Un último día en El Cairo

Después de una semana cruzando el río Nilo, Arte por Excelencias llega a la última parada del viaje organizado por Dunas Travel. El Cairo se deja ver en el paisaje Egipcio. La capital del país vigila a sus vecinas, las Pirámides de Giza, mientras que en su interior la caótica vida deja espacio también a la cultura y el ocio. Pasamos el último día del viaje de la mejor manera, explorando todo lo que la ciudad deja ver y perdiéndonos en los rincones más imprescindibles de nuestro viaje a Egipto.

No podemos marchar de este lugar sin ir a una de las siete maravillas del mundo antiguo. La gran pirámide de Keops se encuentra en Giza, junto con las de Kefrén y Micerinos. En la segunda se puede visitar la cámara funeraria del faraón. Cerca de ellas se encuentra la Esfinge de Gizeh, representante de la fuerza y poder del gobernante egipcio. Cuanto antes se llegue a ellas en la mañana, más fácil será su disfrute sin la aglomeración de personas y  el calor que nace a lo largo del día.

Sin embargo, El Cairo no sólo lo constituyen las famosas pirámides, sino que tiene mucho por explorar. Dentro de la ciudad se encontrará en un futuro próximo el aún por inaugurar Gran Museo Egipcio, perfecto para seguir bebiendo de esta cultura milenaria. De hecho, en el interior habrá una barca solar que perteneció a Keops y que antes se encontraba en un museo junto a su pirámide, aunque su joya imprescindible frente a la que se podrá parar es el tesoro de Tutankamón. El museo albergará unas 5.000 piezas aproximadamente.

Además de estos pedazos de Historia, El Cairo ofrece mucho más por sus calles. Uno de los lugares más visitados de la capital es Khan El Khalili, también llamado Jan El Jalili. Es el mercado más famoso de Oriente Medio y tiene todo tipo de tiendas en las que se venden desde los típicos souvenirs a especias, lámparas, instrumentos musicales y artesanías. Los cafés que rodean esta zona son un lugar perfecto para descansar de las compras y tomar un Ibisco tradicional.

Las calles nos llevan a otro de los lugares más concurridos por los turistas: el barrio Copto, la zona de la capital en la que los cristianos se asentaron. Es el lugar al que se dice que María y José huyeron con Jesús debido a la persecución del rey Herodes. En él destaca la Iglesia Colgante. Fue bautizada así por los habitantes al haber sido construida sobre una puerta de la Fortaleza de Babilonia, otro lugar que merece la pena ver. A pesar de que su nombre popular sea el de Iglesia Colgante, su nombre es el de Santa María Virgen. Además de estas, otros lugares destacados del barrio son el Museo Copto o la Iglesia de los Santos Sergio y Baco, dónde se cree que la Sagrada Familia encontró refugio en la huida, o la Sinagoga de Bez Ezra, dónde se cree que se encontró la cesta de Moisés. El barrio es, sin duda, un encuentro entre las culturas judía y cristiana. 

Por otro lado, hablando de  la cultura musulmana, El Cairo posee dos mezquitas muy antiguas e importantes: la Mezquita de Al-Azhar y la de Ibn Tulun. La primera, terminada en el año 972, funciona como universidad y centro de estudios y conocimiento del Islam. La segunda es la más antigua de El Cairo, data de entre el año 876 y 879. Destaca por su sobria arquitectura y por su estado de conservación, además de las vistas que hay en lo alto de su minarete.

Pero si queremos hablar de vistas, debemos mencionar a la Ciudadela de Saladino. Está situada en la colina de Mokattam. Es uno de los lugares que mejor imagen ofrece de El Cairo desde las alturas, y en ella también hay una Mezquita muy recomendada: la de Muhammad Alí, también llamada de Alabastro. Sigue el modelo de la de Santa Sofía de Estambul y está llena de piedras y mosaicos hipnotizantes. En El Cairo hay unas 5.000 mezquitas registradas, y el gobierno está trabajando en registrar las que faltan.

Un atardecer es la guinda del pastel de cualquier plan. Si es en una ciudad tan rica en cultura, mejor. Nos despedimos de Egipto en la Ciudadela. O en la Puerta Bab Zuwayla, o en la Torre de El Cairo. Cualquiera de estas localizaciones merece una chincheta en nuestro mapa. Guardamos la panorámica en nuestra cabeza, o la fotografiamos para el recuerdo. Marchamos de Egipto, pero sólo en materia física porque llevamos gratos recuerdos y nuevos amigos en nuestro corazón.

Con información de Teresa Rodríguez Jaén