Por: Adalys Pérez
Entro…
Simplemente, me sorprende,… pues Yo no entiendo mucho,… oye, compadre te hace recapacitar y … que empeño el de ella de intercambiar cosas, que súper.
Son cuatro jóvenes que salen del recinto y ya han visto las obras. El arte contemporáneo es a veces difícil de comprender, sin embargo, el diálogo que establece con el espectador es, sin dudas, enriquecedor, reta al pensamiento y llega a formar parte de su imaginario.
Muchas son las obras, fundamentalmente instalativas, muy activo el videoarte y las acciones performáticas, que conllevan la participación activa entre artistas y público.
Descubro puntos comunes entre el quehacer de creadores cubanos y estadounidenses, objetivo primordial de la curaduría de Entre, Dentro, Fuera (Between, Inside, Outside) realizada por Dannys Montes de Oca y Royce Smith.
Si esta fue la idea inicial de la propuesta, el binomio no obvio las posibilidades del lugar donde está emplazada esta exposición: el Pabellón Cuba, espacio con una historia dentro de las artes plásticas del país, pues en 1967 fue sede del Salón de Mayo del Museo de Arte Moderno de Francia, y se convirtió así en el primer recinto del renombrado evento en el continente americano.
La ubicación del Pabellón en una de las arterias más concurridas de la ciudad, punto de encuentro además de numerosos proyectos de arte joven por encontrarse allí la sede nacional de la Asociación Hermanos Saiz, es un lugar que propicia que se exhiban proyectos hecho por y para la juventud.
Dentro…
Siete artistas cubanos y siete norteamericanos presentan sus propuestas, que combinan numerosas expresiones artísticas en la expresión de una idea, un estado de ánimo, sensaciones, aristas del arte conceptual que se materializan en diversas formas de expresión muy contemporáneas que se conjugan con otras más convencionales como el dibujo, la pintura y la escultura.
Pero lo más significativo de Entre, Dentro y Fuera ha sido la integración de diversas manifestaciones del arte, para instaurar con la obra, un diálogo creador-espectador. La pieza Contacto (Misa de cajón para Ana Mendieta) de la cubana Susana Pilar Delahante, con la que se inauguró el espacio expositivo, fue un ejemplo de esta interacción creativa. La Delahante tiene varias propuestas en el Proyecto que refuerzan la idea del manejo de aspectos de la cotidianidad expresados a partir de múltiples inquietudes creativas. Una de ellas es Lo llevamos rizo, la artista convoca a un concurso para cabello natural afro, en las versiones Afro, Trenzado y Dreadlocks, que se acompaña de talleres y de la conferencia Mirarse ante el espejo, estética e identidad de la mujer afrocubana, impartida por Aldeide Delgado. Pero muy interesante, sin dudas, su performance El Tanque en que muestra el uso del agua y el peine caliente, elementos tradicionales que durante años han sido empleados para alisar el pelo crespo, acción que desarrollará la propia artista.
Hecho en Cuba de la artista filipina radicada en Estados Unidos, Stephanie Syjuco permite el intercambio creador-público, pues su propuesta se basa en el intercambio de objetos personales de los visitantes por bolsas de tela, bajo el cartel-oferta Cambiemos algo. Por su parte, el cubano Levi Orta presenta la obra Capital-Cultura, una bolsa de valores en la que se inscriben negocios y funciona como mediadora entre estos y sus clientes, significativo en estos momentos en el que el país experimenta formas no estatales de inversión.
El performance T-Pox Toque de Omar Estrada entabla un diálogo interdisciplinario entre las artes visuales, por un lado, y la música, la ciencia y la religión. Con esta propuesta Estrada intercambia con el público acompañado de un grupo de especialistas sobre experiencias de su imaginario cotidiano desde los referentes ya mencionados, e incorpora a la agrupación Juego de Manos, liderada por David Álvarez. El artista también expone también su obra ¿Por qué la luna? consistente en un juego electrónico que permite al espectador interactuar con sucesos históricos ocurridos en el pasado siglo veinte y da evidencias de las relaciones de poder que se establecieron entre las principales potencias para quien llegara primero al satélite de la Tierra.
Glenda Salazar, también de la nómina cubana, presenta el Proyecto Border, en el que muestra una serie de dibujos de plantas originarias de nuestro país con la posibilidad de que el público pueda llevarse semillas con el objetivo de devolverlas a la tierra y con ello recuperar esos árboles tan necesarios a la sociedad.
Adonis Ferro acompañado de los artistas Denis Peralta y Maysabel Pintado trae la propuesta Desconcierto. Dividida en tres partes y escrita por Ferro, estos performances-puestas en escena cuentan una historia desde un escenario vacío, lo que causa confusión y sorpresa entre los espectadores. Esta, que es una de las muestras más interesantes de Entre, Dentro, Fuera, es también un ejemplo del diálogo que se puede establecer entre el espectador y el contexto de las obras que tiene ante si.
Fuera…
Entre, Dentro y Fuera es un espacio de confrontación, de apreciar muestras desde diversas ópticas. Les confieso que todo lo que describo no puede valorarse en una sola visita. Las propuestas se suceden durante la Bienal que se extiende hasta el 22 de junio. Muchas de las acciones, aunque tienen presencia permanente se dan en momentos únicos e irrepetibles, pero constantemente se renuevan para mantener así la vitalidad de la idea. No exteriorizo mis opiniones en alta voz, solo los invito a que visiten la muestra y comprendan así que el arte como componente enriquecedor del pensamiento puede transformar nuestra existencia.
Fuente: Cubarte
