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Fina es la poesía
25April
Artículos

Fina es la poesía

La poesía vive de silencios

F.G.M

Por Jaime Masó Torres

Callada, como siempre ha preferido estar y en el más puro silencio, la poeta Fina García Marruz cumple 95 años de vida este 28 de abril. Quien valora profundamente la poesía, el verdadero alcance de un verso y lo sanador que puede ser el arte, debe conocer y estudiar la obra de Fina quien nació en La Habana en 1923.

Algunos datos de su vida destacan que en 1936 a raíz de la visita a Cuba de Juan Ramón Jiménez, se despertaron en ella las inquietudes por el mundo de las letras. Años después, en 1982, escribiría en homenaje al gran escritor español, palabras de hondo sentimiento: “La sensualidad de Juan Ramón es tan casta, tan límpida, que hace pensar en un mundo anterior al pecado original”; “en Juan Ramón no había un poeta, sino varios”.1

Fina fue colaboradora de la revista Orígenes, una publicación que reunió a un loable grupo de poetas y escritores, al frente de los cuales estaba el maestro José Lezama Lima a quien también ha dedicado grandes y valiosísimos artículos, convirtiéndose así en una necesaria lezamiana de todos los tiempos.

A Fina y a su entrañable compañero en la vida y el arte, Cintio Vitier, los hispanoamericanos agradeceremos siempre varios textos dedicados a José Martí, para profundizar en el pensamiento del Apóstol y hacerlo más de nosotros y más del mundo. Nadie puede separar a Fina García de la obra martiana. Por ella comprendimos que Martí es “el conjurador popular de todos los males, el último reducto de nuestra confianza”, porque “cada cubano ve en él, un poco, su propio secreto”.2

Más allá de sus ensayos, los cuales permiten discernir con claridad la obra de grandes autores de Iberoamérica, a Fina la distingue su eterna disposición a la poesía. Ciertos poemas breves y profundos, extremadamente delicados, sensuales, cargados de símbolos, algunos de silencios; en otros casos, poemas que gritan, que hablan de lo terrible del tiempo, que evocan a hombres casi dioses, a los maestros, a los imprescindibles.

Que juegan con las palabras, con la música; que hacen a su autora una experta del idioma español y una mujer que nos ayuda a amar la vida y la libertad. Con incuestionable maestría, Fina García nos enseñó que “la poesía no es otra cosa que el secreto de la vida (…) La poesía vive de silencios. (…) Poesía palabrera no es poesía. (…) Todo poeta sabe que los poetas son los otros, los que no escriben versos”.3

Una vez develados sus poemas, no hay quien frene los adjetivos, siempre difíciles, para agradecer y alabar su obra. Nunca sobrarán los criterios (vírgenes) de quienes se acercan por primera vez a sus textos, como quien descubre el significado de aquel secreto que impedía avanzar. Leer a Fina García Marruz ayuda a comprender mejor el mundo y vivir en total armonía con aquello que nos rodea. Dilucidamos que la cuestión no es discutir con el universo, sino aceptarlo tal y como es; detenernos en los detalles, no dar la espalda jamás a lo ínfimo, a lo que a nuestra imperfecta mirada pude parecer débil.

Relevantes premios como el Nacional de Literatura en Cuba, el Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o el Federico García Lorca, nos reafirman aquello que muchos se dieron cuenta desde que salió publicado su primer verso: Fina es la poesía.

 

1 Del libro Fina García Marruz. Ensayos, publicado por Letras Cubanas, 2008.

2 ídem.

3Fragmentos extraídos del artículoHablar de la poesía, 1986.