Pasar al contenido principal
Entrevista a Gary Nader
19May
Noticias

Entrevista a Gary Nader

Nader, eres propietario de una de las galerías más importantes de arte contemporáneo que existe en el sur de la Florida, con una presencia básica de obra latinoamericana. ¿Cuál es el concepto que la sustenta desde el punto de vista promocional y comercial?

El concepto de la galería es muy sencillo, yo tengo una forma de llevar este negocio como si fuera mi casa; yo solamente compro y traigo lo que colgaría en mi casa. Claro, esto viene de una historia de casi cuarenta años, porque mis padres tenían galerías desde que yo tenía ocho o nueve años.

Me paseo por el mundo desde hace treinta años, entre subastas de arte moderno y arte contemporáneo efectuadas en Londres, New York, París, Italia. Visito todas las bienales, todas las ferias importantes de París, Basilea, Miami, Chicago, Buenos Aires, Lima, Perú. O sea, es un constante aprendizaje en busca de obras que a mí me gustan y me complacen, y por muchos años hice búsquedas de artistas jóvenes. Como puedes ver mi galería tiene muchos artistas jóvenes.

Tenemos un inventario muy fuerte, quizás el más importante que haya en el mundo de arte latinoamericano, de maestros latinoamericanos, muy completo. Tenemos la colección de Botero más importante del mundo porque abarca todas las épocas: los cincuenta, los sesenta, los setenta, los ochenta, pero a la misma vez hay un gran contenido de arte contemporáneo americano Sam Francis, Kippenberguer, Albert O Ehlen's…, tenemos una exposición muy importante de Frank Stella, el gran maestro americano, que es uno de los artistas que la galería representa.

Esto de mi familia es una pasión, no solamente es nuestro negocio principal, y si podemos vender unos cuadros y comprar otros eso es lo que hacemos para dejar un legado a los chicos, que ya están en la tercera generación, y un legado a la comunidad. Hemos hecho unas doscientas exposiciones. Como te había dicho antes, hemos hecho subastas, ferias de arte, tenemos nuestra propia publicación de catálogos y libros de arte. Lo importante es que es un espacio donde todo lo que he querido hacer lo he cumplido.

Nosotros somos libaneses, pero nací en Santo Domingo. Mis padres en Santo Domingo tienen una galería. Quien sea que llegue a República Dominicana, artistas de la música, políticos o alguien internacional siempre va a esa galería, y es lo que he querido hacer en Miami, que alguien que visite esta ciudad no deje de venir a vernos. Como el espacio es tan grande, se preparó para hacer reuniones hasta de dos mil personas. Presto mucho este espacio a instituciones sin fines de lucro, instituciones benéficas y no se les cobra nada. Es un espacio que tiene un carácter muy social.

Otra cosa que enfatizo mucho en las entrevistas que me hacen es yo quiero que la gente joven venga a la galería. Tuve la suerte desde muy joven de estar expuesto al arte y siempre considero que exponer a los chicos el arte es darles una gran ventaja, no sólo por el disfrute que uno va teniendo en el futuro, sino porque le da una ventaja sobre el concepto de la belleza, que es muy importante. Insisto mucho en que traigan a los chicos desde niños, desde bebé a la galería, y no es que los pongan solo frente a las artes plásticas, puede ser también frente a la danza, a la música, para que tengan cualquier tipo de experiencia con el arte que es lo que les va a dar una forma de ver la vida mucho más linda, enriquecedora. A los niños y jóvenes hay que estimularles la sensibilidad, ayudarles a que se les desarrolle y consolide. Es un concepto mío, que he tenido la suerte de estar envuelto en un negocio que viene de mi familia, y al que con mucho trabajo, muchos viajes y muchas horas de museos, galerías, exposiciones por todo el mundo, he podido consagrarme.

Al hablarme de tu participación en eventos internacionales no has mencionado a ARCO, en España…
Yo hice una feria, la preparé, la produje, se llamó Contemporánea, a la que traje cincuenta artistas Latinoamericanos contemporáneos y a cada uno le di un stand, y traje una exposición de cincuenta maestros latinoamericanos. Yo no participo en ferias, no es mi modo, me parece que las ferias son muy válidas, traen muchos clientes, y las grandes galerías del mundo hacen ferias, pero esta no es mi forma ni me interesa. Me invitan para que participe, pero este espacio me consume tanto, que casi tengo mi propia feria, mi propio museo.

Como pudiste ver arriba también hay un espacio muy grande que se proyectó para mostrar exposiciones privadas o exposiciones que algunos museos no tienen donde exhibirlas. Como tú bien sabes, es un problema el espacio, es muy costoso mantener un espacio de estas dimensiones, a veces ni el Estado puede mantenerlos.

Hay una percepción del público que va a las ferias que todo lo que se exhibe en ellas es bueno y no es cierto, porque las ferias no son curadas por expertos, son curadas a partir de la necesidad de crear un espacio de venta, por eso no estoy muy de acuerdo con ellas. No es mi forma de negociar el arte, me gusta una clase de gestión más personal. Es cierto que tienen su efectividad, los grandes dealers del mundo las necesitan, pero yo no.

¿Qué consideración tienes sobre el arte digital que se hace hoy día a través de internet?
Todo lo que se viene desarrollando a través de internet, el arte digital, el video, tiene su momento en la historia y tiene su validez porque es una forma nueva de crear arte que me parece extraordinaria, pero hay un problema con eso, hay mucha confusión: algunos piensan que la pintura y la escultura, hasta la misma fotografía, están un poco pasadas de moda. Pero la pintura será siempre la pintura. Antes había un concepto de que la escultura tenía que ser de un solo material: bronce, plomo, mármol o piedra. Ahora hay esculturas que se pueden hacer con quinientos materiales, hay hasta escultura cinética, hay artistas que hacen esculturas con los videos porque los proyectan sobre una superficie tridimensional, y todo eso tiene mucha validez, pero que la gente no se deje confundir de que el buen pintor, el buen escultor, nunca va a pasar de moda.

También he sido un fuerte defensor de la idea de que hay que tener mucho cuidado con los artistas de moda, porque sólo eso es lo que van a ser: artistas de moda. Hay precios inflados de artistas muy jóvenes, sin currículum, sin exhibiciones, sin publicaciones, todo es producto de un buen marketing.

He visto que tiene en su galería fotografías desde principios de los años treinta hasta la actualidad. ¿Piensas que la entrada de la computación, de los programas de diseño y retoque fotográfico influirán negativamente en el arte fotográfico?
No, todo lo contrario. Vivimos en una época en la que tenemos que entender los métodos nuevos de creación. Hay mucha cosa mala también, como también lo hay en la pintura, la escultura. Lo que pasa es que hay que saber escoger lo bueno dentro del arte. A mí la fotografía me encanta. Yo digo que si no fuera dealer sería fotógrafo; y como ves no hay un concepto de fotografía en la galería, sino que ves obras de muchos artistas y maestros internacionales, sobre todo de artistas que a mí me gustan. Yo solamente traigo como te dije lo que a mí me gusta, si es bueno o malo esa será una decisión de la crítica, pero por lo que veo tenemos buen ojo. Es muy válido lo que mucha gente hace hoy día hasta en pintura digital, claro el artista tiene siempre que estar presente, tiene que haber un creador detrás de la computadora, de la cámara, del concepto.

¿Qué alternativas o estrategias has seguido a lo largo de tu vida para que la gente conozca el trabajo de tu galería?
Me la paso montado en un avión, promoviendo a los artistas, mandando catálogos, haciendo entrevistas como ésta para que la gente venga al espacio. A veces me paso un mes en Europa y cuando regreso a la galería yo mismo me sorprendo de lo que he hecho y me complace. Ha sido mucho, mucho trabajo, mucho sacrificio; pero se trata de mi sueño hecho realidad. No sé si sabes que tengo una colección particular muy importante, muchas de las obras que están acá no están a la venta, forman parte de la colección de mi familia. Lo importante es que la gente que tiene la oportunidad de comprar y hacer colecciones la muestren, no que la tengan escondidas en su casa, una colección que no se muestra no sirve para nada.

Promuevo mi colección constantemente, por todo el mundo: el Medio Oriente, Europa, toda Latinoamérica. El próximo paso va a ser Asia porque no he tenido tiempo de trabajar en esa dirección. Como todo trabajo, este lleva mucho, pero mucho tiempo.

¿Cuanto tiempo llevas con la galería abierta en Miami?
Veinticuatro años ya. La galería abrió en el año 1984.

Tendrás que celebrarlo…
Bueno, yo lo celebro todos los días.

¿Podría decirse que fuiste de los precursores de la comercialización del arte latinoamericano en Estados Unidos?
Sin duda alguna. No me gusta darme lustre, pero si revisas el currículum, nadie ha hecho ni la cantidad ni la importancia de las exposiciones que he realizado. He hecho 30 exposiciones de maestros latinoamericanos, muy completas, exposiciones individuales más grandes que las que preparan los propios museos, de Wifredo Lam, de Matta, de Armando Morales, de Botero dos o tres exposiciones, de Julio Larráz, Mario Carreño… De cada una de estas exposiciones se han hecho catálogos porque yo sí creo mucho en las publicaciones. Tenemos unas cuarenta o cincuenta publicaciones.

¿Cuáles son en tu opinión los mejores exponentes territoriales del arte latinoamericano y Caribeño?
El arte latinoamericano es un viejo concepto que hay que actualizar. En las décadas del treinta, cuarenta y cincuenta, los países más industrializados de Latinoamérica tenían varios aspectos en común: hablaban español, a excepción de Brasil, tenían estructuras sociales y políticas parecidas… Antes había un lenguaje más conjugado entre los países pero hoy día no. Una Argentina de hoy no tiene que ver con una República Dominicana… Si tu estudias la pintura, la escultura en tiempos pasados en Latinoamérica habían muchos artistas que se parecían entre ellos; pero como resultado de las facilidades que hoy día ofrece el mundo globalizado, la comunicación, la internet, un artista latinoamericano es más internacional que regional.

Un artista de Perú no tiene nada que ver con uno de Chile que está al lado, un artista de Cuba no tiene muchos puntos de vista con uno de República Dominicana, podrá tener algunos nexos, pero no aquellos relacionados con ese concepto unificador de lo latinoamericano.

Yo creo que el arte latinoamericano existió hasta los años sesenta y ya está pasado de moda. En aquella época los grandes maestros eran mucho menos que ahora y eso era una de las cosas que los conjugaba. El negocio del arte se ha hecho tan lucrativo que ha estimulado a mucha gente a entrar en él, hay muchos artistas. Tú vas por ejemplo a República Dominicana y hay más de 1500 personas viviendo del arte. Claro que las influencias fuertes, importantes, han venido siempre de México, Argentina, que son los grandes creadores, también ha habido excepciones como Cuba, Colombia. Y no se diga Brasil que está a la vanguardia, no solamente en Latinoamérica sino en el mundo. Los artistas contemporáneos brasileños son comparables a los artistas contemporáneos alemanes, chinos, japoneses.

El Caribe tiene otra cosa, tiene un lenguaje más parecido, tiene la descendencia afrocubana, el colorismo, la naturaleza, costumbres, idiosincrasias que lo unifican y lo hacen peculiar.

La versión completa de esta entrevista se publicará en el número 7 de la revista Arte por Excelencias.