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UNA EXPERIENCIA EN EL AUDIOVISUAL CUBANO
03March

UNA EXPERIENCIA EN EL AUDIOVISUAL CUBANO

Fast-Forward (literalmente avance rápido), describe lo que sucede actualmente en el contexto de las artes visuales cubanas en relación con el uso del video y las nuevas tecnologías.

En Cuba, como en muchos países de América, el video y las tecnologías digitales se han incorporado al quehacer artístico con cierto retraso. Sin embargo, tras su “descubrimiento” por los artistas cubanos, el proceso de apropiación y desarrollo de este tipo de arte, ha ocurrido muy rápidamente.

De ahí el título de este proyecto, que ya cuenta con cinco ediciones, pues considero que se trata de un proceso que ya no se detendrá y al que se incorporan cada vez más creadores. Se trata de una investigación en proceso, una especie de work in progress curatorial, que pretende revelar poco a poco, toda la riqueza y lucidez creativa de los que emplean el video y las nuevas tecnologías para la realización de sus obras, en un contexto artístico diverso y hasta contradictorio, en el que no abundaba este tipo de exposiciones.

Participan en este proyecto un grupo de reconocidos artistas cubanos, que además de su indiscutible talento, exhiben un amplio currículum que los coloca en los más destacados escenarios del arte a nivel nacional e internacional. Se trata, en la mayoría de los casos, de creadores aun jóvenes, que utilizan el video y la tecnología digital para realizar obras muy diversas, desde video-instalaciones, video-performances, animación digital y en 3D, y filmes experimentales, sin perder por ello la coherencia de un discurso formal y conceptual que vienen desarrollando desde hace algún tiempo.

En la primera edición de Fast-Forward, durante el 27 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (2005), se exhibieron obras de Raúl Cordero, Alexandre Arrechea, y Eduardo Moltó; en la segunda edición a propósito del Salón y Coloquio Internacional de Arte Digital (2006) se incluyeron trabajos de Lázaro Saavedra, José Ángel Toirac, Sandra Ramos, René Francisco Rodríguez, Ernesto Leal, Inti Hernández y Luis Gómez.

En la tercera edición en La Habana, y nuevamente durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (2006), participaron tres artistas que durante algún tiempo realizaron videoarte, antes de encaminar su obra hacia el cine experimental; ellos son Enrique Álvarez (indiscutible pionero de este género en Cuba), Pavel Giroud y Juan Carlos Alom.

Por último, en el año 2007, se realizaron dos nuevas ediciones del proyecto Fast-Forward, la cuarta edición durante los 9º Encuentros de Videoarte Electrónico, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, España, en octubre-noviembre en la que se exhibieron obras de Raúl Cordero, Alexandre Arrechea, Eduardo Moltó y René Francisco Rodríguez y nuevamente en La Habana, durante el 29 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la quinta y última edición del proyecto (diciembre de 2007) con la participación de Felipe Dulzaides y el cineasta Enrique Pineda Barnet, cuya obra Cosmorama, abrió las puertas al cine experimental en la Cuba de los años sesenta.

Cada edición está conformada por exposiciones individuales de los artistas seleccionados con un alto por ciento de obras inéditas, creadas específicamente para este proyecto. De manera general la estructura de las muestras consiste en la exhibición de video-instalaciones, compuestas por proyecciones en dos pantallas traslúcidas de gran formato, especialmente construidas para este proyecto y que permiten apreciar las obras desde dos perspectivas diferentes, a las que se suman en algunos casos, monitores de mediano formato y pantallas de plasma de gran formato, distribuidos en el espacio de la galería, para simultanear hasta seis canales de video. En la mayoría de las exposiciones también se exhiben monobandas y la documentación de obras anteriores en una sala de proyecciones, aledaña a la galería, con la intención de completar el conocimiento de la obra audiovisual de cada artista. Estas dos acciones ocurren simultáneamente, y todos los videos están montados en loop, durante el tiempo que dura la exposición, de manera que no importa el momento en que el espectador se incorpore a la exposición: siempre tendrá la oportunidad de ver la totalidad de las obras.

Hasta la fecha se han exhibido trabajos de quince artistas y podríamos hablar de algunos recursos expresivos y líneas discursivas por las que transcurren las propuestas cubanas. En primer lugar, la austeridad en el uso de la tecnología y la impecable factura de las obras, en las que prima el contenido y no el alarde efectista de lo tecnológico. Otros trabajan a partir de la relectura, deconstrucción y actualización de clásicos del cine cubano e internacional, y algunos continúan fieles a su línea de investigación como “cronistas de su tiempo”, sacando partido a lo vernáculo, la parodia y la ironía, para abordar temas referentes al contexto en el que se desenvuelven.

La presencia de lo performático en muchas de las propuestas es otro aspecto a destacar. Otros se inclinan por el análisis y deconstrucción del propio medio como soporte y como fin de sus creaciones, abordando el audiovisual en un rango más amplio, como estrategia para entender cómo funciona en toda su amplitud este medio.

El agrupamiento de proyectos tan diversos, y el abordaje de esta amplia gama de propuestas conceptuales y temáticas, responde a la necesidad de cualificar y jerarquizar un espacio de exhibición para dar a conocer las obras realizadas en video por algunos de nuestros más destacados creadores, en el contexto de las artes visuales cubanas, aspecto bastante deficitario en el momento en que comenzamos a presentar las primeras exposiciones netamente audiovisuales en el año 2005.

La estructura de las exposiciones está determinada por el espacio expositivo en el que se realizan, pero siempre se diseñan con la intención de crear un ambiente en el que el espectador interactúe con la instalación. En La Habana, cada exposición transcurre durante una única noche, como parte de un juego que obliga al espectador a asistir cada día al descubrimiento de un hecho artístico irrepetible; sin embargo en Salamanca ensayamos la exhibición de tres de las exposiciones de forma simultánea y esto permitió a los espectadores apreciar de una vez, las diferentes propuestas y poéticas de los artistas cubanos y demostró una vez más la ductilidad del proyecto curatorial Fast-Forward.