por dentro. Por eso en las fibras más sensibles del proyecto estará la voz y alma de Rufo Caballero quien, desde su caballete, diseñó y dibujó códigos de aprehensión de lo que se convertiría con los años en una total propuesta artística de la más alta factura.

Cobijo necesario para los realizadores de audiovisuales cubanos, escuela de noveles y escenario perfecto para el constante ejercicio de consagrados, llega a un cumpleaños más como pionero en cuanto a visualizar y promover el desarrollo del video clip de casa, y hacerlo con la responsabilidad de haber aprendido a “batirse” contra molinos de viento.

En estos 26 años, el proyecto ha ampliado sus lenguajes, como mismo sus categorías a concursar. Es una construcción permanente, un ejercicio en constante renovación que contiene como esencias ponderar los valores de la creatividad, el ingenio, la ironía, la reflexión, la identidad, el desdoblamiento, en fin, el crecimiento en su máxima expresión.

Para todos los que han sido parte de su familia, el agradecimiento sobre todo del público por su entrega. Siempre serán parte de esta historia que desde ya adelanta que los días 25, 26 y 27 de agosto celebrará, luego del tiempo doloroso de pandemia, su fiesta del Lucasnómetro en el cine teatro Yara. Y en diciembre, como es ya costumbre, los premios Lucas 2023.

26 años de plena juventud acompañada de la madurez que impone desarrollarse de manera inclusiva y sin concesiones. Porque Lucas es un poco de cada cubano que, como él, se debate día a día entre lo que es y lo que será mañana.

Fotos: Cortesía del proyecto Lucas