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El signo del tiempo nos compromete, de Eduardo Rosales
28February
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El signo del tiempo nos compromete, de Eduardo Rosales

La exposición El signo del tiempo nos compromete, con la cual Eduardo Rosales inaugura su Estudio-Galería, situado en la calle San Juan de Dios No.55, en Camagüey, constituye una sumatoria de ideas suyas con vistas a reflejar trazos de forma circular en mayor medida, que puedan parecer restos de círculos diversos, pero interrumpidos intencionalmente por el creador para propiciar un efecto atractivo.

Lo especulativo en Rosales es una necesidad de expresión a partir de los referentes asumidos, que implica el ser original  -vale decir lo que se aprehende de otros-, y resulta vital entonces para cualquier creador que se respete tenerlo presente; pues plasma esos vínculos no desdeñados con la fuerza ígnea  -aquello que emerge de su fuente nutricia interior- y le otorga como corolario una singularidad especial que, ahora en su caso, es como una vuelta al tiempo pasado porque su quehacer está comprometido con ese suceso ocurrido. Es como querer retornar a los umbrales de nuestros aborígenes, en un intento por retrotraerse y observar pictografías geométricas desde otros ángulos,  que, unidas a símbolos mágicos en donde convergen las creencias, estas se concentraron como una manera de ver el mundo tal cual lo hicieron los habitantes primigenios de la Isla, y deviene, entonces,  en un homenaje efectivo en este artista al tiempo acontecido.

Ese es, a nuestro entender, lo mejor que sale de él en su consecución creativa, y que refleja en sus obras reiteradamente: una inconformidad con lo hecho hasta un momento dado; una intensa indagación con el fin inherente de no ser un epígono de otros. Ese deseo suyo de revisitar el tiempo y el espacio anterior y, en ocasiones, el  futuro en cualquiera de sus proyectos; esa manera de tratar de descubrir mediante sus propios ojos lo que percibe y comprende; esa intensa reflexión interior que irradia su intelecto, lo han llevado a ir creando una obra que, más allá de justificarla con nuestro criterio, se nos antoja descubridora  de escenas de una expresividad inaudita, manifestadas con un sello particular.

Jorge Santos Caballero