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Grabaciones perdidas, vinilos olvidados y coleccionismo online: Javi Bayo nos introduce en el mundo de la recopilación musical
11April

Grabaciones perdidas, vinilos olvidados y coleccionismo online: Javi Bayo nos introduce en el mundo de la recopilación musical

Javi Bayo, coleccionista de vinilos, DJ, diseñador gráfico, recopilador musical. Este versátil melómano lleva formando parte del underground musical desde hace ya 30 años. Empezó a pinchar en el 93 y desde entonces no ha parado de reinventarse, de descubrir nuevos sonidos, de coleccionar y de investigar.

Colaborador desde hace años de la discográfica Vampisoul Records, compiló Fetén (2012), una colección de grabaciones olvidadas de jazz hechas en España en los 60-70. También es el autor de América Invertida (2019) una selección personal de la música del Uruguay de los 80, donde convivían el folclore, la electrónica y los sintetizadores; el candombe, el new wave y el dream pop.

Hoy rebuscamos entre cajas de vinilos desteñidos y olvidados para introducirnos en el mundo de los coleccionistas de discos. Hoy hablamos con Javi Bayo, que nos explica como un hombre de Santander llega a descubrir toda una escena musical en Uruguay y nos ilustra sobre cómo funciona el trabajo del recopilador y coleccionista. Además, reflexionamos sobre las ventajas del vinilo sobre otros soportes digitales y sobre cómo internet ha sacado a relucir joyas que habían pasado desapercibidas hasta ahora.

          ¿Cuándo empezaste a coleccionar discos?

Yo distingo entre lo que es consumir música del coleccionismo. Yo llevo comprando desde que tenía 12 años, que compré mi primer disco. Pero cuando yo empecé a comprar discos para coleccionar, en tiendas de segunda mano, a investigar, fue en los noventa. No sé exactamente a qué altura, pero en esa época.

“Cuando entras en una tienda de discos, tienes un bombardeo de información a través de las caratulas que te lleva a descubrir cosas”

¿Cuál fue el primer disco que compraste?

El primero como tal no me acuerdo. Pero si recuerdo perfectamente cuál fue el primer disco de segunda mano que compré. Fue en una tienda de Santander que ya no existe, donde cayó en mis manos, sin yo saber lo que era, un disco del sello Black Jazz de Calvin Keys, llamado Shawn-Neeq. Se trata de un disco bastante raro, que se editó también en España. Yo lo compré estrictamente por la información que veía fuera en la caratula: la foto, el logo del sello, todo me pareció muy atractivo y esa intuición me llevó a comprarlo.

El hecho de acercarte a discos por el arte o por el diseño, es algo que era más común antes, ¿no? ¿Ahora la gente se aproxima a la música de otras maneras?

Hombre, depende de que forma de consumo de música tengas. Si consumes en digital, la forma en la que vas saltando de unas cosas a otras suele ser por recomendaciones de la plataforma. Pero, cuando tú entras en una tienda de discos, tienes un bombardeo de información a través de las caratulas que te lleva a descubrir cosas.

 

Javi Bayo

 

¿Cuántos vinilos tienes?

No tengo ni idea. Además, hace años que no hago ninguna contabilidad aproximada. También te digo que estoy en un punto en el que mi objetivo no es tener una colección grande sino una sin fisuras en la que todo lo que tenga me guste. Eso seguramente supondría reducir mucho el número de discos que tengo. 

“Yo no trato de hacer una recopilación de lo mejor de una época, sino de generar una mirada personal”

¿Qué te interesa de recopilar grabaciones? ¿Te consideras un recopilador?

Lo que me parece muy atractivo es sugerir una mirada propia a una realidad musical. En el caso de América Invertida, lo que hice es llamar la atención sobre un periodo y un conjunto de discos que, a mi forma de ver, estaban pasando desapercibidos y les faltaba un escaparate que los hiciera resaltar para que llegasen a la gente. El reto es crear un conjunto de canciones que sea coherente entre sí, que tenga un concepto original detrás y crear un producto a partir de ahí que sea atractivo. Eso implica, además de que la selección sea certera, documentarlo adecuadamente y darle una buena difusión.

¿Cómo se consigue tener una mirada propia de autor haciendo una recopilación?

Se consigue habiendo escuchado mucha música durante mucho tiempo y creando un camino personal de investigación y acercamiento hacia la música. En mi caso, un trabajo como América Invertida no se podría haber hecho sin antes haberme aproximado a muchas de las influencias que se plasman en el disco. Yo no trato de hacer una recopilación de lo mejor de esta época en este lugar, sino de generar una mirada personal como si fuese un Disc Jockey. Creo un cuerpo, una selección musical en una secuencia y la empaqueto.

¿Por qué no se había editado en España nunca un disco sobre el Jazz español de los 60 y 70 hasta que no lo hiciste tú con Fetén?

Pues no tengo ni idea. Es verdad que ahora el acceso a la información es mucho mejor que antaño, con internet, en páginas como “Discogs”, foros, etc. Pero yo he conocido los tiempos en los que la información sobre discos y grabaciones se intercambiaba de otra manera. Yo aprendía mucho de otros coleccionistas, de ir a tiendas, a ferias, de hablar con gente, de asistir a sesiones… Entonces, yo sé que, incluso para gente muy aficionada al jazz, había discos que yo recopilé en Fetén de los que nunca habían oído hablar.

¿Cómo una persona de Santander acaba descubriendo estos discos desconocidos de la escena uruguaya de los 80 o desenterrando antiguas joyas de jazz español?

Bueno, lo del jazz es más natural, además porque uno de los máximos exponentes del jazz español era de Santander, Juan Carlos Calderón. Pero bueno, cuando yo hice Fetén ya llevaba viviendo en Madrid mucho tiempo y moviéndome en unos círculos en los que esta información circulaba. También de manera casual, saliendo a tiendas de discos, deteniéndote en grabaciones que te llaman la atención. A lo mejor ves algo que no conoces, que tocan determinados músicos o interpretan ciertas canciones, te arriesgas, lo compras y resulta que es un discazo que nadie conoce. Lo de Uruguay sí que es más casual, pero tengo que decir que los primeros discos los descubrí en España, yendo a mercadillos. Te llama la atención, lo compras, te fascina, sigues escuchando otras cosas, investigando, y así fui descubriendo toda una escena en Uruguay de la que jamás había oído hablar y que tenía discos soberbios. En este caso me ayudó mucho internet.

“Los vinilos me parecen vestigios de una época”

¿Qué tiene el vinilo que no tiene el CD o las plataformas de música como Spotify?

Para empezar tamaño y peso. Es algo tangible, que transmite el arte que lo acompaña y que se convierte en un objeto que va más allá de la música. A nivel de sonido, un vinilo antiguo bueno, con un equipo decente, transmite una serie de frecuencias y una calidez que otros formatos no transmiten. Los vinilos, para mí como coleccionista, me parecen vestigios de una época, como objetos históricos. No niego las ventajas del mundo digital, en tema versatilidad y facilidad de descubrir, pero prefiero el vinilo.

 

Javi Bayo

 

¿Te parece que estamos viviendo un auge del vinilo?

Sí y no. Si lo comparas con los tiempos de mayor crisis del formato sí, porque las ventas se han multiplicado. Pero estamos muy lejos de los mejores tiempos en los que se vendía mucha música.

¿Qué razones crees que hay detrás del aumento de ventas?

Por un lado, hay algo de moda, lo cual no me gusta mucho porque las modas suelen ser algo pasajero. Por otro, han surgido herramientas de e-commerce que hacen que el acceso a los discos sea más sencillo para personas que viven lugares donde no hay tiendas de discos. Tampoco sé a qué más puede responder. Recuerdo en tiempos de confinamiento, cuando aumentó enormemente el consumo de discos y libros porque la gente estaba en sus casas sin nada que hacer. A lo mejor esto también tiene algo que ver, creo que hay distintas explicaciones para el fenómeno.

“Ha habido sellos suizos, holandeses o ingleses, que han hecho recopilatorios o reediciones de discos españoles olvidados”

¿Por qué Vampisoul, una productora española, tiene tanto interés en la música latinoamericana?

Hay una serie de circunstancias que nos acercan. Una de ellas, como es obvio, es el idioma. También tenemos vínculos culturales muy fuertes. Mientras que otros países están interesados en reeditar cosas de otras culturas como, por ejemplo, sellos ingleses y alemanes con discos africanos, desde Vampisoul hemos apostado por Latinoamérica.

Pero, ¿por qué desde España? ¿Por qué no se hace esto desde América latina?

Pues muchas veces la distancia hace que sea más complicado hacer proyectos que tengan potencial internacional. También pasa aquí: ha habido sellos suizos, holandeses o ingleses, que han hecho recopilatorios o reediciones de discos españoles olvidados que los han situado en la actualidad.

¿Qué razones hay para que algunos de los discos que reeditáis ahora, sí tienen éxito en la actualidad, pero en su época no lo tuvieron?

Creo que, en general, es por la falta de exposición. A lo mejor podía salir un disco de cumbia buenísimo en Perú, pero que tuviera un éxito mundial era muy complicado, entre otras cosas porque Perú no era uno de los más claros referentes a nivel mundial y el poder cultural anglosajón monopolizaba casi toda la música que ha trascendido hasta hace poco. Ahora, cuando ese modelo ha entrado en crisis y la gente quiere cosas nuevas, es cuando han puesto su mirada en otros lugares. Internet, las facilidades que trae y el acceso a información hace que todo esto se potencie. La gente está más expuesta a músicas de muy distintos tipos de muchas formas distintas. A través de series de TV como Narcos, por ejemplo, que usa canciones muy oscuras colombianas que hemos reeditado nosotros. Creo que todo esto es muy bueno y hace que la gente descubra mucha música que antes era imposible.