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La crítica de arte no ha muerto
01July
Artículos

La crítica de arte no ha muerto

En un contexto en el que las numerosas novedades tecnológicas reconfiguran todas las prácticas sociales, y con ellas las tendencias evolutivas del arte, es de esperar una metamorfosis igualmente asombrosa de las nociones mismas de la creación. Entonces, algo aparentemente común ocurrió en La central, librería del Museo Reina Sofía, donde tuvo lugar la presentación de Sin pudor (y penetrados), el más reciente libro de Andrés Isaac Santana, que incluye la más amplia selección de sus textos críticos y ensayos.

En esta entrega de 530 páginas el crítico no solo analiza algunas zonas poco empoderadas del arte contemporáneo en la Isla caribeña y en Latinoamérica; sino que además propone reflexión acerca de la eficacia de los conceptos de subjetividad, periferia, hegemonía o subalternidad, los cuales están estrechamente vinculados a la concepción y comercialización del arte en un mundo globalizado y en ámbitos sociales particularmente excluyentes. El intelectual matancero, actualmente radicado en Madrid, ha logrado hacerse sitio en el universo de voces críticas del arte cubano y latinoamericano en general, siendo una de las más respetadas y reconocidas. En esta última entrega, luego del éxito de la antología revisada de la crítica cubana en los 90, Nosotros, los más infieles: Narraciones críticas sobre el Arte Cubano 1993-2005 —CENDEAC, 2008—, el autor propone el desmontaje de los discursos supuestamente legitimados sobre la base de eufemismos sincronizados con estrategias de marketing, los cuales se traducen, casi siempre, en reservas y omisiones.

Los dos capítulos que lo componen constituyen publicaciones autónomas entre sí. El primero, donde se recogen artículos como La amenaza del desterrado. El arte latinoamericano pervierte las fuentes, contiene 18 textos que podrían considerarse apuntes y “escarceos” (como los nombra Andrés) sobre las propias retóricas culturales. En el segundo, en cambio, se podrán encontrar textos interpretativos sobre estilos y recursos expresivos concretos, tal como anuncian los tentadores títulos Arturo Montoto. El acecho del canon, Los Carpinteros. Superficies enfáticas o las disidencias del medio y Kcho. A la deriva, a Dios, las balsas. Según el prologuista, Fernando Castro Flórez, “La única empresa que ocupa la mente y la vida de Andrés Isaac Santana es la de confrontarse con el arte, haciendo algo tan simple y difícil como decir lo que piensa”. De modo que, si el lector buscara apreciaciones elementalmente personales sobre diversos hechos artísticos y acercamientos opináticos a otros tantos creadores, Sin pudor (y penetrados) es, entonces, el libro adecuado.