Carabanchel, la nueva capital del arte madrileño

Lo que fue durante el siglo XX una de las zonas industriales y obreras más reconocibles del suroeste de Madrid, hoy se torna un hervidero cultural. La revolución del barrio español de Carabanchel,  distrito castizo por excelencia, ha sabido reinventarse, lo mismo haciendo arte en espacios olvidados que reimaginando su historia. 

¿Goya en Carabanchel? ¿Arte cubano en las zonas más castizas de Madrid? ¿huella circense irlandesa en San Isidro? Si nada de esto te suena, definitivamente, te falta calle…o mejor, te faltan calles.

Y es que conocer la capital española, trasciende la Gran Vía. Con tal premisa, el Ayuntamiento de Madrid ha presentado un programa de visitas guiadas bajo el nombre de ‘Te faltan calles’ que invita a descubrir la transformación del paisaje urbano y social de la localidad.

Un patrimonio con historia (y arte)

Carabanchel conserva vestigios de un pasado lleno de historia.  Como municipio independiente, no se incorporó a Madrid hasta 1948. Uno de sus enclaves más emblemáticos es la iglesia de San Miguel Arcángel, ejemplo del neomudéjar madrileño, construida en 1912 y restaurada tras la Guerra Civil. 

Otros espacios icónicos son sus cementerios. El Sacramental de San Isidro albergó hasta 1919 los restos de Francisco de Goya, y hoy acoge a figuras como Ortega y Gasset. El Cementerio Británico, por su parte, es un camposanto singular donde reposan miembros de las familias Loewe, Lhardy o los fundadores del circo Price. Incluso cuenta con tumbas judías y musulmanas, reflejo de la diversidad cultural del barrio.

Murales que hablan (y vigilan)

El rostro más visible de Carabanchel lo ofrecen sus muros, hechos lienzos. Tal revolución ha cobrado fuerza desde 2019, cuando durante las fiestas de San Isidro, celebración más importante de la ciudad, se pintó el mural de "La Chulapa". La obra es del artista cubano Jorge Rodríguez-Gerada y se asoma desde un depósito de agua como una figura protectora, homenajeando a la tradición castiza y al mismo tiempo alertando contra la gentrificación.

De creación aún más reciente es “13, Rue del Percebe” en honor a Francisco Ibáñez. Se trata de un tributo a la identidad vecinal y a la cultura popular. Este trabajo, realizado por NSN997 y Kerudekolorz, celebra el espíritu comunitario de Carabanchel, al tiempo que refuerza su carácter como espacio de resistencia creativa.

Otra obra de este tipo es el mural del artista Abraham Lacalle en la fachada del IES Emperatriz María de Austria. En este caso la propuesta es un bosque colorido que conecta con la pintura contemporánea. Lacalle, habitual en ARCO y expositor en el Reina Sofía, lleva así el arte a los jóvenes del barrio.

Distrito 11: el motor de la nueva escena cultural

Pero en gran medida el impulso de esta ebullición artística lleva por nombre: Distrito 11. Este proyecto, nacido del consenso entre instituciones públicas, asociaciones vecinales y agentes culturales, ha conseguido consolidar un ecosistema en el que conviven centros culturales municipales, galerías independientes, locales de ensayo y talleres de artesanía. En total, se contabilizan hasta 170 espacios culturales activos, tanto públicos como privados.

De ahí que tampoco pueda entender el renacer de Carabanchel como un mero proceso espontáneo, sino como resultado de un esfuerzo colectivo. Aquí se apuesta por el arte como motor de cambio y el barrio como laboratorio urbano de expresión, memoria, y futuro.