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Ignacio Iturria, el hombre que trabaja por la noche
19October

Ignacio Iturria, el hombre que trabaja por la noche

Una de las propuestas que más impresiona en la edición 26 de la feria Estampa es la de Ignacio Iturria que presenta la Galería de Juan Risso. El artista accede a conversar con nuestra enviada especial Cristina Fonollosa en exclusiva para Arte por Excelencias. 

¿Ignacio, de dónde viene usted? 

Mi origen es vasco, mi padre era vasco al igual que toda mi familia; pero se trasladó a Montevideo y yo me hice montevideano y uruguayo. Vengo de Montevideo, de Uruguay

¿Desde qué edad se dedica usted al arte, al mundo de la pintura? 

Pintar lo relaciono con un hecho, el de la gente estar dentro de la casa o estar fuera. Si uno tiene la facilidad, o la suerte, de poder armar su discurso con tranquilidad y correcciones, se puede expresar a los demás con mucho más precisión. En cambio, si uno está vagando en el día, dice cuatro, cinco, seis, siete cosas y…  ¿ para qué ha hablado, no? 

También tiene que ver con la modalidad. Puede ser que a uno le guste estar consigo mismo. Yo tengo recuerdos de los tres años: vivíamos en una casa con patio y claraboya; iba a una habitación y mi madre me preguntaba a qué y yo le decía “a mis cosas”. Tenía tres años y era a dar vueltas. Es decir que ese estar conmigo se fue desarrollando hasta que hoy ya…

Continúa estando consigo…

Sí, sí, lo interesante es ¿por qué es importante?  Porque uno está solo, pero está acompañado a la hora de pintar. Si uno está en buen romance consigo mismo entonces es como si hubiera un equilibrio, porque muchas de las cosas que pasan con el arte - con la pintura manual como hago yo-, es que hay muchas horas de decisiones, de pensamientos; uno va rumiando las cosas y va pasando también cosas favorables en la pintura, pero paralelamente en la vida personal influye. Se supone que es un camino para ir a mejor. 

 

Obra de Ignacio expuesta en Estampa
Obra de Ignacio expuesta en Estampa 

 

De todas maneras pienso que usted continúa trabajando mientras duerme, obviamente, no descansa nunca… De todo lo que he visto en Estampa su obra es la que me ha interesado más y realmente yo entiendo de arte un poquito también. 

He visto antes que estaba hablando con Juana de Aizpuru y que tenía usted un aspecto realmente tan encantador como su obra. Luego me estaba contando una cosa tan interesante acerca de la luz que está reflejada en estos momentos en los cuadros y que hace que los que están expuestos pierdan un poco la calidad. Cuénteme de eso.  

El tema de la luz es uno de los que más nos ha preocupado a determinado grupo de pintores, porque antes había una sola luz para todo: una sola luz para pintar, una sola luz para exponer y una sola luz en la casa de aquellas personas o el museo; era todo lo mismo, entonces uno sabía que aquel cuadro cuando saliera iba a mantener su propio color. 

Pero hoy uno no sabe qué le va a pasar al cuadro, si va a ser visto con una luz fría o con una luz cálida. Se le escapa de las manos al artista y me fastidia mucho porque, por ejemplo, acá hay cuadros fríos que hice, que funciona; pero hay un cuadro que a mí me gusta mucho que tiene una potencia de luz, pero tiene que tener un poquito más de luz amarilla para que se impregne en los colores más terrosos. 

Lo que pasó fue que la aparición de la luz de la computadora tanto como la luz de teléfono nos generó a todos los pintores visuales como un movimiento; es decir, nosotros pensábamos que todo el color ya había sido desarrollado por Matisse, por Miró, por quien fuera. Sin embrago, uno pone un cuadro de ellos al lado de la televisión y parece gris, entonces nos está impulsando a una reflexión sobre el color, sabiendo que hay más color todavía que el que creíamos que había. 

Vea la galería de imágenes del artista en Estampa 2018

Me contaba Juan Risso antes que usted tiene una obra excepcional y yo, por supuesto, lo confirmo, pero que no era del todo conocido en España. Usted ha expuesto muchas veces en España también en Levant y en otros muchos sitios. 

Sí, en Levant, en Telefónica, en Santander porque José Jiménez que fue Director General de Cultura me había elegido al principio para un libro grande -que es este que está acá-, que lo hizo con Telefónica y me preparó toda una muestra itinerante. Pero hubo un momento en el que volví a Uruguay y la exposición siguió girando. Lo curioso es que en el único lugar donde no se hizo fue en San Sebastián, que era el lugar de mi padre. 

Que es donde le hubiera gustado a usted que se hubiera hecho, claro…

Y me gustaría sí, por los parientes, por mí y por mi padre. Pero esas cosas nunca se saben. 

 

Obra de Ignacio

 

¿Qué tiene previsto hacer a continuación con esta obra tan preciosa que usted tiene?

Una de las cosas que estoy por hacer ahora es escultura en bronce en Miami que voy a ir ahora. Después vuelvo a Santo Domingo otra vez; tengo que regresar a Estados Unidos porque el año pasado expuse en el museo Neuberger que tiene a continuación la Universidad de Purchase. Allí estuve dos meses y medio colaborando o estando presente con todo ese grupo de alumnos. Finalmente es un poco lo que estoy realizando hace unos cuantos años cuando hice la Fundación Iturria en Uruguay que el nombre es fomentar la vocación; por eso siempre hago viajes. Por ejemplo, me alquilé una casa enorme y vacía en Miami para que vinieran personas. Vinieron gente de España, de diferentes lugares (como 10, 15 personas que se iban alternando) entonces me vino como una etapa más de volcar. 

¿Enseñar…? 

Sí, contarles lo que me pasó a mí y las cosas que vi que no me pasaron a mí, pero le pasaron a otros pero se fueron repitiendo en muchos casos. En el fondo, después de repetirse tantas veces, algo pasa, es verdad. Y eso para quienes son más jóvenes, y están  metidos y están con muchos sustos y miedos y no tienen ni fe ni esperanzas, solo le gustan, están como  ahí medio, bueno con ese grupo, con ese tipo de modalidad trabajo.
 
Voy a ir a  Guayaquil también, a Colombia y ahora ya me organizan un poco la gente sabiendo eso, que se acerquen grupos de pintores. Después de la primera vez que vi que funcionaba y que  me decían que funcionaban las cosas que yo decía, entonces  descubrí que tenía cosas para decir y una cantidad  de libros que desempolvar uno para cada uno de los alumnos y dije:  bueno, voy a usar esto. 

Le agradezco muchísimo esta conversación breve conmigo, de verdad que le doy muchísimas gracias 

Gracias a usted. 

 

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