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Evocación poética (Metáforas del hombre contemporáneo)
26April

Evocación poética (Metáforas del hombre contemporáneo)

Las principales problemáticas éticas, políticas y sociales identificadas recientemente en los foros internacionales aluden a la necesaria y compleja interdependencia creciente entre los grupos sociales del planeta y delatan la urgencia de la preservación de los sistemas de sustentación de la vida, la naturaleza y la sociedad.

Se impone utilizar conocimientos científicos en las especialidades del saber humano y su aplicación práctica en beneficio de la humanidad, en pro de su conservación, salud, educación, preparación científica, práctica y de bienestar general aprovechando la actitud ética entre los hombres de ciencia y de gobierno, a favor del desarrollo y la paz universal como única forma de garantía de la seguridad mundial por encima de credos, ideologías y culturas.

Bajo toda esa carga enorme de preceptos y necesidades imperiosas para la subsistencia humana, en pleno siglo XXI, los artistas contemporáneos asumen la responsabilidad social de la práctica artística en un contexto de dramáticos acontecimientos. Una evocación poética con sustrato conceptual a partir de estos temas se establece en la exposición Metáforas del hombre contemporáneo, de Rablaci (Rafael Blasco Ciscar, Valencia, 1987), estudiante de cuarto año de la Escuela de Arte de su ciudad natal, merecedor de uno de los accésit de pintura y escultura que otorga Bancaja por una serie de fotografías. Entre los más inmediatos proyectos de Rablaci está su participación en Cien x Cien Valencianos, evento promovido por la Generalitat de Valencia en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).

Curada por Rafael Sierra, periodista y crítico español, Metáforas…se presenta al público en el Centro de Arte Contemporáneo “Wifredo Lam” en un espacio alternativo del patio inaugurado para noveles talentos de la plástica cubana e internacional. Se prevé exhibirla a posteriori durante las Romerías de Mayo, en Holguín y luego en Chile.

Su propuesta constituye una tácita denuncia a los problemas sociales, políticos, económicos y ambientales a que se somete el ser humano hoy día. Diríase que conforma una auténtica declaración de principios desde un acto de enunciación de una estrategia simbólica. La visualidad de este imaginario emparienta al autor con los significantes de la obra de Wifredo Lam y Juan Francisco Elso por el aprovechamiento de los recursos técnicos para delatar signos de la identidad cultural en una defensa de la conservación del ecosistema y la propia supervivencia del hombre. A partir de la globalización de estos conceptos y apoyado en el land art y el arte conceptual el autor ofrece la realidad de muchos territorios del orbe.

¿Por qué esta percepción del autor sobre estos temas? Se trata de la propuesta de un joven artista, quien enfrentado con una mirada aguda a la realidad ejercitando criterios, ofrece una exploración de hondura sobre el particular. Trata de proteger la supervivencia del ser humano desde un imaginario que demuestra cómo la calidad estética le da al producto artístico la importancia necesaria para que la obra en toda su extensión trascienda en el tiempo y en el espacio, para que desempeñe el rol que tácita o explícitamente se propuso y la obra recree, eduque, subvierta y abra nuevos caminos de compresión a nuevas formas dentro del ideal del concepto arte a partir de la construcción de lo auténtico.

El fluir de las expresiones simbólicas de esta concepción, lograda mediante una realización sencilla y elegante, bordea los misterios inextricables del ser humano al incursionar en diversas disciplinas artísticas en las cuales combina fantasía y sabiduría para dar rienda suelta a su creatividad convocada por la riqueza de posibilidades que ofrece la postmodernidad.

La recepción de estas ideas las asume mediante diferentes soportes: esculturas conformadas a partir de árboles (naranjos) extraídos de la tierra y colocados a la inversa de como están sembrados, cuyos tallos son cercenados, y en el que se aprecian clavos hendidos en sus entrañas y cadenas de hierro en diferentes puntos que se apoderan de su robustez y gallardía, así como la devastación de pequeñas áreas en sus troncos; y excelentes fotografías a color de grandes dimensiones las cuales reproducen imágenes de los propios árboles. Ambas concepciones, arraigadas en la misma idea, le otorgan fuerza y vitalidad a la serie. Se trata de una ética de la conducta en un arte de amplia inserción social cuya estética se expande en una pluralidad expresiva al componer estructuras visuales poderosas a partir de la dimensión de un paisaje exuberante que crea una atmósfera telúrica en una poética de marcado signo esotérico.

Al enfrentarnos a estas obras la propia descolocación de lo común provoca el primer impacto y la diferencia de los soportes en el abordaje del planteamiento conmociona al espectador. Dos maneras diferentes de presentar el elemento discursivo, cada uno resuelto con audacia. La maestría estriba en la delicadeza de las soluciones técnicas asumidas en la hechura de una colección resuelta desde técnicas bien diferenciadas, cuyo hilo conductor atrae por la ingeniosidad de la propuesta.

Esta aparente contradicción hace que se aprecie una diferencia de estilo y de lenguaje representado mediante una simbología depurada que caracteriza su poder de seducción a la par que otorga fuerza al conjunto. La vitalidad que se desprende de estas imágenes y el sentido telúrico de esta propuesta ontológica provoca una interconexión mítica de gran impacto.

El antropocentrismo define su sello distintivo y la asunción de la práctica artística desde un punto de vista multifacético y pragmático constituye una reflexión sobre la existencia del hombre. Su atractivo particular reside en estrechar las motivaciones cognoscitivas con las estéticas propiciando una interacción con otras esferas de la vida espiritual y social.

En esta sucesión de imágenes aparecen escenas unipersonales o de conjunto reveladoras de composiciones de árboles que representan figuras humanas. Este hecho activa la capacidad cognitiva del autor ante la representación. Su peculiaridad radica en ofrecer un universo de valores estéticos en sintonía con su entorno mediante una proyección humanística que devela la existencia de la naturaleza asumida con un encanto particular que antepone la interiorización de los fenómenos de la naturaleza y su repercusión en los seres humanos. Pone de manifiesto los presupuestos socio-culturales que desborda su obra en tanto constituye fuente dinámica de un proceso creativo que invita a reflexionar sobre el devenir de la existencia ahondando en las interioridades filosóficas. Reafirma que su praxis artística constituye una aventura donde se articulan los componentes esenciales del pensamiento del hombre y cómo de sus creaciones emana una poderosa emotividad. En su vínculo expresivo con el ser humano insta a la reflexión existencial al situar su cuestionamiento filosófico y conceptual de gran alcance en el ámbito intelectual. Esta mitología contemporánea, metafórica y surrealista nace de una infinita reflexión y hace referencia a ese universo plural en el cual los intereses cognoscitivos conllevan a manifestaciones del universo popular con una intención antropológica en la cual su arte es un imperativo que expresa el ineludible vínculo del individuo con su medio natural.

Se constata, una vez más, que el apoyo de los países más desarrollados al progreso de los más rezagados, científica e industrialmente, constituye el indispensable aporte sustancial al equilibrio social para garantizar la paz mundial evitando toda fórmula de privilegio o preferencia en la distribución planetaria de los conocimientos científicos y estableciendo relaciones de colaboración en función del desarrollo colectivo para instaurar un equilibrio justo entre los derechos de la propiedad intelectual, el acceso universal al saber y los derechos de los propietarios tradicionales de fuentes, productos y saberes autóctonos.

Se impone la exigencia de la enseñanza y divulgación de los conocimientos científicos y su aplicación práctica mediante el uso de la adecuada tecnología a todos los grupos sociales del planeta así como la promoción de la investigación científica en función de las necesidades nacionales para la consecución de un desarrollo armonioso, inclusivo, participativo, colectivo, democrático, responsable, ético, eficiente y sostenible, bajo los principios de la justicia social y ajeno a toda manifestación de discriminación económica, étnica, de género, nacional, religiosa, política, ideológica o de cualquier otro carácter y el establecimiento de un sistema seguro y eficiente de control social sobre la ciencia y la tecnología junto a la utilización adecuada de su enorme poder en el marco de sus implicaciones de carácter ético, humano, cultural, social, político, ambiental y económico. Para salvar al planeta, no nos queda otra.