El Cayo de la Virgen, ubicado en Playa Morales, en el interior de la Bahía de Nipe, es el sitio por donde entró a Cuba la imagen de la Virgen de la Caridad.
Uno de los hechos más significativos de la historia religiosa y cultural de Cuba aconteció en el siglo XVII en el actual territorio de la provincia Holguín, por entonces perteneciente a las jurisdicciones de Bayamo y Cuba, es el «momento en que se dan las primicias del mestizaje biológico y cultural… y los primeros gérmenes portadores de la cultura criolla precursora de la cubanía».
Dos indios naturales de la provincia india de Barajagua, los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos, acompañados del niño esclavo Juan Moreno, en 1612 se dirigen a la península de El Ramón, donde se encuentran las salinas. Al atravesar en canoa la bahía de Nipe, encontraron flotando en las aguas la imagen de la Virgen de la Caridad.
Trasladada por estos al hato de Barajagua la Vieja, actual poblado de Barajagua, le construyeron la primera casa y veneraron la imagen en compañía de unas veinte personas que habitaban dicho asiento. Allí la Virgen comenzó a realizar milagros, y ante el peligro de que la imagen se pudiera perder en manos de alguno de los aborígenes que la habían encontrado, fue trasladada al Real de Minas de Santiago del Prado, actual poblado de El Cobre, centro económico y político de mayor importancia entonces en la región oriental.
El itinerario seguido con la imagen esta comprendido aproximadamente en un espacio de más de dos mil kilómetros cuadrados, que se extiende desde la Bahía de Nipe a las alturas de Barajagua, y de este punto al poblado de El Cobre. Es así que en el año 1915 es proclamada Patrona del pueblo cubano a solicitud de más de dos mil miembros del Ejército Libertador.
De Nipe a Barajagua
El hallazgo de la Virgen de la Caridad, y su posterior veneración en sitios que conforman este paisaje, está indisolublemente ligado a la evolución histórica y social del territorio. Siguiendo la huella de los sitios arqueológicos, se modela un paisaje cultural indígena en el que estos, y ahora su legado patrimonial, resultan omnipresentes, impactando también la toponimia y la tradición histórica. Hacia el sur la situación cambia, teniendo los contextos arqueológicos santiagueros poco que ofrecer, en lo que respecta a indios en los siglos XVI y XVII, tal vez porque la proximidad a la villa de Santiago afectó más las comunidades nativas, del mismo modo en que el distanciamiento, como parece ser en Barajagua, determinó un ritmo de interacción quizás menos dramático en términos de supervivencia e integración indígena.
Las inclemencias del tiempo y la mano indiscriminada del hombre han provocado en parte la degradación de la imagen de este histórico paisaje, pero aún es reconocible y deslumbrante.
La gran Bahía de Nipe es un panorama excepcional en la geografía del país y su localización y condiciones naturales han sido el motor de desarrollo de una espaciosa zona dedicada a la crianza de ganado y comercio de contrabando en un primer momento, y posteriormente a la industria azucarera y minera.
El sitio de acceso a la costa que utilizaron los hermanos Hoyos y Juan Moreno para llegar hasta Cayo Francés o Vigía (actualmente Cayo Obispo), y de regreso de las salinas con los tres tercios de sal, en el cual colocaron la imagen en una barbacoa, para acto seguido conducirla hasta el hato de Barajagua, es hoy conocido como Cayo de la Virgen. Está situado en Playa Morales, entre las desembocaduras de los ríos Nipe y Centeno. Es un promontorio mar adentro, inaccesible para entonces cuando subía la marea y en tiempo de lluvia, con una áspera lengua de tierra pedregosa que le daba acceso en tiempo de seca. Está protegido por una vegetación autóctona y en él habitan especies endémicas.
Actualmente en el cayo deshabitado quedan restos de un oratorio con una rústica cruz de madera colocada en el año 2009, el cual estuvo presidido por una imagen de la Virgen de la Caridad en bronce sobre una base de hormigón de unos cinco metros de altura. Esta imagen después de 1959 fue trasladada al santuario de El Cobre. En la actualidad se proyecta construir un nuevo oratorio diseñado por el artista Cosme Proenza.
A unos dos kilómetros del Cayo de la Virgen, en el interior de la bahía, se localiza Cayo Obispo, denominado en el siglo XVII Cayo Francés o Vigía, en el cual debido a un mal tiempo pernoctaron tres noches los rancheros protagonistas de esta hermosa historia. Allí se han encontrado evidencias arqueológicas, y conserva una tupida vegetación. Todo el paisaje, según los vecinos que moran en sus cercanías, lo transformó el ciclón Flora en 1963. Cuentan que la costa era recta y cuando la marea bajaba se podía ir hasta el Cayo Obispo caminando.
En cuanto a la península de El Ramón, declarada Reserva florística manejada por el Citma, se conservan pequeñas playas, malezas y salinas. En una de ellas, la más pequeña, situada en Punta Negra, al Sur de Canalito, se infiere fue donde los indios Hoyos recogieron la sal, pues documentalmente se ha conocido que es la que cuaja. También ha sido reportado como sitio arqueológico.
Ya no existen los bosques de corpulentos árboles: el área se encuentra cubierta de maleza tupida y reforestada con acacias africanas y caobas. El agua es salada. Desde la época colonial se abrieron dos pozos —en el Júcaro y en El Ramón— que dan agua dulce, pero de sabor desagradable. En la península se conservan importantes sitios arqueológicos aborígenes y de antiguos palenques, y las ruinas y pozos del paraje donde vivió el corsario alemán al servicio de España William Heastie. En el poblado de Canalito existe un pequeño monumento conmemorativo a la expedición del Perrit (1869).
En otro punto de la bahía, conocido históricamente como Punta de Corojal, se fundó en 1905 la ciudad portuaria de Antilla, actualmente cabecera del municipio del mismo nombre.
Entre la bahía de Nipe y las alturas de Barajagua existe una vasta sabana. Las lomas del sitio de Barajagua la Vieja forman parte de las Alturas de Maniabón. Hoy es un poblado de pequeños agricultores, asentados a ambos lados de la Carretera Holguín-Mayarí, junto al río Barajagua y a los pies de la Loma del Cementerio, donde existen los residuarios arqueológicos. Allí, en la década del cincuenta, fue construida una iglesia católica pequeña, y desde hace pocos años frente a ella aparece una Virgen de la Caridad de gran tamaño, identificada como la Virgen de Barajagua, espacio devenido en sitio de peregrinación.
El río Barajagua, que atraviesa el poblado y la carretera, perdió su caudal original y hoy es un pequeño arroyuelo, pero conserva aún parte de los bosques de galerías y plantas de gran belleza con distintas especies de trepadoras y helechos. El saltadero del río, por donde refieren los lugareños trajeron a la Virgen, es un sitio singular a pesar de que, en parte del año, la caída de agua es pobre.
El camino de la Virgen de la Caridad
La evolución histórica de cuatro siglos de actuación humana en estos parajes ha contribuido a enriquecer los valores histórico-culturales reportados. Sitios históricos de las Guerras de Independencia contra España, fundación en el territorio de ciudades y asentamientos azucareros y mineros con capital norteamericano e inmigración de fuerza de trabajo, junto a otros hechos vinculados a luchas obreras y campesinas, se mezclan con manifestaciones culturales populares, costumbres y tradiciones propias de los distintos lugares que integran el espacio.
El camino de la Virgen de la Caridad constituye hoy una de las atracciones religiosas y turísticas de más impacto de las provincias de Holguín y Santiago de Cuba. El desarrollo posterior del espacio no ha impedido que se conserven viejos caminos y solventías que unen los sitios puntuales que conforman el itinerario, por lo que puede ser recorrido a pie, en transporte animal y en vehículos motorizados.
El más importante de estos caminos, en gran parte convertido ya en carretera, es el Camino Real a Cuba que parte de Mayarí, bordeando toda la Sierra de Nipe y pasando por Guaro, Bitirí —Monumento Nacional (MN)—, Sojo, Birán (MN), Sabanilla de Birán, Sao Corona (MN), Canapú, Mangos de Corazón, Cayo Rey, hasta salir a Miranda, de ahí continúa al sur hasta Santiago de Cuba y el Cobre.
Barajagua era un nodo entre Holguín y estos viejos caminos. Desde aquí parte el conocido como Camino de los Indios, que se une al camino Real Mayarí-Cuba por Sojo, y hacia el sur pasa por Saito, Alto del Cedro, hasta las Alturas de Cayo Rey, donde se entroncaba con el Camino Mayarí-Cuba.
En el aniversario 400 de la presencia mariana en Cuba, los sitios significativos que conforman el Camino de la Virgen fueron declarados Monumento Nacional por Resolución no. 91 de la Comisión Nacional de Monumentos, por «conservar evidencias materiales del acontecimiento y por ende su alto valor histórico, etnológico y etnográfico».
Tales sitios fueron Cayo de la Virgen (Playa de Morales, al sureste de la bahía de Nipe) y el poblado de Barajagua (municipio Cueto), así como el poblado de El Cobre, donde se venera a la Patrona de Cuba.
El clero refiere que la Virgen fue encontrada el 27 de octubre de 1612, día que coincide con el arribo de Cristóbal Colón en el año 1492, y con él la llegada de las primeras expresiones del cristianismo a la Isla. Sin embargo, el pueblo cubano celebra el 8 de septiembre el natalicio de la Virgen como fiesta nacional. De todo ello dan fe los múltiples testimonios recogidos a lo largo del Camino de la Virgen. Para los pobladores, la Virgen de la Caridad del Cobre ha estado y está entre ellos.
