“¿Qué es, pues, el tiempo?

Sé bien lo que es, si no se me pregunta.

Pero cuando quiero explicárselo

al que me lo pregunta, no lo sé”

San Agustín. Confesiones, libro XI

Zaragoza como centro expositivo

Han coincidido en Zaragoza dos exposiciones del pintor y escultor aragonés Santiago Arranz, concretamente en el Centro de Historias y en la galería Carmen Terreros respectivamente. La primera se podrá ver hasta finales de marzo y la segunda concluyó recientemente. El Centro de Historias está ubicado en el antiguo convento de San Agustín, edificado en el siglo XVI, y la galería de arte se encuentra en pleno centro de la capital aragonesa.

Tuve la ocasión de visitar ambas acompañado del artista, lo que me sirvió de gran ayuda para conocer de cerca dos trabajos bien diferentes, ya que la muestra Santiago Arranz. Espacios de tiempo que se lleva a cabo en el primer espacio, tiene como motivo principal la celebración del veinte aniversario de su intervención artística en dicho lugar –también me enseñó su trabajo en la Biblioteca Maria Moliner, situada al lado mismo del convento-  y en cuanto a la exposición Santiago Arranz. Símbolos y sentidos en Carmen Terreros el artista presentó una serie de obras del periodo 2001-2016.

Santiago Arranz. Un creador polivalente

Santiago Arranz (Sabiñánigo, Huesca, 1959) se licenció en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona. Durante los años 1986 y 1994 residió en Fointeneblau y París. Actualmente vive y trabaja en la localidad oscense de Castejón de Sos. Recientemente creó la Fundación Arranz-Raso con la finalidad de divulgar su obra, además de contribuir en el mundo cultural a través del humanismo y la naturaleza.

Su primera exposición fue en la Sala Municipal de su pueblo natal en 1982. A nivel individual su trabajo se ha podido ver en diversas ciudades españolas, así como en París, Bruselas, Bogotá, Toulouse y Marrakech. Como escultor tiene un gran número de obras en espacios públicos en Aragón y en la ciudad holandesa de Westbeemster. También ha pintado murales, cúpulas, vidrios serigrafiados en Zaragoza y Palma de Mallorca. Ha recibido diversos reconocimientos, entre ellos el VIII Premio Ahora de las artes visuales, Zaragoza, 2010 y Gran Premio ACCA 2011 al mejor artista contemporáneo por su exposición en La Lonja de Zaragoza.

La primera vez que entré en contacto con su obra fue en 2021, cuando visité la exposición Santiago Arranz en el laberinto del arte, en el Museo de Huesca, que me permitió comprobar su enorme creatividad a partir de un extenso repertorio iconográfico a través de novedosos vocabularios de alfabetos artísticos de carácter esquemático y antropomorfo, fusionando algunos símbolos para luego reconvertirlos en un lenguaje bien singular. De hecho, este lenguaje es el que se puede observar ahora en el Centro de Historias. Al ser una retrospectiva, se exponen obras de diferentes períodos, entre ellos los relacionados con la figuración, en que la materia era esencial en sus composiciones.

Centro de Historias y Carmen Terreros: Dos maneras de entender el arte del pasado

Su intervención en el Centro de Historias de hace cuatro lustros consistió en crear una iconografía a partir de 63 formas diferentes relacionadas con las cuatro culturas más próximas a la ciudad, como fueron la celtíbera, la romana, la árabe y la judeocristiana. Según el artista, su primera acción consistió en “recuperar el pasado de este lugar emblemático a través de sus formas estéticas, no como un historiador interesado por los acontecimientos”.

Este trabajo se observa en las paredes interiores de hormigón del edificio que tiene varias plantas, en ellas aparecen una serie de líneas impresas en el vacío que discurren por el espacio de manera interrumpida. El arquitecto que realizó la rehabilitación señala que la contribución de Arranz es como un inmenso lienzo donde se va desplegando y ampliando “su vocabulario histórico e iconográfico de las cuatro culturas, de nuevo el hilo de la historia se despliega en una sinfonía entremezclada de diferentes escalas, texturas…”. Pero su trabajo no sólo se ciñe al propio edificio, sino que en el patio de entrada también se puede ver su intervención en los muros y en el suelo. En una de las salas del Centro se exponen dibujos, maquetas, esbozos y su iconografía personal para que el público observe a pequeña escala cómo ha ido desarrollándose su labor creativa.

Respecto a la exposición de Carmen Terreros la ha compuesto una veintena de pinturas y una escultura, donde se han exhibido las series Fragmentos visuales, Formas, La forma dentro de la forma, Flores negras y Flores amarillas. En todas ellas se aprecia su interés por la abstracción. Una abstracción geométrica en que abunda el color, la idea de movimiento y sobre todo su peculiar manera de entender el espacio, en que aparecen los elementos que siempre le acompañan en sus composiciones. También hay algunas piezas en que se observa el vaciado, o sea la extracción de la materia, tanto las que representa de modo circular como rectangular.