La Habana.- Artistas de diferentes países compartirán proyectos en la Escuela de Artes San Alejandro de Cuba con profesores y estudiantes de esa academia durante su inauguración como sede colateral de la XII Bienal de La Habana.
Creadores de España, Chile, Colombia, México, Bahamas, Estados Unidos y Argentina laboran desde hace días en la institución a fin de insertar propuestas en aulas, patios y pasillos que la directora, Sandra Fuentes, considera galaxias, por la amplitud y riqueza de cada montaje.
A raíz de la idea, la exposición en general se presentará este lunes con el título El hombre y su universo, y según el curador Toni Piñera, permitirá apreciar a artistas con disímiles poéticas, diferentes formas de mirar el arte.
El manto del océano, un colach de gran formato de la argentina Matilde Marín, proviene de un estudio del color de los mares antiguos y modernos, los tonos responden a esa investigación que dejó en ella una pasión por los faros.
La pieza expuesta incluye al centro una imagen en blanco y negro del faro del fin del mundo, como se le conoce al faro de San Juan de Salvamento, ubicado en la Patagonia, al sur de Argentina, y que ganó su apodo tras la publicación de la novela homónima del dramaturgo francés Julio Verne, quien la escribió allí mismo.
Algunos creadores donarán sus obras a la escuela como el colombiano Ricardo Cárdenas, quien envolvió en una nube de acero la parte superior de una las columnas de la entrada de la academia.
Cárdenas pasó siete días soldando la pieza que luce en dependencia del estado del tiempo, con sol se ve de un modo y con sombra de otro, pero de cualquier forma invita a pensar, construir y sin dudas, atrae la mirada.
Otro colombiano, Sair García, montó una instalación sobre los desaparecidos en en su país y decidió pintar el río Magdalena porque se ha convertido en un gran cementerio, atestiguó.
En cambio, la escultora mexicana Susana Celis trajo un conjunto de animales esculpidos en plata con símbolos como el sol, venerado por los aztecas, y la chilena Camila Lobo propone una mirada al arte desde la tecnología.
La instalación de Lobo en un pasillo aparece en la oscuridad, o sea, que emerge con el paso del día y desaparece según la intensidad de luz.
A la artista le interesa esa relación entre la obra y lo que puede ver cada espectador.
Entre las obras expuestas por cubanos sobresale Caída libre, un proyectil construido a base de fibras de vidrio y monedas cubanas de un centavo.
Los creadores Agustín Hernández Carlos y Leonardo Salgado quisieron explorar el objeto como metáfora, símbolo de conquista y de poderío económico, también esperan sembrar una duda con aquella bomba caída en medio del patio, sobre si pudiera explotar de un momento a otro o no.
Para Fuentes y Piñera esta muestra a propósito de la Bienal es un digno preámbulo de las celebraciones por los 200 años de fundación de la academia, suceso que festejarán ampliamente en 2018.
Fuente: PL
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