Por: Urra Maqueira (Curador y Crítico de Arte, en exclusiva para Arte por Excelencias)
En medio de tantos agasajos por el Día Internacional de la Mujer, Arte por Excelencias asistió este 8 de marzo a dos muestras pictóricas sucedidas en las vecindades del capitolio habanero. Coincidentemente, los expositores son jóvenes artistas del centro sur de la Isla y sus obras tienen como leitmotiv la figura e identidad femenil, aunque erigidas con estilos y visiones contrapuestas, que fabulan sobre el lugar, los roles y sentidos de la mujer en las sociedades contemporáneas.
El público numeroso y ávido, poco después que el pintor Irving Torres dispensara una de sus obras: Norma a Ada Caridad Alfonso Rodríguez, Jefa de la línea de investigación sobre la violencia del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), tuvo acceso a la exposición intitulada Dreams, que aborda el tema de las tensiones de género, la amenaza a las féminas desde una dimensión simbólica.
Para expresar estas ansiedades, el cienfueguero concibe planos hiperbolizados de los rostros, acude a cromas violentas que le permiten, a través de los influjos del Neo expresionismo, la pintura gestual y el diseño, esbozar un sistema de códigos referidos al horror de la iniquidad, a los efectos de la discriminación en las jóvenes y adolescentes; en cuyo registro destaca la fluorescencia del color, el minimalismo de la puesta visual y acuse de una planimetría que concentra la narratividad en la expresión facial.
La muestra, que se exhibirá durante un mes en el tercer y cálido piso del Museo de la Revolución, constata el vigor de las artes visuales para incitar al debate sobre complejas realidades.
Una hora más tarde, la artista Mayling Hernández inauguró en el lobby del Hotel Inglaterra la exposición personal El sostén que gesta mis pasos que, a todas luces, revela la búsqueda de un discurso y códigos desde las entrañas de la femineidad universal y el hallazgo de relatos con una perspectiva antrópico-ecológica, en el que el motivo es esta entelequia femenil que habita los nuevos paraísos, abducida por la paz, la empatía con la naturaleza y aquel erotismo henchido que convida a la gestación.
Justo, para la pintora la mujer es “un símbolo de fertilidad y sostén, a través de la cual muestra el nacimiento y el ciclo humano”. No es fortuito que se revelen lozanas, dispuestas a asumir cualquier faena, domeñadas por el movimiento perenne y sensual que tanto agrada a los amantes del Art Noveau y los seguidores de la Escuela de Las Villas, como Eva sin el yugo de Adán y su demiurgo, redimida por la sierpe (injustamente satanizada), quien le mostrara los sabores del árbol de la ciencia del bien y el mal.
A diferencia de las escenas inquietantes de Irving, las suyas connotan la emancipación de las heroínas y pendencias por ser visibilizadas. El sostén… no sólo seduce por la nobleza fabulatoria, sino también por la evidencia de su ductilidad técnica y expresiva; por ser constancia de una tradición de creadoras sureñas en las artes visuales que emerge desde finales del siglo XIX.
Sin dudas, es grato apreciar voces de jóvenes de la Isla que en este día, dedicado a la mujer cubana, acontezcan exposiciones como estas, comedidas e intensas.
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