A las puertas de la Bienal de La Habana

El próximo 11 de mayo será inaugurada la oncena ediciónde la Bienal de La Habana, el mayor y más complejo evento de las artes visuales en Cuba, fundado en 1984 bajo la gestión del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam y el Ministerio de Cultura.

Desde su primera convocatoria se propuso ser el espacio idóneo de encuentro para la investigación y difusión de la producción simbólica de América Latina y el Caribe, Asia y África; un escenario para la confrontación de las expresiones artísticas de estas regiones sin jerarquías ni discriminaciones, en el que tienen cabida tanto las artesanías y todas las manifestaciones populares de la cultura visual como la arquitectura, el diseño y las sofisticadas obras producidas mediante novedosas tecnologías en el universo del video, la computación y la digitalización.

Irrumpiendo en numerosos espacios de la Habana Vieja y moderna, la Bienal transforma a la capital del país en una gigantesca galería donde se dan cita artistas de reconocida trayectoria y los más jóvenes talentos en exhibiciones individuales, proyectos colectivos, talleres, discusiones teóricas… A cada edición asisten, además, expertos de todas latitudes, coleccionistas, galeristas, directores de instituciones, periodistas, con el fin de examinar y conocer de cerca una importante zona del arte producido en las regiones más pobladas del planeta.

En esta ocasión, la Bienal de La Habana se desarrollará en circunstancias internacionales en las cuales los debates en torno a los escenarios del arte contemporáneo se han modificado sustancialmente y adquirido nuevos significados, tanto para los artistas como para las instituciones y los diferentes públicos.

Las obras presentadas se proponen reflexionar el modo en que se comportan las relaciones entre las producciones visuales y el imaginario social. En el presente, el concepto de lo público incorpora escenarios transversales en su dimensión dialógica, lo que convierte a la esfera pública en el eje principal de intercambios asociados a nuevas configuraciones de los imaginarios sociales; y este proceso vuelve a adquirir una especial connotación, donde el papel del arte y sus prácticas creadoras resultan esenciales. Ediciones anteriores de la Bienal de La Habana tomaron como objeto de interés curatorial algunas experiencias incipientes de este fenómeno.

La Bienal se propone enfatizar en el papel del arte en la transformación de objetos y como catalizador de sujetos sociales. Aspira a explorar las disímiles acepciones de lo público teniendo en cuenta las consabidas intervenciones en espacios urbanos, los proyectos de carácter interactivo, lúdicos, multidisciplinarios; los procesos de inserción social y de trabajo en las comunidades, hasta los soportes que han ampliado gradualmente los niveles de accesibilidad a la tecnología y a las actuales formas de comunicación.

Uno de los principales objetivos del evento está dirigido a hacer pensar sobre las bases en que se constituyen las redes sociales y se convierten en espacios de socialización entre personas de diferentes partes del mundo, en los que se diluyen y se ponen a prueba los perfiles más íntimos del ser humano.

En tanto el arte no ha estado ajeno al deterioro del medio ambiente ni a las crisis que se han generado en las grandes urbes, esta nueva situación conduce a repensar los modelos de configuración de las urbanías a partir de necesidades emergentes de sobrevivencia. La educación ambiental vuelve a ser hoy una motivación para movilizar a amplios sectores de la sociedad civil en todo el mundo.

A raíz de todas estas consideraciones, para la Oncena Bienal de La Habana será fundamental el diálogo entre el adentro y el afuera, trabajar con el arte vivo e involucrar de forma permanente al espectador…, y convertir el contexto cubano y los escenarios públicos de La Habana en un laboratorio temporal de experimentación artística.

Entre los invitados al evento se encuentran Emilia e Ilya Kabakov (Rusia); Hermann Nitsch (Austria); Gabriel Orozco y Rafael Lozano-Hemmer (México); Jean-François Boclé (Martinica); Kcho, Los Carpinteros, Carlos Garaicoa y Galería DUPP (Cuba); el colectivo Quintapata (República Dominicana) y Marcel Pinas (Suriname). La nómina sobrepasa los cien artistas, quienes mostrarán sus obras en el Pabellón Cuba, en El Vedado; el Teatro García Lorca, las galerías La Acacia, Orígenes y Collage Habana, en pleno corazón de la ciudad; así como en el Centro Wifredo Lam, la Fototeca de Cuba, la Casa de México y la Casa Guayasamín, situadas en La Habana Vieja.

Los proyectos colectivos incluyen esta vez la experiencia comunitaria MACSAN (Museo de Arte Contemporáneo de San Agustín, al oeste de la ciudad), La caza del éxito (exposición acerca de los cambios introducidos en la arquitectura y el ambiente de nuestras ciudades por las nuevas condiciones económicas en Cuba y Centroamérica), Open Score (un grupo de artistas que trabajan sobre avances tecnológicos en el campo de la digitalización) y el proyecto colectivo Detrás del Muro (intervenciones públicas y obras instaladas en una franja del malecón habanero).

Asimismo, el público podrá disfrutar obras realizadas por profesores y alumnos de la Academia de Bellas Artes San Alejandro y el Instituto Superior de Arte, en el oeste de la ciudad.

Complemento de estos núcleos centrales, con propuestas de artistas de múltiples latitudes, será el conjunto de exposiciones de arte cubano que podrá ser visitado en la amplia red de galerías e instituciones de La Habana durante la cita.

La Bienal de La Habana es, sin dudas, un acontecimiento singular dentro del panorama global de eventos que hoy se desarrollan en el mundo. Una oportunidad única para palpar los cambios que vienen produciéndose al interior de las prácticas artísticas contemporáneas, y cómo estas transforman nuestra percepción de la cultura.

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