La galería Emma Molina y su espacio efímero en Madrid

Al tanto de la presencia de la reconocida galería Emma Molina de Monterrey (México) por primera vez con un espacio efímero en la calle Belén, número 2, de Madrid, Arte por Excelencias entrevista a la experta sobre esta iniciativa y la muestra Intervalos identitarios, disponible hasta el 17 de marzo en la capital española.

¿Cómo se ha adaptado la galería Emma Molina al escenario madrileño para este espacio efímero y cuánto aportan los proyectos de internacionalización de este tipo al arte contemporáneo y en particular el que ud. defiende?

Al viajar, una galería, ya sea a Estados Unidos, estando en México, o a Europa, se crece muchísimo en experiencia de mercado y, sobre todo, crece la proyección de los artistas a nivel internacional. Es parte de lo que tratamos de lograr al hacer esto. Son viajes que hacen crecer mucho al artista desde la percepción que se tiene de ellos y, sobre todo, adquieren la experiencia, adquieren ese valor al arrojarse y al enfrentarse a otro público que no es el de ellos natural. El estar presente en Madrid, con este espacio efímero, les da una dimensión enorme a su seguridad creativa y a su presentación como artistas. Somos conscientes de que los resultados no son inmediatos y que hay que trabajar para obtenerlos a largo plazo siempre.

¿Qué características tiene la exposición colectiva Intervalos identitarios? Los artistas que intervienen -Alex Hank, Carlos Lara, Luciano Matus, Guillermo Santamarina, Guillermo Santamarina, Miguel Soler-Roig, Alba Soto, Mónica Mura-, tienen estilos y obras muy diferentes a pesar de tomar el vacío como hilo conductor, ¿fue compleja la integración de tantas perspectivas y referentes culturales?

La integración de 5 artistas que son al mismo tiempo muy diferentes fue muy conveniente en el espacio que logramos conseguir. Si hubiera habido más artistas definitivamente sería imposible. Ahí el espacio te marca la diferencia que hay entre cada uno de ellos, porque permite que haya individualidad, los tiene relativamente aislados uno de lo otro. Queríamos mostrar lo que para nosotros es lo más interesante que tenemos en la escena regiomontana. Sin embargo, no son los únicos y hay muchísimos artistas que valen la pena en México, para lo cual necesitaríamos sinceramente un gran museo. Aquí pudimos hacerlo gracias a que las características del espacio nos permitían cierta distancia entre uno y otro. Creo que se hablan muy silenciosamente entre ellos, y logramos un conjunto que sí representa lo que nosotros hemos venido haciendo después de 25 años de galería.

¿Qué conexión tendrá con los performances?

Los performances son un accidente intencional. Nos dimos cuenta de que hay una producción, no que en México no haya, pero es mucho más interesante e intensa la que vimos en Madrid.

Y gracias a nuestra amiga, la curadora Nerea Urbieto, pudimos lograr este trío de mujeres que expresan una forma de actuar, de hacer performance. Es muy diferente a lo que estamos acostumbrados y era un complemento que necesitábamos tener en una galería que en ese momento todavía estaba, como quien dice, a la mitad. Esa parte de los performances de ellas logra, creo, un complemento adicional a lo que exponemos en las paredes.

¿Qué expectativas tiene con esta presentación durante la semana del arte? Y ¿qué ventajas advierte con vistas a la apertura permanente de la galería en Madrid?

Nuestra intención al escoger la Semana del Arte para exponer es que podamos aportar a la escena cultural madrileña con una propuesta nueva y que el público pueda de esta manera acceder al espacio, conocer a los artistas, venir a ver un performance … Estamos muy, muy contentas de haber podido conjugar tantos elementos que en muy poco tiempo se dieron como si fuera natural.

Nos hemos sentido muy apoyadas en todo el proceso. Siempre me ha parecido que venir a España es como venir a mi casa, y espero que todos sientan lo mismo cuando vayan para allá y cuando puedan acceder en Monterrey Nuevo León, la galería que tenemos allá, también muy activa.

En portada: CARLOS LARA. Paisaje del siglo XX y Paisaje indígena, 2024 De la serie “Pinturas que Lloran”. Acrílico y cerveza.