Por: Patricia Galiana
"Desháganse de sus objetos personales y deposítenlos en la taquilla". Prohibidos los relojes, los teléfonos móviles y las cámaras fotográficas, entramos en un mundo sin percepción del tiempo, del lugar y de lo tangible.
Personas vestidas de negro dan la bienvenida con unos ejercicios de respiración que ayudan a la predisposición para el ejercicio siguiente. "Ponte los cascos, libérate de uno de tus sentidos, siente el latido de tu corazón y dale rienda suelta al resto de tus emociones". En aquella sala blanca, donde Marina Abramovic te libera de lo material, te espera una extensión de tus percepciones. Donde dos personas desconocidas se miran fijamente, donde pueden verse lágrimas, sonrisas, donde dos personas se cogen de la mano y caminan juntas. Camas para viajar, papeles en blanco y cuadrados de colores colgados en la pared construyen la armonía de un espacio abierto ocho horas al día a lo largo de siete semanas. Se trata del Método Abramovic, un conjunto de ejercicios dirigidos por varios guías preparados.
El proyecto As One, una de las mayores exhibiciones del arte contemporáneo presentado en Europa, es el resultado de la fusión del Marina Abramovic Institute, fundado por la artista serbia Marina Abramovic y NEON, una organización no gubernamental dedicada a traer el arte contemporáneo a Grecia.
Hasta el 24 de abril, esta plataforma usa el espacio del Museo Benaki de Atenas para promover la performance y lanzar las carreras de varios artistas griegos. Un programa paralelo le sigue para educar sobre la historia de esta disciplina artística y otras prácticas como el teatro y la danza.
El Método Abramovic cuenta con un programa de ampliación en el que participan 29 artistas, la mayoría de origen griego, a través de 27 performances. Entre ellos, seis artistas funcionan al ritmo del Método Abramovic: ocho horas al día y durante siete semanas.
Antes de compartir experiencias y entender a los artistas seleccionados por Abramovic, es necesario saber que para llegar a tal nivel disciplinario, pasaron una prueba física y mental: sus elegidos pasaron entre tres y cinco días sin comer ni hablar, desarrollando ejercicios por la artista en las montañas de Corinto, Grecia.
A través de las performances, el público puede asistir a un espacio de aislamiento, comunicación, intimidad y conexión creado por la actriz griega Yota Argyropoulou o contemplar a una Virginia Mastrogiannaki que retrata con su cuerpo el paso del tiempo. El público tiene la posibilidad de unirse a las fuerzas vibratorias con las que experimenta el compositor Lambros Pigounis así como ser testigo del encierro espiritual de Nancy Stamatopoulou, presenciar la lucha de Thodoris Trampas en contra de lo material y fusionarse con las prácticas de meditación, disciplina y restricción de Destina Zacharopoulou.
Las performances, que van más allá de acudir como simple público, son experiencias participativas, individuales y compartidas. El espectador conecta con el presente y con el artista y puede sumergirse en un mundo en el que el tiempo no existe, la duración de la vida es imaginada. Cada movimiento, paso, pestañeo, es parte del método y el de Abramovic te ayuda a acercarte y entender, cada vez más, la siguiente performance que te espera tras las cortinas.
"Vivimos en un mundo de distracciones, en el que emplear el tiempo que tenemos para conectar entre nosotros se vuelve cada vez más difícil. He diseñado esta experiencia para dar al público la oportunidad de despojarse de estas distracciones y conectar entre ellos, con ellos mismos y con el presente", resume la artista serbia en la presentación de As One.
Abramovic , artista de la disciplina del performance desde hace cuatro décadas, ha explorado desde el inicio de su carrera los límites del cuerpo y la mente buscando una transformación emocional y espiritual.
Fuente: http://www.elmundo.es
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