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MUSEO DE LA MUERTE
03November

MUSEO DE LA MUERTE

AGUASCALIENTES: El 2 de noviembre, Día de Muertos, crece el número de visitantes al Museo Nacional de la Muerte.

Cerca de la tercera parte de los 70 mil visitantes anuales que recibe esa institución son de otros países, la mayoría de Estados Unidos.

Esta institución explora el interés de los mexicanos en la muerte. En sus galerías, los cráneos humanos con incrustaciones de turquesas hacen muecas a los visitantes. Pequeños esqueletos se reúnen alrededor de mesas miniaturas para brindar a la salud de su propio fallecimiento. La nefasta guadaña de la muerte brilla al otro lado del cuarto en un aparador repleto de crucifijos sangrientos.

El museo nació hace dos años porque un coleccionista de arte mexicano tenía numerosos esqueletos guardados en su clóset: docenas de pequeñas calaveritas, dioramas de esqueletos, además de cientos de trabajos artísticos relacionados con la muerte que fue acumulando durante 50 años.

El dueño, Octavio Bajonero Gil, estaba buscando un museo que quisiera recibir su colección, mientras que la Universidad Autónoma de Aguascalientes quería fundar un museo de arte. Esta fusión de necesidades dio vida a este original espacio enclavado en la capital de Aguascalientes.

La fascinación por la muerte tiene sus raíces en las religiones prehispánicas. Los mayas, aztecas y otras culturas consideraban la muerte un importante paso entre la vida y la reencarnación. Las almas de sus ancestros eran constantes e invisibles compañías.

En una galería las esculturas precolombinas muestran a la gente retozando con esqueletos que representan las almas de los muertos. Otras exhiben los sacrificios humanos ofrecidos al dios Xolotl, el guía de las almas hacia el inframundo azteca. También se muestran las esculturas de los perros mexicanos carentes de pelo, conocidos como xoloitzcuintles. Las civilizaciones de la costa del Pacífico mexicano enterraban estos perros para que guiaran a las almas en su camino a la otra vida.

Otras galerías incluyen imágenes católicas relacionadas con la muerte, como crucifijos y una rara estatua de la Virgen de la Buena Muerte, reverenciada en algunas iglesias españolas pero poco conocida en México. La colección también incluye figuras de la Santa Muerte, cuyo culto se ha ido extendiendo en santuarios y capillas ubicados generalmente en las colonias pobres del país.

En la noche que inicia el primero de noviembre y culmina al día siguiente, familias completas se convierten en vigilantes nocturnos de las tumbas de sus parientes. Algunos pueblos tienen ceremonias completas que incluyen baile, música y un colorido despliegue de flores.

El museo también incluye la descripción de la muerte en otros países, desde las decoraciones del norteamericano Halloween hasta pequeñas réplicas de los soldados de terracota hallados en China.

El arte del siglo XX es alojado en un moderno anexo con ventanas de un color rojo sangre. La exposición incluye carteles de películas de terror, cartones de la Catrina y caricaturas de la muerte que se han publicado en los periódicos el 2 de noviembre, así como las calaveras, y tradicionales poemas satíricos cargados de ingenio.

En una ilustración fechada en 1964, los esqueletos representan a los candidatos a la presidencia de los EE.UU., Lyndon Johnson y Barry Goldwater, quienes son mostrados lanzando bombas sobre el Congo, Cuba y Vietnam.

El museo también recibe exposiciones especiales, así como seminarios, artesanías y obras de teatro con títulos como “El Fandango de la Muerte” y “Maldigo tu Muerte Sobre mí”.