¿Listos para la última fiesta del año?

Aun los que no son dados de las grandes fiestas pueden sustraerse totalmente del ambiente que acompaña los últimos días de diciembre. Hay quienes dedican muchas horas y esfuerzos a preparar la celebración mientras otros lo dejan a lo que surja. De cualquier manera, son muchas y diversas las tradiciones y rituales que desde diferentes latitudes acompañan el cierre de un ciclo y la bienvenida de otro.

Según se dice, la primera celebración de fin de año se originó en Mesopotamia en el año 2.000 a.C, por el comienzo de las nuevas cosechas y ocurría entre los meses de marzo y abril. Posteriormente, el último día del año se comenzó a llamar la noche de San Silvestre, por el sacerdote romano fallecido el 31 de diciembre del año 335 y que es reverenciado por las iglesias católica, ortodoxa, armenia, luterana y anglicana.

Según la leyenda, la noche de San Silvestre había reunión de brujas y la gente acudía al bullicio y el ruido para alejarlas. Era común sonar cacerolas, usar tijeras como cruces, así como colocar papeles bajo la almohada con un “bueno”, “malo” y “regular” o lanzar zapatos al aire para predecir la suerte del año entrante.

Más cerca en el tiempo, se mantienen los rituales y creencias populares para favorecer la prosperidad en el año que comienza.

Algunos de las relacionadas con el ámbito culinario son: comer 12 uvas mientras suenan las campanadas, degustar un plato de lentejas, confeccionar dulces navideños, decorar la mesa de forma especial y brindar con bebidas cargadas de burbujas son algunas de las que más se repiten.

También se conoce de otras que tienen que ver con el atuendo como usar ropa interior al revés o preferirla de color rojo, amarillo o verde, para llamar al amor, la buena suerte o la salud. Para atraer el dinero se usa sostener un billete en la mano o doblarlo cual pirámide, colocar monedas en los zapatos o enterrarlas y dejar un espacio en la billetera para ramitas de Santa Lucía.

Algunos prefieren barrer o lanzar agua hacia afuera, caminar con una maleta de viaje, mantener una ventana abierta, deshacerse de las cosas viejas o quemar un muñeco para alejar todo lo malo y atraer las cosas buenas.

Los propósitos y deseos para el nuevo período algunos los enumeran en listas que en ciertos lugares queman después, otros prefieren las celebraciones en familia con besos a las 12 de la noche, saltos sobre los muebles o fuegos artificiales y globos al aire.

Lo cierto es que siempre es recomendable poner las mejores energías y disposición en el ciclo que comienza en el que le deseamos a nuestros lectores que siempre tengan un proyecto a realizar en el que los acompañe la salud, el dinero, el amor… ¡y mucho arte de excelencia!