Entre las muestras de artistas cubanos que desde este jueves pueden verse en La Cabaña, una de las sedes de las exposiciones colaterales de la Oncena Bienal, figura Gangsters en La Habana, de Reynerio Tamayo, quien ofreció algunas claves de esta propuesta en breve diálogo con Arte por Excelencias.
«En La Cabaña tengo es una serie que vengo realizando desde hace poco más de tres años. Se trata de representar a todos esos personajes del hampa, que eran auténticos delincuentes, pero también seres míticos, famosos dentro de ese mundo», explica.
Tamayo sigue una línea que –en otros contextos– se acerca a los gangsters como «protagonistas de la cultura popular», pues estos personajes «han sido llevados al cine, a mucha literatura negra, películas, seriales de televisión…». Sin embargo, apunta, «muy poca gente en Cuba ha recurrido a ellos».
Comoquiera que los mafiosos representaban valores totalmente opuestos a aquellos que promovió desde 1959 la Revolución cubana, «ha habido como una especie de tabú» con este tema, señala Reynerio, aunque en los últimos tiempos –y a una escala pequeña–se ha colado poco a poco en las propuestas de algunos creadores.
La serie que Tamayo ha instalado en el Pabellón D-17 de La Cabaña «es una ficción», advierte, y no hay en ella la intención de documentar ni la época ni la vida de sus referentes.
«Tomo a estos personajes y los incorporo a mi metabolismo, a mi cabeza, y todo lo que se me ocurre ha salido», dice, al tiempo que recomienda su propuesta como una opción «muy divertida», pensada «para que la gente se ría», a partir de ideas que «no son tan trascendentales».
Sobre el empleo del lenguaje del comic para acercarse al hampa, explica que esa manifestación ha sido una de las que con mayor recurrencia se ha apropiado de la apariencia y las peripecias asociadas con los gangsters.
«Mis inicios tienen mucho que ver con el humor. Vengo del cómic, de la caricatura, del humor gráfico. Luego pasas por la academia, aprendes muchas cosas», agrega, mientras recorre brevemente la serie para señalar, aquí y allá, piezas que recuerdan la estética de la historieta o el manga japonés, otra con referentes a la gráfica deportiva, y unas «más serias», donde Tamayo despliega sus habilidades en el dibujo.
Pero insiste en el enfoque lúdico que caracteriza a esta propuesta: «es una serie para divertirse, para pasárselo bien».