Barcelona es una ciudad ambiciosa. Situada en el este de la península ibérica, es capital del modernismo por la gran cantidad y calidad de obras creadas por una pléyade de reconocidos arquitectos encabezados por Antoní Gaudí. También es reconocida como una urbe global, por su importancia cultural, financiera, comercial y turística. La Exposición Universal de 1888, la Exposición Internacional de 1929, los Juegos Olímpicos de 1992 y el Fórum Universal de las Culturas 2004 contribuyeron a darle, además, su proyección internacional.
En este reconocido contexto lleno de tradición, cultura y desarrollo, Barcelona apuesta también por afianzarse como una plaza importante para el arte contemporáneo. De ahí Swab Barcelona, que tuvo recientemente su octava edición, en el Pabellón Italiano de la Feria Barcelona.
Swab fue fundada por el coleccionista de arte Joaquín Diez-Gascón, su director. Nació en 2006 con la idea de aportar una singular visión desde el punto de vista del visitante y receptor final de la obra. Es un evento que propone romper con la imagen hermética y elitista que a menudo rodea al mundo del arte contemporáneo, haciéndolo más accesible para el público general.
La pretensión de Swab va más allá, pues quiere, además, fomentar el coleccionismo. Lo intenta atrayendo a artistas jóvenes con una obra asequible. De igual modo ha creado oportunidades para que galerías emergentes o poco conocidas, artistas y curadores que comienzan su carrera puedan acceder al mercado del arte. Por ello ha concebido un programa como MYFAF, que convida a galerías con menos de dos años de existencia que no hayan participado en ninguna feria internacional para que presenten a artistas nacidos después de 1970.
Este año, con la participación de sesenta y cinco galerías de veintidós países y más de cien artistas emergentes, Swab Barcelona se dividió en varios programas, entre ellos el general, espacio donde habitaron galerías de España, Argentina, Alemania, Cuba, Hungría, Australia, China y otros países.
En esta sección, la galería Servando del grupo Génesis (Cuba) asistió con la obra de tres jóvenes artistas que hoy tienen una carrera ascendente. David Velázquez, con telas en acrílicos ocres y fotografías en blanco y negro impresas en lienzo de gran tamaño, en una obra autorreferencial donde se muestra al individuo como meta y gestión de lo que preocupa y perturba a todos en la sociedad cubana contemporánea. Su propuesta obliga a la vez al sujeto, frágil y con cierta dosis de ingenuidad, a indagar en el criterio de lo identitario como posibilidad y destino.
Por su parte Adonis Ferro presentó dos series de piezas en acrílico, inversas en tamaños, con una visión actualizada y permeada de una atmósfera en la que sucesivos estadios de la abstracción conforman inquietantes paisajes minimalistas, que apuntan aún a su etapa neoexpresionista.
Finalmente Jorge Otero con cuatro magníficas fotografías a color tejidas a mano, en las cuales el individuo que la habita se refuerza por el tejido de su propia corporeidad al estilo del sistema utilizado para los cubanísimos sombreros de yarey, en lo que podría considerarse una redimensión de la identidad desde la certidumbre del self made man.
Otro programa como Solo Swab presentó proyectos individuales de artistas latinoamericanos. Este año fueron siete, representados por otras siete galerías. Swab Drawing Applications, por su parte, mostró proyectos artísticos individuales que evidencian la transformación en materia artística de los usos atribuidos de forma tradicional al dibujo.
Swab Seed, por primera vez en la feria, aprovechó la presencia de nuevos espacios independientes en la escena artística internacional, ubicados en Europa, para crear un espacio físico colectivo que les dé visibilidad. Mientras, Swab Performance atendió a la presencia de este formato en las prácticas artísticas contemporáneas.
Completaron el panorama Swab Gate, Zhongguó: la nueva fotografía de China y la zona de MYFAF. En todo momento se hizo evidente que la identidad es la piedra de toque en este evento. Lo contemporáneo sigue cuestionando, desde las trincheras del arte más emergente, la verdadera imagen y sus fronteras en el autorreconocimiento y la aceptación, y en el reconocimiento del otro como entidad válida y fiable. Swab Barcelona quiere ser una feria donde descubrir, no donde ver de nuevo las obras presentadas en otras ferias de arte.
