Dulzuras insulares de Moisés Finalé en la Casa de México

Por Yamilé Tabío

Dulzuras insulares es el título de la muestra que presentará el artista de la plástica Moisés Finalé el próximo viernes 9 de diciembre a las 6 de la tarde en la Casa de México, sita en Obrapía no. 116 entre Mercaderes y Oficios en la Habana Vieja.

La exposición estará abierta al público solo por un día y se mostrarán las más recientes piezas del artista, así como la proyección de un audiovisual sobre su vida y obra.

Moisés Finalé dice tener la isla en sus ojos y vuelve a su figuración, la línea perfecta, juega a la ingenuidad en el trazo, renuncia una vez más al caballete y a los pinceles y se nutre de lo que le rodea, absolutamente de todos los materiales e instrumentos de su cotidianidad. Diez telas de gran formato recrean acaso esa “dulzura” de la isla que es en sí mismo, su obra se nos presenta con el misterio de lo oculto detrás de cada figuración. Tras cada trazo hay una historia diferente, bien contada, una novela quizás de sus viajes por el mundo, ese ir y venir que lo signa.

Así, hace un stop en el Caribe, y muestra una serie de pequeño formato apropiándose de sus vivencias en Haití, recuerda el drapeau haitiano, y conforma, entre acrílico, carboncillo, aguja, hilo, canutillos y lentejuelas, una escena maravillosa y bien contada.

Al decir de Reynaldo González, si nos devolvemos a la ordenación lezamiana, se parea a “la lectura oblicua” y la incidencia de la imago para “las eras imaginarias”, donde un icono egipcio comulga con la clave sonera, el balaustre colonial y el hacha de Changó, el que llegó de África y el nuestro, amulatada consanguinidad de una herida que burló el desprecio en las dulzuras insulares.