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De Frank Fernández, un concierto, emociones y reflexiones
25September

De Frank Fernández, un concierto, emociones y reflexiones

Por: Sussette Peralta Cassorla (Especial para Arte por Excelencias)

En la noche del sábado 23 de septiembre el escenario de la Sala Teatro del Mueso Nacional de Bellas artes fue estremecido por un huracán de virtuosismo, magistralidad y fuerza mística. El maestro Frank Fernández deleitó al púbico asistente con un sui -generis repertorio pianístico, dotado de un inspirador toque de paz, amor, esperanza, tradición e identidad. Nada mejor para darle al pueblo habanero el aliento que necesita para la recuperación de la ciudad tras los desastres causados recientemente por el fenómeno natural Irma.

Fue una noche de gratas emociones. Comenzó con el Ave María de Franz Schubert, versionado en un “Solo de Piano” por las cubanísimas manos de Frank Fernández.

Tres valses de Chopin ( “Vals del adiós”, “Vals del amor” y el popular “Vals del minuto”) le dieron continuidad al programa, pues como dijera el propio Frank : “…es difícil hacer un recital de piano, sin que esté presente el hombre que fue realmente alfa y omega de este instrumento.”

De la pianística cubana, “Córdoba”, “La Comparsa” y “Malagueña” de Ernesto Lecuona, fueron las piezas escogidas por el maestro, por considerar las danzas como lo más extraordinario de la obra pianística del prolifero compositor.

Para adentrar a los presentes en su obra, escogió dos temas de amor, que a pesar de su sencillez, el público los agradece siempre, el tema del amor de “La Gran Rebelión” suite compuesta para el cine y el tema de amor de “Tierra Brava”, compuesta para la telenovela cubana de igual nombre.

El colofón de la cita, fue concebido por Frank Fernández con su suite para dos pianos, integrada por cinco piezas magistrales, donde fue prácticamente imposible diferenciar los sonidos grabados de los que fueron ejecutados en vivo. (“Bolero”, “Vals Joropo”, “Conga de Mediodía”, “Habanera de Cuba” y “Zapateo por derecho”) Sobre estas, reveló al público y a Excelencias en exclusiva varios detalles curiosos. Según el maestro, hasta donde se sabe, es la única obra que se ha escrito para dos pianos tocando el mismo pianista. La última de las danzas, “Zapateo por derecho” tiene más de cuarenta años y fue la primera que compuso. Sobre la “Conga de Mediodía” comentó que es un homenaje a Lecuona, pues en su Suite Afrocubana figura una pieza titulada “Conga de medianoche”. Al respecto de esta singular pieza, que extrapoló al público asistente hasta la localidad de los Hoyos de Santiago de Cuba, refirió que el proceso de creación incluyó la escucha detenida  de la Conga Santiaguera en un lugar cerrado, donde se apoderó meticulosamente de los sonidos y células rítmicas producidos en la telúrica polirritmia , como el mismo suele llamar. Cuenta que tras es el proceso investigativo de los sonidos producidos por la Conga de los Hoyos, la Conga lo escoltó por varias calles de aquella región. Fernández contó además que cuando visita Santiago de Cuba, le dicen que esa es su Conga, y que en aquella región del país a este fenómeno le llaman el piano.

Tras la potente descarga de energía, improvisación y virtuosismo, el público abrazó al maestro con intensos y cálidos aplausos que parecían interminables, a lo que Frank Fernández, con la bondad y carisma que lo caracteriza respondió obsequiando una pieza más, un tema del Ballet El amor brujo, de Manuel de Falla. Ante tal respuesta, los aplausos se tornaron aún más fuertes y extensos, acompañados de vítores de amor y gratitud, los cuales fueron correspondidos con “Damisela Encantadora” de Ernesto Lecuona. Para impresión del maestro, las voces del público se unieron para acompañarlo, pues como dijera el propio Frank minutos antes: “el arte no es para entenderlo, sino para disfrutarlo”.

Fue notable la presencia en el público de niños y jóvenes, algunos estudiantes de las Escuelas de Educación Artística de la Habana, por lo que en exclusiva para Excelencias, Frank Fernández comentó: “Una de las cosas que más me llena de orgullo, es que a pesar de pertenecer al grupo de músicos de la llamada música culta o de concierto, que también tiene el estigma de ser catalogada para personas mayores, siempre y de a poquito, yo logré atraer a un público joven. La presencia de niños y jóvenes en el público, es una de las satisfacciones más grandes de mi vida. Lo cual no quiere decir que yo sea separatista o que me interesen solamente los jóvenes, me interesan los jóvenes con talento, no por jóvenes, sino por talentosos. Pero lograr que a conciertos donde toco Schubert, Chopin, Beethoven o Rachmaninov, venga una cantidad notable de gente joven, es una suerte, una dicha, un premio de la vida a mi dedicación. Yo soy el concertista que más tiempo ha empleado en ir a las provincias para enseñar. Durante veinte años tuve la enseñanza como faro de guía. Desgraciadamente cuando salió el compositor, además del intérprete, por falta de tiempo tuve que priorizar un poco este aspecto; y también no voy a engañarte, por la ingratitud de los hombres, de la que Martí hablaba. A pesar de eso y teniéndolo en cuenta, dediqué veinte años de mi vida a la enseñanza y por falta de tiempo le dediqué estos últimos 20 años un poco más al compositor y al intérprete. Pero vivo orgulloso de todos mis alumnos y vivo orgulloso de que he contribuido; a veces me llaman el padre de la pianística cubana, y siempre aclaro, el padre es Ignacio Cervantes. Pero sí es cierto que cuando aquí se dudaba de si los jóvenes desde Cuba, sin salir a Europa o a Estados Unidos podían ser laureados internacionales, ese empeño fue intencional, dediqué muchos años de mi vida a esto, hasta que pude lograr, desde Cuba, veintisiete premios internacionales de alumnos jóvenes y yo creo que ahí está, en esa entrega, en ese darse, en ese creer en nosotros, en ese creer en la nacionalidad cubana, en el talento musical desbordante de los cubanos con éxitos internacionales. Fíjate que en Moscú y en los países que me llaman el creador de la Escuela Cubana de Piano Contemporáneo y se basan en ese hecho; y yo pienso que igual que en el extranjero, esos resultados se valoran en Cuba, sin necesidad de hacer estudios de postgrados en el extranjero, desde adentro también, la familia, los jóvenes dicen, “este tipo se la jugó por nosotros y se la juega. Creo que ahí está esa presencia que estuvo hoy en el público, que es tan linda y que agradezco tanto”.

En sus veinte años Excelencias ha premiado por su labor e impronta a relevantes figuras de la cultura cubana. Por su virtuosismo y obra de toda la vida, Frank Fernández fue galardonado también con esta distinción, de la cual refirió: “Yo creo que tener una distinción de laureado del Grupo Excelencias es algo que si bien cuando me dijeron que yo estaba seleccionado me pareció un poco grande, un honor mayor al que yo merecía, no por ello me dejó de dar gran felicidad, porque aunque uno no trabaja para premios, lauros o grandes concursos, porque los que trabajan para eso casi nunca reciben nada.(…) Entonces uno trabaja para su arte, para su música, para su oficio y su gente y aunque no piense que voy a hacer para que me den aquello, esos reconocimientos, los guardo con mucho gozo, con mucha alegría. Agradezco a Excelencias además, que una de las crónicas más importantes que se ha escrito sobre mi trabajo, en toda la prensa cubana, fue realizada y publicada en la Revista Arte por Excelencias por Alexis Triana.”

Vea: FRANK FERNÁNDEZ:EL PIANO como el HOMBRE

Arte por Excelencias, fue testigo también de la sensibilidad y el humanismo de Frank Fernández y de su compromiso de ardua labor como defensor de los más altos valores de la música cubana. Al respecto comentó: “Hay un acto de auto exigencia que todos los artistas tienen, que no se resignan a perecer en esa curva absolutamente humana y coherente de su vida, hasta determinado nivel y luego mantenerse en una plataforma, pero decaer, eso es horroroso, y aunque ya yo me siento tranquilo de que en la obra de la vida, he hecho cosas suficientemente lindas como para estar tranquilo, no lo estoy. Cada vez que nace un ser humano, quisiera reclutarlo para la maravilla de lo que significa ese repertorio grandioso de la buena música de todos los tiempos, y en momentos como este, donde tenemos una banalización de la cultura tan brutal, producto de esa globalización deshumanizada, que lo que resulta es un hecho comercial, no es otra cosa (…) y eso no es solo contra Cuba, es un hecho mundial, es como las guerras, fabrican las guerras para vender armas, es junto al narcotráfico una de las industrias más poderosas y aún más. En eso yo soy enemigo y trato de esforzarme para poder decirle a la gente, ¡Aquí está! Aquí está un tesoro, una posibilidad de ser mejores, aquí está una posibilidad de que el ser humano no piense nada más que en el dinero, en esa sociedad de consumo tan devastadora, de la que todos hemos sido presa de alguna manera. Pienso que alguien tiene que formar parte de esa guerrilla que defienda los valores más humanistas. La gente dice, “este tipo de música banal va a pasar”, pero yo pienso, va a pasar, si, pero cuando pase vamos a tener tres generaciones embrutecidas. Alguien tiene que defender eso. Yo no tengo que defender a Beethoven o Schubert, a ellos los defiende la historia. Por algo Sindo Garay se sigue cantando y Beethoven se sigue tocando. Pero sí me entristece que en un país de tantos valores musicales y de tantos valores éticos forjados por Fidel y la Revolución Cubana, haya hoy una superficialidad tan grande en las expresiones musicales. Yo te diría que la mayor decadencia en la cultura cubana está a través de esas expresiones musicales que son además las que más se venden, las que más interesan al público y las que más promueven los negociantes, no por maldad, sino por estar sometidos a que el que más dinero tiene es el que más vale. Pero bueno, todavía existe un Museo Nacional de la música y muchas instituciones defensoras, yo no soy el único, pero hay que seguir.”

Sobre sus planes futuros comentó que además de formar parte de su habitual Empresa de Música de Concierto, se unió recientemente al catálogo de Musicalia, empresa de representación artística perteneciente a Artex, pues están preparando sorpresas interesantes.

Frank Fernández es compositor, concertista, orquestador, productor musical y promotor cultural. En su haber posee los más disímiles premios y reconocimientos, entre ellos, “Doctor Honoris Causa en Arte”, “Maestro de Juventudes”, Diploma de Honor “Maestro de la Educación Artística”, “Artista de Mérito de la UNEAC”. Pero sin dudas posee grandes tesoros, el amor del público y un noble corazón.