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Las coplas manriqueñas, en versión plástica de Geo Ripley, se exponen en el Castillo donde cayó mortalmente herido Jorge Manrique
20May
Artículos

Las coplas manriqueñas, en versión plástica de Geo Ripley, se exponen en el Castillo donde cayó mortalmente herido Jorge Manrique

Hace apenas un par de años el artista dominicano Geo Ripley emprendió la insólita, y puede que inédita tarea, de recrear plásticamente, una a una, las 42 Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique, el poeta que encabeza el canon lírico en lengua española y que marca el tránsito de nuestra poesía del medievo a la modernidad. Su abordaje fue a la par libre y respetuoso, exento de ese lastre de solemnidad y de liturgia que suele acompañar a casi toda aproximación al, acaso, más excelso poemario de nuestra cultura.

Las imágenes de Ripley se sumergen en cada copla y retornan a superficie con su quintaesencia gráfica, proponiendo variaciones sobre el tema del laberinto, que viene a representar el devenir de la existencia, la memoria, el destino, los entresijos del cerebro y los insondables paisajes del alma humana. Una lenta y pausada elaboración mental y emocional se combina con una ejecución que parece apuntar a un cierto automatismo, próximo al action painting o al surrealismo. Una simbólica que recuerda los pictogramas prehistóricos tanto como a la abstracción contemporánea no excluye irrupciones figurativas: calvarios, cruxificciones, cruces espadas santiaguistas, rostros humanos o animales, la propia Muerte.

Todo este ingente trabajo de recreación plástica de un libro inmenso en su dimensión y proyección, aunque breve en extensión, Ripley lo ejecutó en unas semanas y, acompañando mi versión modernizada de las Coplas y un estudio del perdurable impacto de la obra manriqueña en Iberoamérica, se editó por Universo Oculto en 2023. Un libro que propone unas Coplas para el siglo XXI, sin el lastre arcaizante de las ediciones al uso pero conservando el esprit y actualizando la letra, siempre que la métrica y la musicalidad de la copla, ese recio son que destacó Blas de Otero, lo permitiesen. 

 

Geo Ripley y su obra

 

Salvo la cubierta, no había color en las ilustraciones originales de Geo, realizadas con la técnica de plumilla a tinta china. En una reelaboración ulterior, el artista ha incorporado un toque de color a cada lámina digitalmente reprografiada, una “maestría”, incorporando su firma autógrafa. Estas son las láminas que, desde este mes de abril de 2025, están expuestas y se pueden visitar con carácter permanente (entre abril y noviembre de cada año) en la majestuosa Torre del Homenaje del Castillo de Garcimuñoz, habilitada como espacio y foro cultural, con una exhibición de armas del siglo XV, la sala de exposiciones dedicada a las Coplas (textos modernizados más las ilustraciones de Geo Ripley) y un salón de conferencias, presentaciones y recitales.

 

 Torre del Homenaje

 

 Torre del Homenaje

 

En abril de 1479, tras varios meses de capitanear el asedio a las fortalezas del marqués de Villena, posicionado a favor de la Infanta Juana en la guerra civil sucesoria, mientras que Manrique lideraba una compañía de la Hermandad al servicio de Isabel, en una escaramuza imprevista, tras horas de combate y refriegas, este fue herido de una lanzada en los riñones, en los alrededores del Castillo, en el lugar posteriormente conocido como la Cruz de don Jorge.

Conducido en un carro hasta el campamento isabelino, su cuartel general en la villa próxima de Santa María del Campo Rus, Jorge Manrique falleció pocos días después, siendo inhumado en la cripta del monasterio santiaguista de Uclés, a los piés de la tumba de su padre, el Maestre don Rodrigo, al que cantó en su obra final y, ciertamente, póstuma.

En los años 90 del siglo pasado, junto con el actor Cristian Casares y el estudioso manriqueño José Manuel Ortega, fundamos lo que se dio en llamar “El Triángulo manriqueño”, que evoca cada mes de abril las postrimerías del genial caballero poeta: herida, Castillo de Garcimuñoz; fallecimiento, Santa María del Campo Rus; tumba, monasterio-fortaleza de Uclés.

La instalación de las láminas de Geo Ripley en la recuperada Torre del Homenaje tiene pues un alto significado cultural, emocional, plástico y simbólico, y realza y actualiza el episodio más relevante dentro de la intensa historia del recinto, un castillo que preserva elementos de una alcazaba  musulmana, del alcázar que alzó el Infante  don Juan Manuel y de la reforma gótica impulsada por el marqués de Villena. 

 

Geo Ripley y su obra

 

No solo escenarios bélicos evoca esta bella fábrica, con una portada gótico isabelina espléndida. Sus recuperados cortejadores recuerdan que fue también castillo residencial, y todo aquel mundo de las cortes poéticas y las justas de invenciones al uso en palacios, salones y castillos del siglo XV, que tuvieron su eco literario y editorial en el Cancionero General de Hernando del Castillo, bestseller poético incuestionable del siglo XV, que compiló toda aquella ingente y magnífica producción. Las imágenes de Ripley conectan con la intervención de escultura contemporánea en el patio de armas, diseñada por Izaskun Chinchilla e inaugurada en 2016.

 

 cortejador

 

Las exposición de las Coplas ilustradas por uno de los más relevantes artistas caribeños, aparte su originalidad y valor intrínseco, se puede combinar con una propuesta de ocio artístico y cultural única, en que se accede al disfrute de patrimonio, gastronomía, arte militar, historia, literatura y plástica contemporánea. 

JORGE MANRIQUE EN LA POESÍA LATINOAMERICANA

Como complemento de este reportaje, puede ser de interés reproducir algunos párrafos de mi estudio introductorio a la edición de las Coplas ilustradas por Geo Ripley (Universo Oculto, Madrid, 2023).

América no se había descubierto todavía en abril de 1479 cuando Manrique muere tras una refriega bélica en las proximidades del castillo de Garcimuñoz, en Cuenca, baluarte del levantisco Marqués de Villena. Pero la imprenta muy pronto, en la década siguiente, empezó a difundir las obras de nuestro gran poeta. Este se asomó no mucho antes de su muerte a Cádiz, balcón del Atlántico y de América, con ocasión del perdón real que obtuvo en Jerez de la Frontera. Pero fue con la imprenta, que tempranamente viajó a las Américas, cómo viajó en sus versos al Nuevo Mundo.

Hoy, años 20 del siglo XXI, un escritor e investigador español (el que suscribe) tiene el placer y el honor de enmarcar la prodigiosa obra de ilustración que, copla a copla, ha realizado un gran artista plástico iberoamericano, el dominicano y universal Geo Ripley.

No vamos a escribir ahora sobre la magna traducción al inglés del poeta estadounidense Longfellow, y su irradiación tan importante en el mundo anglosajón, sino sobre el impacto (muy anterior y perdurable hasta hoy) en la América hispana, sobre el enorme influjo y la honda comprensión que Jorge Manrique ha tenido en la cultura, en la poesía y en el imaginario latinoamericanos, hasta el punto de que podríamos decir que, de algún modo, don Jorge sin duda cruzó el Atlántico (en palabra y espíritu a través de aquellos incunables pioneros) en alguna de las carabelas de los viajes colombinos. No es pues de extrañar que un artista contemporáneo, radicalmente vanguardista pero integrador de las más hondas raíces taínas y afroamericanas a su rico y complejo sustrato cultural, como Geo Ripley, se haya dedicado con pasión y hasta arrebato a una minuciosa y exhaustiva ilustración de la obra maestra manriqueña, las Coplas, pues que lo hispánico es troncal en la magna síntesis iberoamericana y su país, República Dominicana, la puerta primera, de entrada y fundacional de las Américas. El gran estudioso y divulgador manriqueño José Manuel Ortega, en su libro Jorge Manrique a través del tiempo (Toledo, 2007) escribe que las Coplas se incorporaron bien pronto a las “tradiciones literarias (de los países hispanoamericanos) y hoy son consideradas parte de sus patrimonios culturales tanto como españolas”. 

El poeta Gastón Baquero escribió que se puede estar vivo “desde la paradoja de una elegía; cantar se puede a la muerte de tal modo que quede de cantar vida para siempre”. Y añade que “la influencia dominante sobre los poetas hispanoamericanos de todo tiempo fue con mucho la de Manrique”, con varios ejemplos de fervor manriqueño: el mexicano Joaquín Pesado y su versión “manriqueada” del rey poeta nahua Netzahualcoyotl (a la manera del español Juan Valera y Abul Beka), el peruano Juan del Valle Cabiedes, el uruguayo Francisco Acuña de Figueroa, Juan Carlos Sabat (cantor de la muerte de su padre, homónimo del Maestre, “que hasta superó/la virtud del visigodo/de su nombre”) o el limeño padre Chuecas. Concluye el gran poeta cubano-madrileño que “viene de muy lejos el gusto hispanoamericano por las Coplas” y remite a Juan Alfonso Carrizo (Antecedentes hispanomedievales de la poesía tradicional argentina) para acreditar “el gran señorío que el caballero ejerció y ejerce al otro lado del mar”.

Entre los grandes contemporáneos de Iberoamérica: Amado Nervo y su soneto a doña Guiomar, la esposa de don Jorge; Pablo Neruda y su “Oda a Jorge Manrique”, en que el caballero con armadura de plata verde y ojos de agua marina proclama llegada la hora de la vida; el colombiano Eduardo Carranza, a cuyo parecer “ningún tiempo pasado fue mejor”; Mario Benedetti y su arroyo que “no vuelve”; el argentino León Benarós que asegura a Manrique que su voz ”durará/como la sal, como el agua,/como el hierro”; o el inmenso Borges que constata: “la más escuchada voz que verso español habló de la muerte, es la de Manrique”. Y el gran Gabo, el colombiano universal Gabriel García Márquez, quien recuerda noches literarias de ron y mambo, en que Joyce y Quevedo se mezclaban con boleros y vallenatos, pero dentro de un consenso claro: “Por distintos senderos llegamos al acuerdo de que la cumbre de la poesía universal son las Coplas de don Jorge Manrique a la muerte de su padre”.

La inmediata incorporación del poema a la Imprenta y el Descubrimiento del Nuevo Mundo propiciaron un salto inmediato allende la mar oceana, una impregnación magnífica de la que hemos hecho el apretado recuento anterior.

Este libro, en que fraternal y artísticamente colaboramos un literato español, actualizando las Coplas en la estela marcada por un decisivo manriquista y un artista contemporáneo caribeño de la talla de Geo Ripley, marca un eslabón más de esa secuencia, que no cadena, que une, libera y universaliza a nuestras culturas, a uno y otro lado del océano.

Geo Ripley es eterna vanguardia, experimentación permanente. Estas valoraciones que, así formuladas, parecen oximorónicas, pueden ayudar a comprender su sintonía con un poeta que cantó la muerte y su anverso, la fugaz belleza, el destello y fulgor de la vida, en unas coplas que siguen hablando claras y directas como estiletes emocionales al corazón y a la mente de sus lectores y lectoras cinco siglos y medio después de compuestas. 

 

Geo Ripley

 

Geo es poliédrico. Igual monta una performance rompedora que recupera la halconería medieval para su isla o apoya con fervor máximo el reconocimiento patrimonial mundial del sancocho. 

Su estética, esa convergencia de modernidad y raíces simbólicas ucrónicas, ha sabido incorporar la letra, el espíritu y el ritmo de las Coplas. Ese machacón, recio son de la copla quebrada es, en la visión de Ripley, laberinto recurrente, que puede ser interpretado a veces como cerebro, otras como enredado periplo vital o, incluso, como ojo de la divinidad. A su pintura, que (continuando a su manera la labor sincrética de un Wifredo Lam) fusiona las vanguardias de Occidente con la estética de raíces africanas trasplantadas al Caribe, ha incorporado ahora unas dosis de estética tardomedieval y protorrenacentista, haciendo que podamos sentir la perenne actualidad de la obra maestra manriqueña mas también su anclaje en esa esquina fundamental de la historia, en que el medievo se embarcó al fin en el puerto de los descubrimientos y de la modernidad.”

Todo esto está al alcance y disfrute de las personas lectoras del libro citado y glosado y, desde ahora, de las que visiten el Castillo de Garcimuñoz.

 

 Torre del Homenaje

 

(-Jorge Manrique y George Ripley, Coplas por la muerte de su padre: 42 ilustraciones para 42 Coplas, estudio y versión de Antonio Lázaro, Madrid, Universo Oculto, 2023.

-Exposición de las ilustraciones de las Coplas manriqueñas a cargo de Geo Ripley, con una maestría de color: Torre del Homenaje, Castillo de Garcimuñoz, Castilla-La Mancha, España.)

 

ANTONIO LÁZARO

 

ANTONIO LÁZARO es filólogo, investigador, periodista cultural y novelista. Se doctoró en Estudios Literarios con la identificación autoral y edición de una biografía poética inédita, un romance de más de 4.000 versos, acerca de la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, compuesta por el poeta y dramaturgo barroco Antonio Enríquez Gómez. Ha publicado novelas entre la historia y el misterio como Club Lovecraft (MR, Planeta, 2007) o Los años dorados (Penguinrandom, 2017). Es autor de las guías De hoz a hoz y La gran Ruta Interautonómica de Jorge Manrique (2024). Colabora en medios impresos, digitales y audiovisuales.  Es colaborador de Arte por Excelencias