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La Fundació Joan Miró presenta la exposición The Way Things Do
30June
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La Fundació Joan Miró presenta la exposición The Way Things Do

The Way Things Go (1985-1987) es una película de los artistas suizos Peter Fischli y David Weiss que documenta una larga reacción en cadena en la que objetos y materiales interactúan entre sí en un almacén. Asimismo, es una de las obras de arte más sorprendentes e influyentes producidas a finales del siglo XX.

Apreciada por el público y elogiada por la audiencia especializada, la pieza fue uno de los trabajos más populares de la Documenta 8, celebrada en Kassel en 1987. Aparentemente caótico pero meticulosamente coreografiado, el vídeo constituye una respuesta irónica al contexto artístico y a las prácticas pictóricas de los años ochenta, al tiempo que plantea reflexiones sobre, entre otros, los binomios mecanismo y arte o determinismo y libertad.

En ocasión del trigésimo aniversario del filme, la Fundació Joan Miró revisita este referente de la cultura visual contemporánea con la exposición The Way Things Do. Comisariada por el artista Serafín Álvarez y la responsable de programas y proyectos de la Fundació, Martina Millà, la muestra incluye la proyección continua de la película original The Way Things Go y presenta nuevas producciones de cuatro artistas jóvenes que hacen una relectura de la misma: Serafín Álvarez (1985, España), Cécile B. Evans (1983, EE UU/Bélgica) y Daniel Jacoby (1985, Perú) y Yu Araki (1985, Japón).

En una primera instancia, la exposición es una mirada a The Way Things Go a través de un prisma objetual. Los comisarios han partido del análisis de los vínculos entre los varios objetos empleados en el filme, y especialmente de la autonomía con la que dichos objetos parecen establecer estas relaciones. Sin adscribirse a ninguna corriente específica, el contexto teórico de la exposición remite a las diversas aproximaciones a la noción de objeto articuladas recientemente en oposición al paradigma antropocéntrico. De este modo, The Way Things Do es una exposición protagonizada por los objetos, entendidos, según Álvarez, en un sentido amplio y no jerárquico. Objetos materiales e inmateriales, humanos y no humanos: figuras de acción, jinetes, pantallas, robots, imágenes, acontecimientos, emociones, sonidos, subtítulos. Para el comisario, «poner estos elementos heterogéneos bajo la lente del arte contemporáneo permite ver que un término tan común y ordinario como objeto es en realidad infinitamente complejo e inagotable».

Esta revisión de The Way Things Go se articula en tres instalaciones a cargo de artistas en la treintena, nacidos en la época en la que Fischli y Weiss produjeron su legendario filme, y marcados generacionalmente por la aceleración de los cambios tecnológicos y la eclosión de la cultura digital. Según Martina Millà, The Way Things Do es implícitamente «una invitación a transitar por el territorio de la recepción, de los recuerdos que muchos de los visitantes puedan tener de la década de los ochenta y de la relación que artistas nacidos en aquella década puedan tener con estos precedentes». Con un punto de partida cronológico concreto y unas obras que representan la actualidad, la muestra puede ser vista, según la comisaria, como «un recorrido casi fenomenológico que nos permite recapacitar sobre estas últimas décadas y sobre el balance y la reconstrucción que hacemos de ellas según sea nuestra biografía».

Daniel Jacoby y Yu Araki ocupan la primera sala con Mountain Plain Mountain, un proyecto conjunto que ha contado con el apoyo del Arts Council Tokyo, Hangar y la Jan van Eyck Academie, y que surge de su interés por una pista de carreras de caballos situada en la ciudad de Obihiro, al norte de Japón. Este estadio es el último lugar del mundo donde se siguen celebrando competiciones de Ban’ei, un tipo de carrera tradicional japonesa en la que un jinete guía a un caballo de tiro que arrastra un carro de hierro por un circuito de obstáculos. Se da la circunstancia de que, aparte de ser un emplazamiento emblemático para este deporte, la pista de Obihiro acogió en 2002 la Demeter International Art Exhibition, un acontecimiento que reunió a artistas de todo el mundo, con figuras destacadas del arte japonés, como Yoko Ono o Tadashi Kawamata. Jacoby y Araki han investigado el entramado no visible de este deporte, es decir, todo aquello que tiene lugar detrás de las carreras propiamente dichas, como por ejemplo la relación entre los diferentes actores implicados (jinetes, caballos, entrenadores, público...), o el análisis de los datos estadísticos que se derivan de la prueba. El resultado es un vídeo de carácter experimental, realizado principalmente con las imágenes obtenidas a partir de técnicas de transmisión televisivas y de un sistema de multicámara compacta instalado en los carros.

Por su parte, la instalación de Serafín Álvarez se centra en los objetos materiales relacionados con los relatos de ciencia ficción y fantasía en medios audiovisuales contemporáneos, como el cine o los videojuegos. Álvarez presenta varias piezas, algunas producidas con el apoyo de Hangar, entre las que destaca la obra One Step Closer to the Finest Starry Sky There Is, que explora las formas en que los fans se relacionan con sus universos de ficción preferidos, desde una perspectiva explícitamente materialista: coleccionismo, cosplay –subcultura japonesa consistente en disfrazarse de un personaje de manga, anime o videojuego–, producción artesanal de props u objetos de películas, entre otros. El resultado es una escultura de grandes dimensiones, inspirada por el videojuego Katamari Damacy, con una gran cantidad de objetos tangibles de diversas medidas acoplados en forma de amalgama.

A continuación, el trabajo de Cécile B. Evans examina la influencia de las nuevas tecnologías en nuestra forma de sentir, relacionarnos y gestionar nuestras emociones. Las obras producidas para la muestra orbitan en torno a un trabajo anterior presentado por la artista en el año 2016 en la Tate Liverpool. Esta pieza consiste en una representación teatral interpretada por tres robots, una fuente y tres bailarinas, que responden a una serie de imágenes transmitidas a través de un sistema de 27 pantallas. La intención de Evans es lograr representar un vídeo en el espacio físico. Ahora en Leaks, Evans presenta una instalación audiovisual que incluye la grabación videográfica de aquella obra de teatro, un juego de espejos que cierra el círculo de resonancias profundizando en la relación entre objetos físicos y digitales en movimiento.

Las tres instalaciones conducen al visitante hasta la última sala, donde se exhibe en proyección continua la película original de Peter Fischli y David Weiss, con el patrocinio de Pro Helvetia. Según Martina Millà, «aunque la pieza es el punto de partida cronológico de la muestra, el relato expositivo sitúa la proyección al final, como si fuera el reencuentro con un recuerdo, lejano para algunos y casi fantasmagórico para otros, que adquiere un significado nuevo cuando es mirado desde el presente». La muestra The Way Things Do se podrá ver en las salas temporales de la Fundació Joan Miró del 30 de junio al 1 de octubre de 2017.