Un curioso nombre daba David Alfaro Siqueiros a estas piezas que hoy se muestran en el Museo Carrillo Gil: “pinturas transportables”, pues las consideraba bocetos que en algún momento serían desarrollados en un mural.
Lo cierto es que estaba profundamente interesado en el paisaje y en sus potencialidades expresivas, y por ello dedicó a su desarrollo más de un centenar de pinturas y dibujos, de los cuales se exhiben 80. Itala Schmelz, Alberto Torres, América Juárez y Christopher Fulton fueron los encargados de la investigación y curaduría de esta exhibición, que revisita cuatro décadas de la producción visual del creador.
Siqueiros insistió en el estudio de emociones que puede trasmitir la naturaleza, explorando lo idílico y lo dramático, la creación y la destrucción, como es habitual en su arte. De tal modo, representó horizontes abiertos, cordilleras volcánicas, superficies telúricas, empleando para ellos técnicas experimentales y una arriesgada paleta de color. No hay ruptura con el leguaje de representación que caracteriza los murales, pues también en el paisaje Siqueiros desproporciona los volúmenes para exaltar la monumentalidad y “salir” –visualmente– de lo bidimensional.
Los curadores decidieron también incluir en la muestra fotografías que dan cuenta de esta faceta como paisajista, así como editar un catálogo –a la venta en el Museo– con doce ensayos que refuerzan las tesis que constituyen los núcleos curatoriales de la muestra. Entre los colaboradores se encuentran Irene Herner, Esther Acevedo, Manuel Marín, Jorge Reinoso y Laura González.
Museo de Arte Carrillo Gil
Av. Revolución 1608, Col. San Ángel, C.P. 01000, México D.F.
www.museodeartecarrillogil.com
Fuente: ARTEVEN.COM
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