La exposición Al dente, de los artistas plásticos cubanos Rigoberto Mena y Alejandro García, fue inaugurada en la Galería Habana, en la confluencia de las calles Línea y F, en El Vedado habanero. Allí estuvo Arte por Excelencias.
Los curadores Isabel María Pérez Pérez y Rubén del Valle Lantarón nos explican el porqué del título que los artistas eligieron para su muestra: «En gastronomía se denomina Al dente al estado de cocción de la pasta que, estando cocida, ofrece alguna resistencia al ser mordida. El término proviene del italiano, se refiere a la forma ideal para preparar pastas y se vincula también al arroz y las verduras, homologado a la percepción de crujiente. Según los entendidos, este preciso punto de cocción requiere ciertas habilidades y mucha práctica. Abundan los consejos de cómo lograrlo: según algunos, llegado al punto exacto debes sumergirla en agua fría por solo un par de minutos; otros recomiendan tirarla contra una pared de baldosas, y si queda pegada significa que esta al dente. Se trata de un punto exacto definido por indicaciones imprecisas. Busca un grado de firmeza y consistencia que ofrezca resistencia al diente, pero resulte agradable y apetitoso. Cocido por fuera y semicrudo en su centro, ligeramente duro al masticar».
En la amplia carrera artística de Rigoberto Mena (Artemisa, 1961) se destacan las exposiciones Convivencia (Novena Bienal de La Habana, 2006), Hablando en lenguas (Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana, 2011), Espíritu (Galería Dennis Rosenthal, Chicago, Estados Unidos, 2012) y RAK 4200 (12 Bienal de La Habana, Fortaleza de la Cabaña, 2015).
Alejandro García (La Habana, 1974) ha expuesto, entre otras, en las galerías AR&S, Catanzaro, Italia (Incubazione, 2000); Jadite Gallery, Nueva York (Stripes & Stair, 2002); Museo del Presente, Cosenza, Italia (Una verdad fácil de entender, 2010); y Fortaleza de la Cabaña, 12 Bienal de La Habana (Teoría de la incertidumbre, 2015).
«Lícito (…) considerar —retomamos las palabras de Isabel y Rubén— a Rigoberto Mena y a Alejandro García dos abstractos al dente, cada uno en su específica salsa condimentada. Expandidos los límites de lo considerado experiencia artística, se hibridan cada vez más las posibilidades de operatorias y abordajes. Lo material y lo inmaterial, lo original y lo múltiple, la referencia y la autoría, lo figurativo y lo abstracto, permanecen en controvertida ebullición. Diagnósticos apocalípticos, activismos equidistantes, referencias epilogales. Todo se integra a ese maremágnum de intercambios y permutaciones».