Por: Duna Viezzoli
En ocasión del cincuentenario de la muerte de una figura icónica del siglo XX, la Fábrica del Vapor en Milán, desde diciembre de 2017 hasta abril de 2018, fue escenario de una exposición muy particular dedicada a Ernesto Che Guevara.
Esta muestra, realizada por Simmetrico Cultura y producida por Alma, en colaboración con RTV Comercial y el Centro de Estudios Che Guevara de La Habana, el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Milán y la Universidad IULM, representó una ocasión para encontrar al hombre detrás del revolucionario.
El ojetivo fue dar al espectador europeo una llave de interpretación para aproximar una figura idealizada, conocida durante cincuenta años a través de cuentos aprendidos por intermediación, para rescatar la figura del Che desde la iconografía pop, alimentada con poster y camisetas, y restituirla a una dimension más compleja, humana e histórica.
La propuesta de Simmetrico Cultura se movió entre conceptos narrativos inéditos, combinando el rigor de las fuentes históricas con tecnologías interactivas y técnicas vanguardistas de comunicación utilizadas por el Centro de Estudios Che Guevara, pidiendo al espectador ser parte viva y vital del relato. Durante dos años fueron analizados más de dos mil documentos entre cartas, postales y fotografías, noventa y siete horas de documentales y catorce horas de grabaciones de discursos oficiales.
Con el objetivo de liberar al personaje de juicios superficiales y tender una comprensión más puntual de las decisiones del hombre y del revolucionario, el relato de la muestra ha sido construido por diferentes perspectivas.
El primer nivel cuenta, con narración periodística, el contexto geopolítico. El segundo fue un recorrido biográfico de los sucesos privados y públicos del Che: sus discursos oficiales, sus reflexiones sobre la educación, la política y la economía, el sentido de la Revolucion y sus esperanzas en el hombre nuevo. Finalmente el tercero representa un nivel atemporal e intimista, con sus escritos personales, diarios y cartas a su familia y a sus amigos, hasta con grabados inéditos para su esposa Aleida, testigo de sus dudas, contradicciones y reflexiones.
Desde la iconografía, la imagen capturada por Korda con su Leica M2 con objetivo de 90 mm, óptima para los retratos, que lo tuvo vivo en el imaginario de todo el mundo durante un periodo en que otras figuras cayeron en el olvido, hasta el hombre, con la intensidad de las preguntas que él mismo se hizo y la difícil elección entre el compromiso en la lucha contra la injusticia social y la dolorosa renuncia a los afectos y a una vida más segura.
Reviviendo los procesos cruciales de su historia y su vida, y al mismo tiempo descubriendo la parte mas íntima de Ernesto Che Guevara, el espectador pudo recorrer los trechos fundamentales de su pensamiento, de sus ideales y sus decisiones. La narración, adoptando un tono casi confidencial, permitió interactuar con él, alimentando la necesidad de descubrirlo más humano que héroe y de estimular una reflexión sobre un periodo historico crucial para comprender la actualidad.
«La historia de Ernesto Che Guevara pone a cada uno enfrente de la urgencia de una toma de posición; su intensidad nos obliga a salir de un área de confort intelectual para asumirnos la responsabilidad de responder primero a nosotros mismos que al mundo», comentó Daniele Zimbelli, presidente de Simmetrico Cultura.
Ha sido muy importante para el público italiano y europeo tener la posibilidad de descubrir de manera diferente una de las personalidades más significativas de su época, que se sobrepone a la figura pop, no para acabar con el mito, sino para sondear todas sus facetas. Más allá del arquetipo universal de rebelión, símbolo de revuelta en todo el mundo que siempre apunta la mirada, inflamada por dolor y promesas, no hacia el espectador, sino hacia el futuro, se encuentra el hombre, que enseña a volver los ojos hasta un adelante que no es solo temporal, sino tambien intimista y universalmente humano.
Solo el tiempo va a decir cuánto y cómo su leyenda va a ser recordada. Lo que importa es que con los años, en lugar de caer en la simplificación, su figura viene sondeada hasta sus aspectos más íntimos y sencillos, que ayudan a percibirlo como hombre, como persona con sus temores, y nos hace sentir menos solos en nuestras luchas pequeñas o grandes.
En todo el mundo millones se han reconocido y siguen reconociéndose en una imagen que, hoy como ayer, sigue significando algo para todos los oprimidos de la Tierra; una iconografía que, cada año, mientras que el mundo cambia, rejuvenece.
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