Marika, hija del muralista mexicano y de la pintora cubista de origen ruso Marevna Vorobieff, falleció sin haber sido reconocida por su padre.
La madre de Marika es considerada la primera mujer cubista y entre sus obras más destacadas figura el mural que pintó en 1962, Homenaje a mis amigos de París, en el que aparecen la misma Marika, Rivera, el pintor Chaim Soutine, Amadeo Modigliani y otros artistas con los que se relacionó en París.
En 1957, cuando Diego Rivera estaba a punto de morir, le pidió a Marika que viajara a México, pero ella rechazó la invitación. La razón es que en varias ocasiones Marika escribió cartas y envió fotografías a Rivera pero Rivera nunca le respondió.
“El pasado era el pasado. Aun en el remotísimo caso de que yo fuera su padre, ni ella ni Marevna me necesitaban”, escribió alguna vez el muralista.
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