35 años de Cartelera, una mirada al origen

La revista Cartelera, editada por la agencia Ediciones Cubanas del holding Artex S.A Promociones Artísticas y Literarias, arriba este ocho de marzo a su 35 aniversario. Tres décadas y media han pasado desde la creación del entonces semanario que tuvo como objetivos informar sobre la cultura cubana y ofrecer una guía al público necesitado de orientación sobre los diferentes espectáculos danzarios y musicales, presentaciones de discos o libros, estrenos de películas, actividades infantiles.

Cartelera es hoy un magazine cultural, turístico y comercial, que ofrece mensualmente la programación cultural de los centros de la capital cubana en materia de cine, danza, música, teatro, artes plásticas y literatura.

Lejos de anquilosarse, es una publicación bilingüe que ha rejuvenecido su contenido para ser cada día una mejor oferta para el disfrute de sus lectores. Uno de sus principales atractivos es ofrecer un mapa actualizado de La Habana y otro de Varadero, así como guías de los principales museos, centros nocturnos y otros servicios útiles a los viajeros que visitan la capital.

Su primera directora fue Hilda Betancourt, una dirigente que tuvo a su cargo muchas responsabilidades como: la dirección de divulgación del Ministerio de Cultura, la revista Revolución y Cultura y la Cartelera, todo al mismo tiempo. La fundadora, en entrevista ofrecida recientemente, evoca el origen de la publicación como si hubiese sido ayer.

“Había mucho déficit de información en la capital sobre el volumen de actividades culturales que tenían lugar —recuerda— surgió entonces la propuesta, desde el equipo de diseño de la dirección de divulgación del Ministerio de Cultura, de hacer un semanario con el aporte de los divulgadores de las diversas direcciones. Fuimos los que inventamos la cartelera.”

¿El primer equipo?

“Se conformó un equipo con Senel Paz, como editor, y formaban parte del trabajo los divulgadores que venían a entregar los miércoles la información. En aquel momento no había nada digital, se traían las informaciones escritas, todo había que mecanografiarlo, y era editado por Senel y Mauricio Abréu.

“En el diseño trabajaba el equipo del Ministerio de Cultura, cada uno de ellos se hacía cargo de una página, todas con diferentes estilos que respondían al tipo de actividad que promocionaba: música y espectáculos, artes escénicas, artes plásticas, programación para niños. El jefe de diseño, Lázaro Hondares, hacía la portada.”

El diseño siempre distinguió a la publicación.

Por allí pasaron diseñadores muy buenos como Rafael Zarza, que después fue un pintor destacado; Santos Toledo, que ha sido premiado por su trabajo. Realmente se logró un desarrollo grande en el diseño, con las limitaciones que había en esa época, que todo era armado, pegado.

¿Cómo era la dinámica de trabajo?

“Los divulgadores entregaban semanalmente todo el plan de actividades de sus sectores. El miércoles ya teníamos toda la información de los museos, las galerías. El ICAIC nos daba la lista de lo que ponían en los cines. Se hacían algunas entrevistas, que realizaban los periodistas del departamento de prensa, pero Cartelera siempre fue independiente. Se hacía con un equipo fijo con excepción de los fotógrafos y diseñadores que seguían prestando servicios para todas las actividades del Ministerio de Cultura.

“Llegábamos al viernes y se trabajaba desde por la mañana para entregar en tiempo, nos enganchábamos en la distribución de Juventud Rebelde, porque eran 20 mil ejemplares que se vendían como pan caliente, entregábamos también a hoteles y a otras instituciones.

 “Era agotador porque el grueso del trabajo se concentraba en dos días, y después nos encargábamos de ver si efectivamente se entregaba a los estanquillos y si se vendía bien. Teníamos en la dirección de divulgación un pequeño aparato de investigaciones, relacionado con el tratamiento que la prensa le daba a la cultura y veíamos la repercusión de la Cartelera.”

¿Cómo fue tener de editor a Senel Paz?

Yo creo que se debe enfatizar en la labor de Senel, porque siendo ya un escritor reconocido, hacía una labor de periodista y editor de textos muy fuerte, lo cual es algo muy infrecuente en figuras de esa categoría. Se dedicaba a destacar a los demás, así que quiero reconocer la labor, desconocida por muchos, que llevó a cabo en Cartelera durante varios años de su vida. Era un trabajo tenso durante tres días de la semana y le dejaba poco tiempo para su carrera de escritor.

En la actualidad Cartelera se distribuye en los principales hoteles de la ciudad, burós de la Agencia de Turismo Cultural Paradiso, también de Artex, las instituciones culturales más importantes de la capital cubana, eventos nacionales e internacionales y presentaciones a la prensa especializada.

Cuenta con servicios de publicidad y de suscripción para aquellos que estén interesados en anunciar sus productos o recibir los ejemplares que gusten durante todo el año.

Los espacios para la inserción de anuncios tienen precios diferenciados para instituciones de la cultura y otras entidades de bien público cubanas, para empresas del turismo y empresas mixtas, para artistas y cuentapropistas y para el cuerpo diplomático y empresas extranjeras.

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