CentroCentro inaugura una exposición de Monet, el maestro del Impresionismo

La luz fue la principal obsesión de Claude Monet (1856-1932). Tanto es así que el pintor francés dedicó toda su vida a descubrir, investigar y experimentar en base a este elemento. Ahora, esa obsesión por la luminosidad llega al Palacio de Cibeles gracias a la muestra que estrenan CentroCentro –espacio del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid– y Arthemisia, la cual reúne 60 obras maestras de Monet pertenecientes a distintas épocas de su vida y procedentes del Musée Marmottan Monet de París.

Esta exposición antológica, que se podrá visitar desde el 21 de septiembre hasta el próximo 25 de febrero de 2024, repasa cada una de las etapas artísticas del conocido como padre del Impresionismo, uno de los pintores más relevantes de finales del siglo XIX y principios del XX.

La principal encargada de la tarea de comisariado, Sylvie Carlier, comisaria general de la exposición y conservadora del Musée Marmottan Monet y las responsables de elaborar el discurso expositivo de la selección de obras, Marianne Mathieu, co-comisaria de la exposición e historiadora de arte y Aurélie Gavoille, asistente de conservación del Musée Marmottan Monet, han destacado la capacidad del recorrido de adentrarse en el ámbito más íntimo del autor.

“Se trata de una colección vinculada con la intimidad de Monet, de manera que se conocen sus vínculos artísticos y amistosos con artistas como Rodin o Renoir”, destacaba en la inauguración Sylvie Carlier.  Para Marianne Mathieu, esta exposición “penetra en el jardín secreto de Monet”, y las pinturas escogidas “constituyen la grandeza de su obra, aquellas que luego influirán en los artistas de la segunda mitad del siglo XX”.

Por su parte, Aurélie Gavoille ha contextualizado los distintos lugares que visitó el pintor francés a lo largo de su vida, esenciales para comprender cada una de sus etapas artísticas y su “búsqueda de la luz y el aire libre”. Desde las costas de Normandia – principal inspiración en sus primeras obras – hasta su jardín en Giverny –época en la que sus pinturas comienzan a acercarse a la abstracción–, pasando por Holanda, Noruega o Londres, el recorrido aborda cada uno de los paisajes que en estos destinos encontró, y de qué manera influyeron en sus pinturas.

“Quiero pintar el aire que rodea el puente, la casa y la barca. La belleza del aire en el que existen, y eso no es más que imposible”, llegó a decir Monet. Su obstinación fue semejante a su talento –continuó pintando hasta sus últimos años de vida, incluso a pesar de padecer cataratas –, un empeño que cristalizó en un extraordinario legado artístico.