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OMR: muestra personal de Rubén Ortiz
30July
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OMR: muestra personal de Rubén Ortiz

La pieza que da título a la nueva exhibición personal del mexicano Rubén Ortiz, Retrospectiva en un minuto, es un video de ese tiempo de duración que recorre treinta años de carrera, y resume conceptualmente videos, fotografías, instalaciones, pinturas, de modo tal que el espectador puede estar al tanto de las esencias que han signado su devenir como artista.

 

La pieza (su concepción y delimitación temporal) está inspirada, por un lado, en la dinámica de la vida moderna; y, por otro –y coartado por la primera–, en la condición particular del artista, que al enfrentarse a las redes promocionales, los curadores, las galerías y museos, se ve obligado a hacer una apretada síntesis de su trabajo. Por ello la pieza combina en ritmo vertiginoso más de mil obras con fragmentos de videos, largometrajes, una ópera, fotografías, máquinas, pinturas, esculturas, instalaciones... Lo paradójico es que a pesar de resumir tanta información deja al visitante con una sensación de vacío, por lo abrumador de la secuencia: es muy probable que el espectador se sienta incapaz de establecer conexiones inmediatas entre todos los elementos, para “leer” la obra a cabalidad.

 

Aunque esta pieza no es precisamente “retrospectiva”, la exhibición incluye otras que dinamizan su carácter revisionista. Ortiz regresa al pasado con un cuerpo de trabajo formado por dibujos en los que retratos de artistas y amigos realizados en los años ochenta se entremezclan con una segunda versión dibujada recientemente, de modo que puede dar testimonio de los cambios físicos y psicológicos de los personajes que representa.

 

Otra obra llama particularmente la atención… otras dos obras, para ser exactos. Un par de cuadros idénticos, uno que será vendido como pintura abstracta, y otro que le acompañará por un recorrido en que el pretende dotar a la pieza de nuevos y diversos significados, a partir de la intervención directa de la gente y el medio. Este proyecto forma parte de un conjunto de abstracciones que ha venido realizando en los últimos años, usando como material la pintura industrial automotriz, y propone ciertos cuestionamientos sobre la pervivencia de la pintura como género, en un contexto donde han ganado terreno expresiones como el video y el net art. Sobre este tema ha comentado Ortiz:

 

“El hecho de que vayas a una galería y tengas que tocarla [la pintura], cuando el protocolo por miles de años es ‘no tocar’, empieza a transgredir cosas. Estamos hablando de un medio con una historia de más de 2 mil años, y llevamos cincuenta pensando que está muerto, pero la pintura ha evolucionado desde hace 100 años de una manera que los artistas no entienden, porque ya tiene otra función. Desde que empieza la Revolución Industrial usamos la pintura para proteger, proporcionar durabilidad, evitar la radiación, pero los artistas la seguimos viendo en términos de representación... Aquí la pintura ya no comunica por lo que ves, sino por lo que haces: cambia de color al tacto, con la temperatura...” (cita tomada de La Jornada Digital)

 

La obra de Ortiz ha estado marcada por la hibridez de dos culturas, la mexicana y la norteamericana, específicamente vista desde el fenómeno transfronterizo. La idea del híbrido es una constante en su carrera, y se concreta en piezas que confrontan y fusionan distintos tiempos y expresiones.

 

Galería OMR
Plaza Río de Janeiro 54, colonia Roma, México DF

 

Fuentes: www.galeriaomr.com/ La Jornada